29. Cuadros (幹部)

Capítulo 29. Los cuadros, que actúan como un vínculo con el pueblo y trabajan para él, deben ser líderes conocedores del marxismo-leninismo. Deben tener tanto dirección como libertad para emplear su creatividad en la resolución de problemas. Los cuadros nuevos y veteranos deben colaborar con respeto y camaradería, aprendiendo unos de otros.

Cuadros (幹部)

XXIX. CUADROS

Para asegurar que nuestro Partido y nuestro país no cambien de color, debemos no sólo tener una línea y una política correctas, sino también preparar y forjar decenas de millones de continuadores de la causa revolucionaria del proletariado.

El problema de la formación de continuadores de la causa revolucionaria del proletariado se refiere, en el fondo, a si la causa revolucionaria marxistaleninista iniciada por los revolucionarios proletarios de la vieja generación contará con quienes la sigan llevando adelante, si la dirección de nuestro Partido y nuestro Estado seguirá en manos de los revolucionarios proletarios, si nuestros descendientes proseguirán avanzando por el justo camino trazado por el marxismo-leninismo, esto es, se refiere a si podremos precavernos con éxito contra la aparición del revisionismo jruschovista en China. En una palabra, se trata de un problema importantísimo que afecta al destino, a la misma existencia de nuestro Partido y nuestro Estado. Se trata de un problema de importancia fundamental para la causa revolucionaria del proletariado de aquí a cien, mil e incluso diez mil años. Basándose en Los cambios operados en la Unión Soviética, los agoreros imperialistas depositan sus esperanzas de evolución pacífica en la tercera o cuarta generación del Partido chino. Haremos fracasar completamente este agüero imperialista. En todas partes, desde las organizaciones más altos hasta la base, debemos prestar constante atención al problema de preparar y forjar continuadores de la causa revolucionaria.

¿Qué requisitos han de llenar los continuadores de la causa revolucionaria del proletariado?

Deben ser verdaderos marxistas-leninistas, y no, como Jruschov, revisionistas disfrazados de marxista-leninistas.

Deben ser revolucionarios que sirven de todo corazón a la inmensa mayoría de las masas populares de China y del mundo, y no individuos como Jruschov, que sirve a los intereses de una exigua capa social burguesa privilegiada en su país, y a los intereses del imperialismo y la reacción en el plano internacional. Deben ser políticos proletarios capaces de unirse con la inmensa mayoría para trabajar con ella. No sólo deben unirse con quienes compartan sus opiniones, sino también saber unirse con los que sostengan opiniones diferentes e incluso con los que se hayan opuesto a ellos y cuyos errores hayan sido probados por la práctica. Sin embargo, deben estar especialmente vigilantes contra los arribistas y conspiradores como Jruschov, y evitar que tales malvados usurpen, sea al nivel que fuere, la dirección del Partido y del Estado.

Deben aplicar de modo ejemplar el centralismo democrático del Partido, dominar el método de dirección basado en el principio de las masas, a las masas, cultivar un estilo democrático de trabajo y saber escuchar la voz de las masas. No deben minar el centralismo democrático del Partido, ser despóticos, organizar ataques por sorpresa contra los camaradas, ni actuar de modo arbitrario y dictatorial, como lo hace Jruschov.

Deben ser modestos y prudentes, guardarse de la arrogancia y la precipitación, estar penetrados del espíritu autocrítico, ser valientes para corregir las deficiencias y errores en el trabajo. Jamás deben encubrir sus errores, atribuirse a sí mismos todos los méritos e imputar a otros todas las culpas, como lo hace Jruschov.

Los continuadores de la causa revolucionaria del proletariado nacen de la lucha de masas y crecen y se forjan en las grandes tempestades revolucionarias. Hay que probar y valorar a los cuadros y seleccionar y formar a los continuadores en el curso de la prolongada lucha de masas.

Pasaje citado en "Acerca del falso comunismo de Jruschov y sus lecciones históricas para el mundo" (14 de julio de 1964).

Nuestro Partido debe extender sus organizaciones a todo el país, formar conscientemente a decenas de miles de cuadros y disponer de centenares de dirigentes de masas de primera calidad. Deben ser cuadros y dirigentes versados en marxismo-leninismo, perspicaces en lo político y competentes en el trabajo, imbuidos del espíritu de sacrificio, capaces de resolver independientemente los problemas, indoblegables ante las dificultades y fieles en su servicio a la nación, a la clase y al Partido. Apoyándose en ellos, el Partido se asegurará los vínculos con sus militantes y las masas, y apoyándose en la firma dirección de ellos sobre las masas, el Partido logrará vencer al enemigo. Ser ajenos al egoísmo, al heroísmo individualista y la ostentación, a la indolencia y la pasividad y al sectarismo altanero, y ser desinteresados héroes de su nación y de su clase: he aquí las cualidades y el estilo de trabajo que se exige de los militantes, cuadros y dirigentes de nuestro Partido.

Luchemos para incorporar a las masas por millones al frente único nacional antijaponés (7 de mayo de 1937), Obras Escogidas, t. I.

Una vez determinada la línea política, los cuadros constituyen un factor decisivo. Por consiguiente, es nuestra tarea de lucha preparar planificadamente una gran cantidad de nuevos cuadros.

El papel del Partido Comunista de China en la guerra nacional (octubre de 1938), Obras Escogidas, t. II.

El criterio que debe aplicar el Partido Comunista en su político de cuadros es ver si éstos llevan adelante con firmeza la línea del Partido, observan su disciplina, mantienen vínculos estrechos con las masas, poseen la capacidad de orientarse independientemente en el trabajo y son activos, empeñosos y desinteresados. Esto es lo que significa designar a la gente según sus cualidades.

Ibíd.

Hay que persistir firmemente en el sistema de la participación de los cuadros en el trabajo colectivo de producción. Los cuadros de nuestro Partido y nuestro Estado son trabajadores comunes y no señores que cabalgan sobre el pueblo. Participando en el trabajo colectivo de producción. Los cuadros mantienen los vínculos más amplios, constantes y estrechos con el pueblo trabajador. Esta es una medida cardinal y de importancia fundamental en el sistema socialista, una medida que contribuye a superar el burocratismo y a prevenir el revisionismo y el dogmatismo.

Pasaje citado en "Acerca del falso comunismo de Jruschov y sus lecciones históricas para el mundo" (14 de julio de 1964).

Debemos saber valorar a los cuadros. No los juzguemos únicamente por un breve periodo de su actividad o un solo hecho en su vida, sino también par todo su pasado y todo su trabajo. Este es el método principal para valorar a los cuadros.

El papel del Partido Comunista de China en la guerra nacional (octubre de 1938), Obras Escogidas, t. II.

Debemos saber utilizar a los cuadros. En resumen, el dirigente tiene dos responsabilidades principales: formular ideas y utilizar a los cuadros. Hacer planes, tomar decisiones, dar órdenes y directivas, etc., entran en el concepto de formular ideas. Para poner en práctica las ideas, el dirigente tiene que unir a los cuadros e impulsarlos a la acción. Esto entra en el concepto de utilizar a los cuadros.

Ibíd.

Debemos saber preocuparnos por los cuadros. El método para hacerlo es el siguiente: Primero, orientarlos en su trabajo. Esto implica dejarlos desplegar su iniciativa en el trabajo para que se atrevan a asumir responsabilidades y, al mismo tiempo, darles indicaciones oportunas para que, a la luz de la línea político del Partido, puedan poner en pleno juego su espíritu creador.

Segundo, elevar su nivel. Esto significa brindarles la oportunidad de estudiar y educarlos, de modo que eleven su preparación teórica y su capacidad para el trabajo.

Tercero, controlar su trabajo y ayudarles a sintetizar sus experiencias, a desarrollar sus éxitos y a corregir sus errores. Confiarles una tarea sin controlar su ejecución, y prestarles atención sólo cuando cometen errores graves: ésta no es la forma de preocuparse por los cuadros.

Cuarto, emplear, en general, el método de la persuasión con los cuadros que hayan cometido errores y ayudarles a corregirlos. Sólo se puede recurrir al método de la lucha con los que hayan cometido errores graves y rechacen toda guía. En todo esto, la paciencia es necesaria. No es correcto calificar a la ligera de oportunista a la gente ni empezar precipitadamente a organizar luchas contra ella.

Quinto, ayudarles en sus dificultades. Cuando un cuadro cae enfermo o tropieza con dificultades materiales, familiares, etc., tenemos que prestarles toda la atención posible.

Así es cómo hemos de preocuparnos par los cuadros.

Ibíd.

Un grupo dirigente, verdaderamente unido y vinculado con las masas, sólo puede formarse gradualmente en el proceso de la lucha de masas, y no al margen de ella. En el curso de una gran lucha, la composición del grupo dirigente no debe ni puede, en la mayoría de los casos, permanecer enteramente invariable en las etapas inicial, media y final. Es necesario promover constantemente a los activistas surgidos en el curso de la lucha, para sustituir a los miembros originales del grupo dirigente que resulten inferiores en comparación con ellos o que hayan degenerado.

Algunas cuestiones sobre los métodos de dirección (1° de junio de 1943), Obras Escogidas, t. III.

Si nuestro Partido no cuenta con una plena cooperación entre las amplias masas de cuadros nuevos y los viejos cuadros, nuestra causa se detendrá a media camino. Por eso, todos los viejos cuadros deben acoger con gran cariño a los cuadros nuevos y mostrarles la mayor solicitud. Es cierto que los cuadros nuevos tienen sus defectos. Como no hace mucho que participan en la revolución, les falta experiencia y es lógico que algunos de ellos conserven rastros de la viciosa ideología de la vieja sociedad, residuos de la ideología individualista pequeño-burguesa. Pero esos defectos pueden ser eliminados gradual mente a través de la educación y el temple en la revolución. Las cua- lidades de los nuevos cuadros residen, como señaló Stalin, en que tienen un agudo sentido de lo nuevo y, par lo tanto, poseen un gran entusiasmo y una gran actividad, cualidades de que carecen algunos cuadros viejos. Los cuadros, nuevos y viejos, deben respetarse mutuamente, aprender los unos de los otros, superar las debilidades propias aprendiendo de las cualidades de los demás, para mantenerse unidos como un solo hombre en bien de la causa común y prevenir las tendencias sectarias.

Rectifiquemos el estilo de trabajo en el Partido (1° de febrero de 1942), Obras Escogidas, t. III.

Tenemos que preocuparnos no sólo por los cuadros del Partido, sino también por los que no militan en él. Fuera del Partido hay muchas personas capaces, y los comunistas no podemos ignorarlas. Es deber de cada comunista deshacerse de toda presunción, saber trabajar junta con los cuadros que no militan en el Partido, proporcionarles una sincera ayuda, tratarlos con color como a camaradas y orientar su actividad hacia la gran causa de la guerra contra los agresores japoneses y de la construcción del país.

El papel del Partido Comunista de China en la guerra nacional (octubre de 1938), Obras Escogidas, t. II.

29. CADRES

In order to guarantee that our Party and country do not change their colour, we must not only have a correct line and correct policies but must train and bring up millions of successors who will carry on the cause of proletarian revolution.

In the final analysis, the question of training successors for the revolutionary cause of the proletariat is one of whether or not there will be people who can carry on the Marxist-Leninist revolutionary cause started by the older generation of proletarian revolutionaries, whether or not the leadership of our Party and state will remain in the hands of proletarian revolutionaries, whether or not our descendants will continue to march along the correct road laid down by Marxism-Leninism, or, in other words, whether or not we can successfully prevent the emergence of Khrushchov's revisionism in China. In short, it is an extremely important question, a matter of life and death for our Party and our country. It is a question of fundamental importance to the proletarian revolutionary cause for a hundred, a thousand, nay ten thousand years. Basing themselves on the changes in the Soviet Union, the imperialist prophets are pinning their hopes of "peaceful evolution" on the third or fourth generation of the Chinese Party. We must shatter these imperialist prophecies. From our highest organizations down to the grass-roots, we must everywhere give constant attention to the training and upbringing of successors to the revolutionary cause.

What are the requirements for worthy successors to the revolutionary cause of the proletariat?

They must be genuine Marxist-Leninists and not revisionists like Khrushchov wearing the cloak of Marxism-Leninism.

They must be revolutionaries who wholeheartedly serve the overwhelming majority of the people of China and the whole world, and must not be like

Khrushchov who serves both the interests of the handful of members of the privileged bourgeois stratum in his own country and those of foreign imperialism and reaction.

They must be proletarian statesmen capable of uniting and working together with the overwhelming majority. Not only must they unite with those who agree with them, they must also be good at uniting with those who disagree and even with those who formerly opposed them and have since been proved wrong in practice. But they must especially watch out for careerists and conspirators like Khrushchov and prevent such bad elements from usurping the leadership of the Party and the state at any level.

They must be models in applying the Party's democratic centralism, must master the method of leadership based on the principle of "from the masses, to the masses", and must cultivate a democratic style and be good at listening to the masses. They must not be despotic like Khrushchov and violate the Party's democratic centralism, make surprise attacks on comrades or act arbitrarily and dictatorially.

They must be modest and prudent and guard against arrogance and impetuosity; they must be imbued with the spirit of selfcriticism and have the courage to correct mistakes and shortcomings in their work. They must never cover up their errors like Khrushchov, and claim all the credit for themselves and shift all the blame on others.

Successors to the revolutionary cause of the proletariat come forward in mass struggles and are tempered in the great storms of revolution. It is essential to test and judge cadres and choose and train successors in the long course of mass struggle.

Quoted in "On Khrushchov's Phoney Communism and Its Historical Lessons for the World" (July 14,1964), pp. 72-74.*

Our Party organizations must be extended all over the country and we must purposefully train tens of thousands of cadres and hundreds of first-rate mass leaders. They must be cadres and leaders versed in Marxism-Leninism, politically far-sighted, competent in work, full of the spirit of selfsacrifice, capable of tackling problems on their own, steadfast in the midst of difficulties and loyal and devoted in serving the nation, the class and the Party. It is on these cadres and leaders that the Party relies for its links with the membership and the masses, and it is by relying on their firm leadership of the masses that the Party can succeed in defeating the enemy. Such cadres and leaders must be free from selfishness, from individualistic heroism, ostentation, sloth, passivity, and arrogant sectarianism, and they must be selfless national and class heroes; such are the qualities and the style of work demanded of the members, cadres and leaders of our Party.

"Win the Masses in Their Millions for the Anti-Japanese National United Front" (May 7, 1937), Selected Works, Vol. I, p. 291.*

Cadres are a decisive factor, once the political line is determined. Therefore, it is our fighting task to train large numbers of new cadres in a planned way.

"The Role of the Chinese Communist Party in the National War" (October 1938), Selected Works, Vol. II, p. 202.

The criterion the Communist Party should apply in its cadres policy is whether or not a cadre is resolute in carrying out the Party line, keeps to Party discipline, has close ties with the masses, has the ability to find his bearings independently, and is active, hardworking and unselfish. This is what "appointing people on their merit" means.

Ibid.

It is necessary to maintain the system of cadre participation in collective productive labour. The cadres of our Party and state are ordinary workers and not overlords sitting on the backs of the people. By taking part in collective productive labour, the cadres maintain extensive, constant and close ties with the working people. This is a major measure of fundamental importance for a socialist system; it helps to overcome bureaucracy and to prevent revisionism and dogmatism.

Quoted in "On Khrushchov's Phoney Communism and Its Historical Lessons for the World" (July 14, 1964), pp. 68-69.*

We must know how to judge cadres. We must not confine our judgement to a short period or a single incident in a cadre's life, but should consider his life and work as a whole. This is the principal method of judging cadres.

"The Role of the Chinese Communist Party in the National War" (October 1938), Selected Works, Vol. II, p. 202.

We must, know how to use cadres well. In the final analysis, leadership involves two main responsibilities: to work out ideas, and to use cadres well. Such things as drawing up plans, making decisions, and giving orders and directives, are all in the category of "working out ideas". To put the ideas into practice, we must weld the cadres together and encourage them to go into action; this comes into the category of "using the cadres well".

Ibid.

We must know how to take good care of cadres. There are several ways of doing so.

First, give them guidance. This means allowing them a free hand in their work so that they have the courage to assume responsibility and, at the same time, giving them timely instructions so that, guided by the Party's political line, they are able to make full use of their initiative.

Second, raise their level. This means educating them by giving them the opportunity to study so that they can enhance their theoretical understanding and their working ability.

Third, check up on their work, and help them sum up their experience, carry forward their achievements and correct their mistakes. To assign work without checking up and to take notice only when serious mistakes are made - that is not the way to take care of cadres.

Fourth, in general, use the method of persuasion with cadres who have made mistakes, and help them correct their mistakes. The method of struggle should be confined to those who make serious mistakes and nevertheless refuse to accept guidance. Here patience is essential. It is wrong lightly to label people "opportunists" or lightly to begin "waging struggles" against them.

Fifth, help them with their difficulties. When cadres are in difficulty as a result of illness, straitened means or domestic or other troubles, we must be sure to give them as much care as possible.

This is how to take good care of cadres.

Ibid., p. 203.

A leading group that is genuinely united and is linked with the masses can gradually be formed only in the process of mass struggle, and not in isolation from it. In the process of a great struggle, the composition of the

leading group in most cases should not and cannot remain entirely unchanged throughout the initial, middle and final stages; the activists who come forward in the course of the struggle must constantly be promoted to replace those original members of the leading group who are inferior by comparison or who have degenerated.

"Some Questions Concerning Methods of Leadership" (June 1, 1943), Selected Works, Vol. III, p. 118.*

If our Party does not have a great many new cadres working in unity and cooperation with the old cadres, our cause will come to a stop. All old cadres, therefore, should welcome the new ones with the utmost enthusiasm and show them the warmest solicitude. True, new cadres have their shortcomings. They have not been long in the revolution and lack experience, and unavoidably some have brought with them vestiges of the unwholesome ideology of the old society, remnants of the ideology of petty-bourgeois individualism. But such shortcomings can be gradually eliminated through education and tempering in the revolution. The strong point of the new cadres, as Stalin has said, is that they are acutely sensitive to what is new and are therefore enthusiastic and active to a high degree - the very qualities which some of the old cadres lack. Cadres, new and old, should respect each other, learn from each other and overcome their own shortcomings by learning from each other's strong points, so as to unite as one in the common cause and guard against sectarian tendencies.

"Rectify the Party's Style of Work" (February 1, 1942), Selected Works, Vol. III, p. 47.

Our concern should extend to non-Party cadres as well as to Party cadres. There are many capable people outside the Party whom we must not ignore. The duty of every Communist is to rid himself of aloofness and arrogance and to work well with non-Party cadres, give them sincere help, have a warm, comradely attitude towards them and enlist their initiative in the great cause of resisting Japan and reconstructing the nation.

"The Role of the Chinese Communist Party in the National War" (October 1938), Selected Works, Vol. II, p. 202.

二十九、干部

为了保证我们的党和国家不改变颜 色,我们不仅需要正确的路线和政策,而 且需要培养和造就千百万无产阶级革命 事业的接班人。

培养无产阶级革命事业接班人的问 题从根本上来说,就是老一代无产阶级革 命家所开创的马克思列宁主义的革命事 业是不是后继有人的问题,就是将来我们 党和国家的领导能不能继续掌握在无产 阶级革命家手中的问题,就是我们的子孙 后代能不能沿着马克思列宁主义的正确 道路继续前进的问题,也就是我们能不能 胜利地防止赫鲁晓夫修正主义在中国重 演的问题。 总之,这是关系我们党和国

家命运的生死存亡的极其重大的问题。这 是无产阶级革命事业的百年大计,千年大 计,万年大计。帝国主义的预言家们根据 苏联发生的变化,也把“和平演变”的希 望,寄托在中国党的第三代或者第四代身 上。我们一定要使帝国主义的这种预言彻 底破产。我们一定要从上到下地、普遍地、 经常不断地注意培养和造就革命事业的 接班人。

具备什么条件,才能够充当无产阶级 革命事业的接班人呢?

他们必须是真正的马克思列宁主义 者,而不是像赫鲁晓夫那样的挂着马克思 列宁主义招牌的修正主义者。 他们必须是全心全意为中国和世界的绝 大多数人服务的革命者,而不是像赫鲁晓 夫那样,在国内为一小撮资产阶级特权阶

层的利益服务,在国际为帝国主义和反动 派的利益服务。 他们必须是能够团结绝大多数人一 道工作的无产阶级政治家。不但要团结和 自己意见相同的人,而且要善于团结那些 和自己意见不同的人,还要善于团结那些 反对过自己并且已被实践证明是犯了错 误的人。但是要特别警惕像赫鲁晓夫那样 的个人野心家和阴谋家,防止这样的坏人 篡夺党和国家的各级领导。

他们必须是党的民主集中制的模范 执行者,必须学会“从群众中来,到群众 中去”的领导方法,必须养成善于听取群 众意见的民主作风。而不能像赫鲁晓夫那 样,破坏党的民主集中制,专横跋扈,对

同志搞突然袭击,不讲道理,实行个人独 裁。

他们必须谦虚谨慎,戒骄戒躁,富于 自我批评精神,勇于改正自己工作中的缺 点和错误。而绝不能像赫鲁晓夫那样,文 过饰非,把一切功劳归于自己,把一切错 误归于别人。

无产阶级革命事业的接班人,是在群 众斗争中产生的,是在革命大风大浪的锻 炼中成长的。应当在长期的群众斗争中, 考察和识别干部,挑选和培养接班人。

转摘自《关于赫鲁晓夫的假共产主义及 其在世界历史上的教训》,一九六四年 七月十四日《人民日报》

我们党的组织要向全国发展,要自觉 地造就成万数的干部,要有几百个最好的

群众领袖。这些干部和领袖懂得马克思列 宁主义,有政治远见,有工作能力,富于 牺牲精神,能独立解决问题,在困难中不 动摇,忠心耿耿地为民族、为阶级、为党 而工作。党依靠着这些人而联系党员和群 众,依靠着这些人对于群众的坚强领导而 达到打倒敌人之目的。这些人不要自私自 利,不要个人英雄主义和风头主义,不要 懒惰和消极性, 不要自高自大的宗派主 义, 他们是大公无私的民族的阶级的英 雄,这就是共产党员、党的干部、党的领 袖应该有的性格和作风。

《为争取千百万群众进入抗日民族统一

战线而斗争》(一九三七年五月七日), 《毛泽东选集》第一卷第二六七—二六八页

政治路线确定之后,干部就是决定的 因素。因此,有计划地培养大批的新干部。 就是我们的战斗任务。

《中国共产党在民族战争中的地位》(一 九三八年十月),《毛泽东选集》第二 卷第五一四页

共产党的干部政策,应是以能否坚决 地执行党的路线,服从党的纪律,和群众 有密切的联系,有独立的工作能力,积极 肯干,不谋私利为标准,这就是“任人唯 贤”的路线。

《中国共产党在民族战争中的地位》(一 九三八年十月),《毛泽东选集》第二 卷第五一五页

必须坚持干部参加集体生产劳动的 制度。 我们党和国家的干部是普通劳动 者,而不是骑在人民头上的老爷。干部通 过参加集体生产劳动,同劳动人民保持最

广泛的、经常的、密切的联系。这是社会 主义制度下一件带根本性的大事,它有助 于克服官僚主义,防止修正主义和教条主 义。

转摘自《关于赫鲁晓夫的假共产主义及 其在世界历史上的教训》,一九六四年 七月十四日《人民日报》

必须善于识别干部。不但要看干部的 一时一事,而且要看干部的全部历史和全 部工作,这是识别干部的主要方法。

《中国共产党在民族战争中的地位》(一 九三八年十月),《毛泽东选集》第二 卷第五一五页

必须善于使用干部。领导者的责任, 归结起来,主要地是出主意、用干部两件 事。一切计划、决议、命令、指示等等, 都属于“出主意”一类。使这一切主意见

之实行,必须团结干部,推动他们去做, 属于“用干部”一类。

《中国共产党在民族战争中的地位》(一 九三八年十月),《毛泽东选集》第二 卷第五一五页

必须善于爱护干部。爱护的办法是: 第一,指导他们。这就是让他们放手工作, 使他们敢于负责;同时,又适时地给以指 示,使他们能在党的政治路线下发挥其创 造性。第二,提高他们。这就是给以学习 的机会,教育他们,使他们在理论上在工 作能力上提高一步。第三,检查他们的工 作,帮助他们总结经验,发扬成绩,纠正 错误。有委托而无检查,及至犯了严重的 错误,方才加以注意,不是爱护干部的办

法。第四,对于犯错误的干部,一般地应 采取说服的方法。帮助他们改正错误。只 有对犯了严重错误而又不接受指导的人 们,才应当采取斗争的方法。在这里,耐 心是必要的;轻易地给人们戴上“机会主 义”的大帽子,轻易地采用“开展斗争” 的方法,是不对的。第五,照顾他们的困 难。干部有疾病、生活、家庭等项困难问 题者,必须在可能限度内用心给以照顾。 这些就是爱护干部的方法。

《中国共产党在民族战争中的地位》(一 九三八年十月),《毛泽东选集》第二 卷第五一五——五一六页

凡属真正团结一致、联系群众的领导 骨干,必须是从群众斗争中逐渐形成,而 不是脱离群众斗争所能形成的。在多数情

形下,一个伟大的斗争过程,其开始阶段、 中间阶段和最后阶段的领导骨干,不应该 是也不可能是完全同一的;必须不断地提 拔在斗争中产生的积极分子,来替换原有 骨干中相形见绌的分子, 或腐化了的分 子。

《关于领导方法的若干问题》(一九四三 年六月一日),《毛泽东选集》第三卷 第九零零页

我们党如果没有广大的新干部同老

干部一致合作,我们的事业就会中断。所

以一切老干部应该以极大的热忱欢迎新

干部,关心新干部。不错,新干部是有缺

点的,他们参加革命还不久,还缺乏经验,

他们中的有些人还不免带来旧社会不良

思想的尾巴,这就是小资产阶级个人主义

思想的残余。但是这些缺点是可以从 教育中从革命锻炼中逐渐地去掉的。他们 的长处,正如斯大林说过的,是对于新鲜 事物有锐敏的感觉,因而有高度的热情和 积极性,而在这一点上,有些老干部则正 是缺乏的。新老干部应该是彼此尊重,互 相学习,取长补短,以便团结一致,进行 共同的事业,而防止宗派主义的倾向。

《整顿党的作风》(一九四二年二月一 日),《毛泽东选集》第三卷第八二六 页

不但要关心党的干部,还要关心非党 的干部。党外存在着很多的人材,共产党 不能把他们置之度外。去掉孤傲习气,善 于和非党干部共事,真心诚意地帮助

他们,用热烈的同志的态度对待他们,把 他们的积极性组织到抗日和建国的伟大 事业中去,这是每一个共产党员的责任。

《中国共产党在民族战争中的地位》(一 九三八年十月),《毛泽东选集》第二 卷第五一五页

XXIX. DIE KADER

Um zu gewährleisten, daß unsere Partei und unser Land nicht die Farbe wechseln, müssen wir nicht nur eine richtige Linie und eine richtige Politik haben, sondern auch Millionen von Fortsetzern der revolutionären Sache des Proletariats erziehen und heranbilden. Im Grunde genommen handelt es sich bei der Frage der Heranbildung von Fortsetzern der revolutionären Sache des Proletariats darum, ob es Menschen gibt, die die von der älteren Generation der proletarischen Revolutionäre begonnene revolutionäre Sache des Marxismus-Leninismus fortsetzen werden, ob die Führung unserer Partei und unseres Staates auch weiterhin in der Hand proletarischer Revolutionäre liegen wird, ob unsere Nachkommen und die nächsten Generationen auch weiterhin auf dem richtigen Weg des Marxismus-Leninismus vorwärtsschreiten können, also ob wir in der Lage sind, eine Wiederholung des Chruschtschow-Revisionismus in China wirksam zu verhüten. Kurz, das ist eine äußerst wichtige Frage, eine Schicksalsfrage unserer Partei und unseres Landes, eine Frage um Leben oder Tod. Für die revolutionäre Sache des Proletariats ist das eine Frage von fundamentaler Bedeutung für hundert, tausend, ja für zehntausend Jahre. Auf Grund der in der Sowjetunion vor sich gegangenen Veränderungen hegen die imperialistischen Propheten die Hoffnung auf eine "friedliche Evolution" der dritten oder vierten Generation in der chinesischen Partei. Wir werden die Prophezeiung der Imperialisten zuschanden machen. Wir werden von oben nach unten, überall und ständig unsere Aufmerksamkeit auf die Erziehung und Heranbildung der Fortsetzer der revolutionären Sache lenken.

Welche Voraussetzungen werden von würdigen Fortsetzern der revolutionären Sache des Proletariats verlangt?

Sie müssen wahre Marxisten-Leninisten sein, nicht aber Revisionisten wie Chruschtschow, der den Marxismus-Leninismus nur als Aushängeschild benutzt.

Sie müssen Revolutionäre sein, die mit Leib und Seele der überwältigenden Mehrheit der Volksmassen in China und in der Welt dienen, nicht aber Leute wie Chruschtschow, der im eigenen Land den Interessen einer hauchdünnen privilegierten Bourgeois-Schicht und im internationalen Maßstab den Interessen der Imperialisten und Reaktionäre dient.

Sie müssen proletarische Politiker sein, die sich mit der erdrückenden Mehrheit der Menschen zur gemeinsamen Arbeit zusammenschließen können. Sie sollen sich nicht nur mit denjenigen vereinigen, die dieselbe Meinung wie sie haben, sondern müssen es auch verstehen, sich mit jenen zusammenzuschließen, die anderer Meinung sind, sogar mit solchen, die gegen sie aufgetreten waren, deren Fehler aber durch die Praxis bewiesen wurden. Dabei muß man jedoch äußerst wachsam gegenüber Karrieristen und Verschwörern wie Chruschtschow sein und verhüten, daß Halunken dieser Art auf verschiedenen Ebenen die Führung in Partei und Staat an sich reißen.

Sie müssen vorbildlich bei der Verwirklichung des demokratischen Zentralismus der Partei sein, die Führungsmethode "Aus den Massen schöpfen, in die Massen tragen" meistern und sich den demokratischen Arbeitsstil aneignen, indem sie es verstehen lernen, auf die Meinung der Massen zu hören. Sie dürfen nicht wie Chruschtschow den demokratischen Zentralismus der Partei untergraben, sich selbstherrlich benehmen, mir nichts, dir nichts über Genossen herfallen, willkürlich vorgehen und eine persönliche Diktatur aufrichten:

Sie müssen bescheiden und umsichtig sein, sich vor Überheblichkeit und Unbesonnenheit in acht nehmen. Sie müssen Selbstkritik üben können und den Mut haben, Mängel und Irrtümer in der eigenen Arbeit zu berichtigen. Sie dürfen auf keinen Fall wie Chruschtschow die eigenen Fehler verdecken, alle Verdienste für sich in Anspruch nehmen und alle Schuld anderen zuschieben.

Die Fortsetzer der revolutionären Sache des Proletariats gehen aus den Kämpfen der Massen hervor, im revolutionären Sturm stählen sie sich und wachsen sie. In den langjährigen Kämpfen der Massen muß man die Funktionäre prüfen und kennenlernen und dabei Nachfolger auswählen und ausbilden.

Zitiert in: Über den Pseudokommunismus Cruschtschows und die historischen Lehren für die Welt (19. Juli 1964)

Wir müssen die Parteiorganisationen über das ganze Land ausdehnen, wir müssen zielbewußt Zehntausende Funktionäre heranbilden, wir brauchen Hunderte erstklassiger Führer der Massen. Diese Funktionäre und Führer sollen den Marxismus-Leninismus verstehen, politische Weitsicht haben, fähig sein ihre Arbeit zu leisten, Opferbereitschaft besitzen, imstande sein selbständig Probleme zu lösen, bei Schwierigkeiten nicht schwanken, treu und ergeben der Nation, der Klasse und der Partei dienen. Gestützt auf solche Kader verbindet sich die Partei mit ihren Mitgliedern und mit den Massen, und gestützt auf die entschlossene Führung der Massen durch diese Kader wird die Partei ihr Ziel, den Feind niederzuschlagen, erreichen. Solche Kader müssen frei sein von Selbstsucht, Neigung zu individuellem Heldentum und Geltungsdrang, von Trägheit, Passivität und überheblichem Sektierertum, sie müssen uneigennützige Helden ihrer Nation und ihrer Klasse sein; das sind die Eigenschaften und der Stil, die von den Kommunisten und den Funktionären und Führern der Partei verlangt werden.

"Die Millionenmassen für die antijapanische nationale Einheitsfront gewinnen!" (7. Mai 1937), Ausgewählte Werke Mao Tse-tungs, Bd. I

Nachdem die politische Linie festgelegt worden ist, werden die Kader zum entscheidenden Faktor. Deshalb ist die planmäßige Heranbildung zahlreicher neuer Kader unsere Kampfaufgabe.

"Der Platz der Kommunistischen Partei Chinas im nationalen Krieg" (Oktober 1938), Ausgewählte Werke Mao Tse-tungs, Bd. II

In der Kaderpolitik der Kommunistischen Partei müssen folgende Kriterien gelten: entschlossene Durchführung der Parteilinie, Einhaltung der Parteidisziplin, enge Verbundenheit mit den Massen, Fähigkeit zu selbständiger Arbeit, Arbeitseifer und Uneigennützigkeit; das eben ist die Linie "Betraue den Geeigneten".

Ebenda

Das System, nach dem die Funktionäre an der kollektiven Produktionsarbeit teilnehmen, muß unbedingt beibehalten werden. Die Funktionäre unserer Partei und unseres Staates sind gewöhnliche Arbeitsmenschen und keine Herren, die auf dem Rücken des Volkes reiten. Durch ihre Teilnahme an der kollektiven Produktionsarbeit unterhalten die Funktionäre maximal umfassende, kontinuierliche und enge Beziehungen zu den Werktätigen. Im System des Sozialismus ist das eine große Sache von grundlegender Bedeutung. Sie trägt dazu bei, den Bürokratismus zu überwinden und den Revisionismus und Dogmatismus zu verhüten.

Zitiert in: Über den Pseudokommunismus Cruschtschows und die historischen Lehren für die Welt (14. Juli 1964)

Man muß die Kader einzuschätzen verstehen. Ein Funktionär darf nicht nur danach beurteilt werden, was er zu einem bestimmten Zeitpunkt oder in einer bestimmten Angelegenheit getan hat, sondern man muß auch seine ganze Vergangenheit, seine gesamte Tätigkeit prüfen. Das ist die Hauptmethode bei der Beurteilung eines Funktionärs.

"Der Platz der Kommunistischen Partei Chinas im nationalen Krieg" (Oktober 1938), Ausgewählte Werke Mao Tse-tungs, Bd. II

Man muß die Kader einzusetzen verstehen. Die Pflichten des Leiters laufen in der Hauptsache auf zwei Aufgaben hinaus: Ideen zu entwickeln und die Kader richtig einzusetzen. Zum Begriff "Ideen entwickeln" gehören die Ausarbeitung von Plänen und Resolutionen, die Erteilung von Anordnungen und Hinweisen u. a. Um dies alles in die Tat umzusetzen, muß man die Kader zusammenschließen und sie zur Durchführung der Arbeit in Bewegung bringen; das gehört zum Begriff "Kader einsetzen".

Ebenda

Man muß die Kader zu hegen verstehen. Die Sorge um die Kader umschließt folgende Maßregeln: Erstens, sie anleiten. Das heißt, man läßt ihnen freie Hand bei ihrer Arbeit, damit sie Mut zur Verantwortung haben; zugleich aber gibt man ihnen auch rechtzeitig Hinweise, damit sie, geleitet von der politischen Linie der Partei, ihre schöpferischen Fähigkeiten entfalten können. Zweitens, ihr Niveau heben. Das heißt, man gibt ihnen die Möglichkeit zu lernen und erzieht sie, damit sie ihr theoretisches Wissen vermehren und ihre Leistungsfähigkeit steigern. Drittens, man kontrolliert ihre Arbeit und hilft ihnen ihre Erfahrungen zusammenfassen, ihre Erfolge vergrößern und ihre Fehler korrigieren. Wenn man einen Auftrag erteilt, dessen Durchführung aber nicht kontrolliert, sondern erst dann aufmerksam wird, wenn ernste Fehler begangen worden sind, so ist das keine richtige Maßnahme der Sorge für die Kader. Viertens, man wendet jenen Funktionären gegenüber, die Fehler begangen haben, in der Regel die Methode der >;Überzeugung an und hilft ihnen bei der Korrektur der Fehler. Die Methode des Kampfes ist nur gegenüber Leuten anzuwenden, die ernste Fehler begangen haben und sich nicht anleiten lassen wollen. Hier ist Geduld nötig; es wäre falsch, Menschen leichthin als "Opportunisten" abzustempeln und unbesonnen die Methode der "Kampfentfaltung" anzuwenden. Fünftens, man kümmert sich fürsorglich um ihre Nöte. Wenn ein Funktionär erkrankt, oder wenn er materielle Sorgen, familiäre Probleme oder andere Schwierigkeiten hat, muß man ihm im Rahmen des Möglichen aufmerksame Fürsorge angedeihen lassen. Das sind die Maßnahmen der Sorge für die Kader.

Ebenda

Eine wirklich fest zusammengeschlossene und mit den Massen verbundene führende Gruppe kann sich nur im Kampf der Massen, nicht losgelöst von ihm, nach und nach herausbilden. Wenn sich ein großer Kampf entfaltet, soll und kann während seines gesamten Verlaufs, d. h. in der Anfangs-, der Mittel- und der Endetappe, die Zusammensetzung der führenden Gruppe meistens nicht ganz dieselbe sein; man muß die Aktivisten, die im Laufe des Kampfes gewachsen sind, unaufhörlich fördern und durch sie jene Teilnehmer der führenden Gruppe ersetzen, die ihnen gegenüber weniger geeignet sind oder aus der Art schlagen.

"Einige Fragen der Führungsmethoden" (1. Juni 1943), Ausgewählte Werke Mao Tse-tungs, Bd. III

Wenn unserer Partei eine einträchtige Zusammenarbeit der Massen der neuen Kader mit den alten Kadern fehlt, wird unsere Sache auf halbem Weg Schiffbruch leiden. Deshalb müssen alle alten Kader den neuen Kadern aufs wärmste entgegenkommen und sich um sie kümmern. Gewiß, die neuen Kader haben ihre Mängel: erst seit kurzem nehmen sie an der Revolution teil, es fehlt ihnen an Erfahrung, manchen von ihnen haften unvermeidlich noch Überreste der üblen Ideologie der alten Gesellschaft an, das heißt, die Überbleibsel der Ideologie des kleinbürgerlichen Individualismus. Aber durch Erziehungsarbeit und revolutionäre Stählung können diese Mängel nach und nach überwunden werden. Die Vorzüge der neuen Kader bestehen, wie Stalin feststellte, eben darin, daß sie ein feines Gefühl für das Neue haben und sich somit durch einen hohen Grad von Enthusiasmus und Aktivität auszeichnen. Und das ist es gerade, was manchen alten Kadern fehlt. Die neuen und die alten Kader müssen einander achten, voneinander lernen, ihre Unzulänglichkeiten überwinden, indem die einen die positiven Eigenschaften der anderen übernehmen; so werden sie sich für die gemeinsame Sache zusammenschließen und sektiererische Tendenzen verhüten.

"Den Arbeitsstil der Partei ausrichten" (1. Februar 1942), Ausgewählte Werke Mao Tse-tungs, Bd. III

Nicht nur um die Kader, die Parteimitglieder sind, sondern auch um die nicht der Partei angehörenden Kader muß man sich kümmern. Außerhalb der Partei gibt es viele fähige Leute, und die Kommunistische Partei darf sie nicht ignorieren. Jeder Kommunist hat die Pflicht, die hochmütigen Allüren einer Exklusivität abzulegen, die Fähigkeit zur guten Zusammenarbeit mit den Kadern, die nicht der Partei angehören, zu entwickeln, ihnen aufrichtig an die Hand zu gehen, ein herzliches Kameradschaftsverhältnis zu ihnen zu pflegen und ihre Aktivität auf die große Sache des antijapanischen Widerstandskrieges und des Aufbaus des Landes zu lenken.

"Der Platz der Kommunistischen Partei Chinas im nationalen Krieg" (Oktober 1948), Ausgewählte Werke Mao Tse-tungs, Bd. II

XXIX. LES CADRES

Pour être sûrs que notre Parti et notre pays ne changeront pas de couleur, nous devons non seulement avoir une ligne et une politique justes, mais éduquer et former des millions de continuateurs de la cause révolutionnaire du prolétariat.

En dernière analyse, former ceux qui prendront la relève de la cause révolutionnaire du prolétariat consiste à savoir s'il existe une jeune génération capable de poursuivre la cause révolutionnaire marxiste-léniniste entreprise par la vieille génération des révolutionnaires prolétariens, si la direction de notre Parti et de notre pays sera toujours entre les mains des révolutionnaires prolétariens, si nos descendants continueront à avancer dans la bonne voie tracée par le marxisme-léninisme, si nous pouvons parvenir à empêcher un révisionnisme à la Khrouchtchev de se manifester en Chine. Bref, la question est d'une importance extrême, c'est une question de vie ou de mort pour notre Parti et notre Etat.

Et sa portée intéresse la cause révolutionnaire du prolétariat pour une période de cent, mille ou dix mille ans. Les changements intervenus en Union soviétique ont amené les prophètes impérialistes à placer leurs espoirs d'une «évolution pacifique» dans la troisième ou la quatrième génération du Parti chinois.

Nous devons faire mentir cette prophétie impérialiste. Nos organisations de partout, des échelons supérieurs aux échelons inférieurs, doivent attacher une attention soutenue à l'éducation et à la formation des continuateurs de la cause révolutionnaire.

Quelles sont les conditions requises pour être de dignes continuateurs de la cause révolutionnaire du prolétariat?

Ils doivent être d'authentiques marxistes-léninistes et non, comme Khrouchtchev, des révisionnistes se parant du marxisme-léninisme.

Ils doivent être des révolutionnaires se mettant corps et âme au service de l'écrasante majorité de la population de la Chine et du monde, et non agir comme Khrouchtchev qui sert les intérêts d'une poignée de gens, la couche bourgeoise privilégiée de son pays, ainsi que les intérêts des impérialistes et des réactionnaires du monde entier.

Ils doivent être des hommes politiques du prolétariat capables de s'unir avec l'écrasante majorité et de travailler de concert avec elle.

Ils doivent non seulement s'unir avec ceux qui partagent leurs vues, mais encore savoir s'unir avec ceux qui ne les partagent pas, avec ceux qui s'opposaient à eux et dont la pratique a prouvé les erreurs.

Cependant, ils doivent être particulièrement vigilants vis-à-vis des arrivistes et des conspirateurs du genre Khrouchtchev et les empêcher d'usurper la direction du Parti et de l'Etat à quelque échelon que ce soit.

Ils doivent donner l'exemple dans l'application du centralisme démocratique du Parti, maîtriser la méthode de direction basée sur le principe de «partir des masses pour retourner aux masses» et cultiver un style de travail démocratique qui les rend capables d'entendre les masses. Ils ne doivent pas, à l'instar de Khrouchtchev, saper le centralisme démocratique du Parti, se prévaloir d'un pouvoir autocratique, attaquer les camarades par surprise, refuser de comprendre et agir en dictateur.

Ils doivent être modestes et prudents, se garder de toute présomption et de toute précipitation, être capables de pratiquer l'autocritique et avoir le courage de corriger les insuffisances et les erreurs dans leur travail.

Ils ne doivent en aucun cas celer leurs erreurs, s'attribuer tous les mérites et rejeter toutes les fautes sur autrui, à l'exemple de Khrouchtchev.

C'est au cours des luttes de masse qu'apparaissent les continuateurs de la cause révolutionnaire du prolétariat; c'est au milieu des grandes tempêtes révolutionnaires qu'ils se forgent et grandissent.

Il faut savoir éprouver et apprécier la valeur des cadres, choisir et former nos continuateurs au cours des luttes de masse prolongées.

Cité dans «Le Pseudo-communisme de Khrouchtchev et les leçons historiques qu'il donne au monde» (14 juillet 1964).

Notre Parti doit étendre ses organisations dans tout le pays, et former, dans un but réfléchi, des milliers et des milliers de cadres et des centaines d'excellents dirigeants des masses.

Ces cadres et ces dirigeants doivent s'assimiler le marxisme-léninisme, avoir de la clairvoyance politique, de la compétence dans le travail, être pénétrés de l'esprit de sacrifice, capables de résoudre les problèmes par eux-mêmes, inébranlables devant les difficultés et entièrement dévoués à la nation, à leur classe et au Parti.

C'est en s'appuyant sur eux que le Parti assure sa liaison avec ses membres en même temps qu'avec les masses, et c'est en s'appuyant sur la ferme direction qu'ils exercent sur les masses que le Parti parviendra à vaincre l'ennemi.

Ils doivent être étrangers à tout égoïsme, tout héroïsme individuel, toute ostentation, toute indolence ou passivité, tout sectarisme hautain; ils doivent être des héros pleins d'abnégation de leur nation et de leur classe. Tels sont les qualités et le style de travail que doivent avoir les membres du Parti, ses cadres et ses dirigeants.

«Luttons pour entraîner les masses par millions dans le front uni national antijaponais» (7 mai 1937), Œuvres choisies de Mao Tsétoung, tome I.

Les cadres jouent un rôle décisif dès que la ligne politique est définie. Notre tâche de combat est donc de former selon un plan un grand nombre de nouveaux cadres.

«Le Rôle du Parti communiste chinois dans la guerre nationale» (Octobre 1938), Œuvres choisies de Mao Tsétoung, tome II.

Dans sa politique des cadres, le Parti communiste adoptera les critères suivants: ferme application de la ligne du Parti, soumission à sa discipline, liaison étroite avec les masses, capacité de travailler en toute indépendance, ardeur à la tâche et désintéressement c'est là la politique de nomination des cadres selon leur mérite.

«Le Rôle du Parti communiste chinois dans la guerre nationale» (Octobre 1938), Œuvres choisies de Mao Tsétoung, tome II.

Nous devons nous en tenir au système de la participation des cadres au travail productif collectif.

Les cadres de notre Parti et de notre Etat sont des travailleurs ordinaires; ce ne sont pas des seigneurs pesant de tout leur poids sur le peuple. En prenant part au travail productif collectif, les cadres maintiennent de la façon la plus large des liens constants et étroits avec le peuple travailleur.

C'est là une mesure majeure, d'importance fondamentale, en régime socialiste, qui contribue à vaincre la bureaucratie et à empêcher le révisionnisme et le dogmatisme.

Cité dans «Le Pseudo-communisme de Khrouchtchev et les leçons historiques qu'il donne au monde» (14 juillet 1964).

Sachons juger les cadres.

Ne fondons pas notre appréciation seulement sur une courte période ou un fait isolé de la vie d'un cadre, mais considérons l'ensemble de son passé et de son travail.

C'est là la méthode principale pour juger d'un cadre.

«Le Rôle du Parti communiste chinois dans la guerre nationale» (Octobre 1938), Œuvres choisies de Mao Tsétoung, tome II.

Sachons employer les cadres.

Le devoir d'un dirigeant se ramène essentiellement à trouver des idées et à employer les cadres. Elaborer un plan, prendre une décision, lancer un ordre, donner une directive, etc., c'est «trouver des idées». Pour faire passer les idées dans la pratique, il faut unir les cadres et les inciter à l'action; cela s'appelle «employer les cadres».

«Le Rôle du Parti communiste chinois dans la guerre nationale» (Octobre 1938), Œuvres choisies de Mao Tsétoung, tome II.

Sachons prendre soin des cadres.

Pour cela, nous avons les moyens suivants: Premièrement, nous devons les orienter, c'est-à-dire que tout en les laissant travailler librement, afin qu'ils osent prendre leurs responsabilités, nous leur donnerons en temps opportun des directives, de sorte qu'ils pourront, guidés par la ligne politique du Parti, faire valoir leur esprit créateur.

Deuxièmement, il s'agit d'élever leur niveau, en leur donnant la possibilité d'apprendre, en les éduquant, de sorte qu'ils enrichiront leurs connaissances théoriques et deviendront plus qualifiés.

Troisièmement, il faut vérifier leur travail, les aider à faire le bilan de leur expérience, à multiplier leurs succès et à corriger leurs erreurs.

Assigner une tâche sans en vérifier l'exécution et n'y porter attention qu'une fois commises des erreurs sérieuses, ce n'est pas là prendre soin des cadres.

Quatrièmement, envers les cadres qui ont fait des erreurs, nous devons, en général, user de persuasion pour les aider à se corriger, et ne recourir à la méthode de la lutte qu'envers ceux qui sont coupables de fautes graves et refusent pourtant de se laisser guider. La patience est ici de rigueur.

On aurait tort de taxer à la légère les gens d'«opportunisme» ou de «partir en guerre» contre eux inconsidérément. Cinquièmement, il faut venir en aide aux cadres qui ont des difficultés. Lorsqu'ils tombent malades ou ont des soucis matériels, familiaux ou autres, nous devons veiller à leur apporter toute l'aide possible.

Voilà la manière de prendre soin des cadres.

«Le Rôle du Parti communiste chinois dans la guerre nationale» (Octobre 1938), Œuvres choisies de Mao Tsétoung, tome II.

Un groupe dirigeant vraiment uni et lié aux masses se constituera progressivement, dans la lutte même des masses et non à l'écart de celle-ci.

Dans la majorité des cas, le groupe dirigeant ne doit ni ne peut rester immuable dans sa composition du début à la fin d'une grande lutte; il faut promouvoir continuellement les éléments actifs qui se sont distingués au cours de la lutte et les substituer aux membres du groupe dirigeant qui sont comparativement moins qualifiés ou qui ont dégénéré.

«A propos des méthodes de direction» (Ier juin 1943), Œuvres choisies de Mao Tsétoung, tome III.

Si, dans notre Parti, il n'existe pas une collaboration pleine et entière entre la grande masse des nouveaux cadres et les vieux cadres, notre cause risque d'être abandonnée à mi-chemin.

C'est pourquoi tous les vieux cadres doivent réserver le meilleur accueil aux nouveaux cadres et leur témoigner la plus chaleureuse sollicitude.

Bien entendu, ces derniers ont leurs défauts: ils ne participent à la révolution que depuis peu de temps, ils manquent d'expérience, certains traînent encore avec eux des restes de l'idéologie pernicieuse de la vieille société, c'est-à-dire des survivances de l'individualisme petit-bourgeois.

Mais ils peuvent éliminer progressivement ces défauts en s'éduquant et en s'aguerrissant dans la révolution. Le trait positif des jeunes cadres, comme le dit Staline, c'est qu'ils ont un sens aigu du nouveau et, partant, font preuve d'un grand enthousiasme, d'une grande activité.

Or, c'est justement ce qui fait défaut à certains de nos vieux cadres. Vieux et nouveaux doivent donc se respecter mutuellement, s'instruire les uns auprès des autres, surmonter leurs points faibles en se transmettant leurs qualités, afin de former un bloc uni pour la cause commune et de prévenir les tendances sectaires.

«Pour un style correct de travail dans le Parti» (Ier février 1942), Œuvres choisies de Mao Tsétoung, tome III.

Nous devons nous occuper aussi bien des cadres non communistes que des cadres membres du Parti.

Il existe en effet à l'extérieur du Parti nombre de gens capables que celui-ci ne doit pas ignorer.

Il faut que chaque communiste se débarrasse de toute attitude hautaine et distante, sache collaborer avec les cadres non communistes, les aide sincèrement, adopte à leur égard une attitude de chaude camaraderie et oriente leur activité vers la grande cause de la résistance au Japon et de la construction nationale; tel est son devoir. «Le Rôle du Parti communiste chinois dans la guerre nationale» (Octobre 1938), Œuvres choisies de Mao Tsétoung, tome II.

XXIX. I QUADRI

Perché ci sia la garanzia che il Partito e il paese non cambino colore dobbiamo non solo avere una linea e una politica giuste, ma anche formare ed educare milioni di successori della causa della rivoluzione proletaria.

In ultima analisi, formare i successori della causa rivoluzionaria del proletariato vuol dire decidere se ci sarà o no chi può portare avanti la causa della rivoluzione marxista-leninista iniziata dalla vecchia generazione di rivoluzionari proletari, se la direzione del nostro Partito e dello Stato resterà o no nelle mani dei rivoluzionari proletari, se i nostri discendenti continueranno o no ad avanzare lungo la giusta strada tracciata dal marxismo-leninismo, o, in altre parole, se riusciremo o no a prevenire la nascita del revisionismo kruscioviano in Cina. In breve, si tratta di una questione di estrema importanza, una questione di vita o di morte per il nostro Partito e il nostro paese. È una questione di fondamentale importanza per la causa rivoluzionaria proletaria nei prossimi cento, mille o diecimila anni. Basandosi sui cambiamenti nell’Unione Sovietica, i profeti imperialisti puntano le loro speranze di “evoluzione pacifica” sulla terza o quarta generazione del Partito cinese. Dobbiamo smentire queste profezie degli imperialisti. Dalle nostre più alte organizzazioni a quelle di base, dobbiamo dovunque curare costantemente la formazione e l’educazione dei successori della causa rivoluzionaria.

Quali requisiti devono avere i degni successori della causa rivoluzionaria del proletariato?

Essi devono essere autentici marxisti-leninisti e non, come Krusciov, revisionisti travestiti da marxisti-leninisti.

Devono essere rivoluzionari che di tutto cuore servono la stragrande maggioranza del popolo della Cina e di tutto il mondo e non essere come Krusciov, che serve gli interessi di un pugno di gente, ossia dello strato borghese privilegiato nel suo paese, e gli interessi dell’imperialismo e della reazione stranieri.

Devono essere uomini politici proletari, capaci di unirsi e lavorare con la stragrande maggioranza. Devono unirsi non solo con chi è d’accordo,

ma sapersi unire anche con chi non lo è, dopo che la pratica ne abbia provato gli errori, perfino con chi in precedenza li avversava. Devono stare particolarmente in guardia contro gli arrivisti e i cospiratori come Krusciov e impedire che tali cattivi elementi usurpino la direzione del Partito e dello Stato a qualsiasi livello.

Devono dare l’esempio nell’applicare il centralismo democratico del Partito, impadronirsi del metodo di direzione basato sul principio “dalle masse alle masse”, coltivare uno stile democratico che li renda capaci di ascoltare le masse. Non devono, come Krusciov, essere dispotici e violare il centralismo democratico del Partito, compiere attacchi di sorpresa contro i compagni o agire in modo arbitrario e dittatoriale.

Devono essere modesti e avveduti e guardarsi dall’arroganza e dalla precipitazione; devono compenetrarsi dello spirito dell’autocritica e avere il coraggio di correggere i difetti e gli errori riscontrati nel loro lavoro. Non devono mai, come Krusciov, nascondere i propri errori, attribuirsi tutto il merito e gettare tutta la colpa sugli altri.

I successori della causa rivoluzionaria del proletariato emergono nelle lotte di massa e si temprano nelle grandi tempeste della rivoluzione. È essenziale mettere alla prova e giudicare i quadri e scegliere e formare i successori nel corso di prolungate lotte di massa.

Citato in “Il falso comunismo di Krusciov e le lezioni storiche che dà al mondo” (14 luglio 1964).

Le organizzazioni del nostro Partito devono essere estese in tutto il paese: dobbiamo perciò formare, consapevoli dei fini da raggiungere, decine di migliaia di quadri e centinaia di ottimi dirigenti delle masse. Devono essere quadri e dirigenti con una profonda conoscenza del marxismo-leninismo, politicamente lungimiranti, capaci nel lavoro, pronti a ogni sacrificio, in grado di affrontare da soli i problemi, incrollabili di fronte alle difficoltà, leali e dediti al servizio della nazione, della loro classe e del Partito. E su questi quadri e dirigenti che il Partito conta per mantenere i legami con la base e con le masse, ed è facendo affidamento sulla loro ferma direzione delle masse che il Partito può riuscire a sconfiggere il nemico. Questi quadri e questi dirigenti devono essere esenti da egoismo, eroismo individualistico, ostentazione, indolenza, passività e arrogante settarismo ed essere invece disinteressati

eroi della loro nazione e della loro classe. Questi sono i requisiti e lo stile di lavoro che si richiedono ai membri, ai quadri e ai dirigenti del nostro Partito.

“Conquistare a milioni le masse nel fronte unito nazionale antigiapponese” (7 maggio 1937), Opere Scelte, Vol. I.

Una volta definita la linea politica, i quadri costituiscono un fattore decisivo. Perciò il nostro compito di lotta è formare in modo pianificato un gran numero di nuovi quadri.

“Il ruolo del Partito Comunista cinese nella guerra nazionale” (ottobre 1938), Opere Scelte, Vol. II.

Il criterio che il Partito Comunista deve seguire nella sua politica dei quadri è di vedere se un quadro applica risolutamente la linea del Partito, osserva la disciplina di Partito, mantiene stretti legami con le masse, è capace di orientarsi da solo, è attivo, lavora duramente ed è disinteressato. Questa è la politica della “nomina dei quadri secondo i loro meriti”.

Ibidem.

È assolutamente necessario mantenere il sistema della partecipazione dei quadri al lavoro produttivo collettivo. I quadri del nostro Partito e del nostro Stato sono semplici lavoratori e non signori che gravano sulle spalle del popolo. Partecipando al lavoro produttivo collettivo, i quadri mantengono ampi, costanti e stretti legami con i lavoratori. Questa è una misura di fondamentale importanza in un sistema socialista perché aiuta a vincere la burocrazia e a prevenire il revisionismo e il dogmatismo.

Citato in “Il falso comunismo di Krusciov e le lezioni storiche che dà al mondo” (14 luglio 1964).

Dobbiamo saper giudicare i quadri. Non dobbiamo limitare il nostro giudizio a un breve periodo o a un avvenimento isolato della vita di un quadro, ma considerare invece nell’insieme la sua vita e il suo lavoro. E questo il metodo principale per giudicare i quadri.

“Il ruolo del Partito Comunista cinese nella guerra nazionale” (ottobre 1938), Opere Scelte, Vol. II.

Dobbiamo saper impiegare bene i quadri. In ultima analisi, un dirigente ha due responsabilità principali: elaborare idee e impiegare bene i quadri. Formulare piani, prendere decisioni, dare ordini, direttive ecc., significa “elaborare idee”. Per mettere in pratica le idee dobbiamo unire i quadri e incitarli all’azione; ciò significa “impiegare bene i quadri”.

Ibidem.

Dobbiamo saper prenderci cura dei quadri. Ci sono molti modi per farlo:

Primo, dare loro un orientamento. Ciò significa dar loro mano libera nel lavoro perché abbiano il coraggio di assumersi le responsabilità; al tempo stesso, significa fornire loro tempestive istruzioni perché, orientati dalla linea politica del Partito, siano in grado di sfruttare in pieno la propria iniziativa.

Secondo, elevare il loro livello. Ciò significa educarli dando loro la possibilità di studiare perché possano migliorare la conoscenza teorica e la capacità di lavoro.

Terzo, controllare il loro lavoro, aiutarli a riassumere le esperienze, a moltiplicare i successi e a correggere gli errori. Assegnare un lavoro senza controllarne l’esecuzione e occuparsene solo quando sono stati già commessi gravi errori non è il modo giusto di prendersi cura dei quadri.

Quarto, usare in generale il metodo della persuasione con i quadri che hanno commesso errori e aiutarli a correggerli. Il metodo della lotta deve applicarsi solo a coloro che commettono gravi errori e ciò nonostante rifiutano di farsi guidare. È sbagliato tacciare la gente alla leggera di “opportunismo” o cominciare alla leggera a “condurre lotte” contro questo o quello.

Quinto, aiutarli nelle difficoltà. Quando i quadri si ammalano, hanno difficoltà materiali, familiari o d’altro genere, dobbiamo sforzarci, per quanto possibile, di avere cura di loro.

È così che dobbiamo prenderci cura dei quadri. Ibidem.

Un gruppo dirigente veramente unito e legato alle masse può formarsi gradualmente solo nel processo delle lotte di massa, e non separatamente da esse. Nella maggior parte dei casi la composizione del

gruppo dirigente non deve e non può rimanere del tutto invariata durante la fase iniziale, media e finale di una grande lotta; gli attivisti che si distinguono nel corso della lotta devono invariabilmente essere promossi e sostituire quei membri originali del gruppo dirigente che al confronto si sono rivelati inferiori o hanno degenerato.

“Alcune questioni riguardanti i metodi di direzione” (1° giugno 1943), Opere Scelte, Vol. III.

Se il nostro Partito non avrà un gran numero di nuovi quadri che collaborino in stretta unità con i vecchi quadri, la nostra causa subirà un arresto. Perciò, tutti i vecchi quadri devono accogliere con grande entusiasmo i nuovi quadri e dimostrare nei loro confronti la più calorosa sollecitudine. Certamente, i nuovi quadri hanno dei difetti: essi partecipano alla rivoluzione solo da poco tempo e mancano di esperienza; alcuni inevitabilmente portano con sé qualche residuo dell’ideologia corrotta della vecchia società, resti dell’individualismo piccolo-borghese. Ma questi difetti possono essere eliminati man mano che il quadro si educa e si tempra nella rivoluzione. Il carattere positivo dei nuovi quadri, come ha detto Stalin, è che sono molto sensibili al nuovo e perciò molto entusiasti e attivi – qualità che mancano ad alcuni dei vecchi quadri. I quadri, nuovi e vecchi, devono rispettarsi, imparare gli uni dagli altri e superare i propri difetti, trasmettendosi a vicenda le buone qualità, così da unirsi come un sol uomo nella causa comune e prevenire ogni tendenza settaria.

“Rettificare lo stile di lavoro del Partito” (1° febbraio 1942), Opere Scelte, Vol. III.

Dobbiamo prenderci cura non solo dei quadri del Partito, ma anche di quelli che non vi appartengono. Fuori del Partito ci sono molte persone capaci che non dobbiamo ignorare. È dovere di ogni comunista liberarsi dall’indifferenza e dall’arroganza, saper collaborare con i quadri non appartenenti al Partito, aiutarli sinceramente, avere un caloroso atteggiamento da compagni nei loro confronti e convogliare la loro iniziativa nella grande causa della resistenza contro il Giappone e della costruzione del paese.

“Il ruolo del Partito Comunista cinese nella guerra nazionale” (ottobre 1938), Opere Scelte, Vol. II.


English

Chapter 29. Cadres (幹部)
The cadres, as instruments of union with the people and working for them, must be leaders well-versed in Marxism-Leninism. They should have both guidance and freedom to use their creative initiative in problem-solving. New and old cadres should work together with camaraderie and respect, learning from each other.

Deutsch

Kapitel 29. Kader (幹部)
Die Kader, als Instrumente der Einheit mit dem Volk und der Arbeit für das Volk, müssen Führer sein, die im Marxismus-Leninismus bewandert sind. Sie sollten sowohl Anleitung als auch Freiheit haben, ihre kreative Initiative bei der Problemlösung zu nutzen. Neue und alte Kader sollten mit Kameradschaft und Respekt zusammenarbeiten und voneinander lernen.

Français

Chapitre 29. Cadres (幹部)
Les cadres, instruments d’union avec le peuple et travaillant pour lui, doivent être des dirigeants versés dans le marxisme-léninisme. Ils doivent avoir à la fois des orientations et la liberté d’utiliser leur initiative créative dans la résolution des problèmes. Les nouveaux cadres et les anciens doivent travailler ensemble avec camaraderie et respect, apprenant les uns des autres.

Italiano

Capitolo 29. Quadri (幹部)
I quadri, come strumenti di unione con il popolo e di lavoro per esso, devono essere dirigenti esperti nel marxismo-leninismo. Devono avere sia orientamento che libertà di utilizzare la loro iniziativa creativa nella risoluzione dei problemi. I nuovi e i vecchi quadri devono lavorare insieme con rispetto e spirito di cameratismo, imparando gli uni dagli altri.


Los cuadros en el pensamiento de Mao Tse-Tung

Cuadros - Libro Rojo de Mao

El Capítulo 29 del Libro Rojo de Mao Tse-Tung, titulado «Cuadros» (幹部), se centra en la importancia de los cuadros dentro del Partido Comunista de China y su papel crucial en la revolución y la construcción del socialismo. Mao subraya que los cuadros son el puente entre la dirección del partido y las masas, y destaca las cualidades y responsabilidades que deben caracterizar a estos líderes. Este capítulo, que contiene 11 citas cuidadosamente seleccionadas, define la visión de Mao sobre los cuadros como elementos fundamentales para el éxito de la revolución y la construcción del socialismo.

Mao Zedong concibe a los cuadros como el instrumento esencial de unión entre el Partido y el pueblo. Esta idea refleja su visión de que los cuadros no deben ser una élite separada, sino un puente vital que conecta las políticas del Partido con las necesidades y aspiraciones de las masas. Los cuadros, según Mao, deben trabajar incansablemente para el pueblo, siendo sus sirvientes y no sus amos.

La Importancia de los Cuadros

Mao inicia el capítulo destacando la relevancia de los cuadros en el desarrollo de la causa revolucionaria. Afirma que «una vez determinada la línea política, los cuadros constituyen un factor decisivo»​​. Esto significa que, después de establecer la dirección política correcta, la implementación efectiva de estas políticas depende en gran medida de la capacidad y dedicación de los cuadros.

Criterios para Evaluar a los Cuadros

El líder chino establece criterios claros para evaluar a los cuadros, enfatizando que deben llevar adelante con firmeza la línea del partido, observar su disciplina, mantener vínculos estrechos con las masas, poseer la capacidad de orientarse independientemente en el trabajo y ser activos, empeñosos y desinteresados​​. Estos criterios aseguran que los cuadros no solo sean competentes en sus tareas, sino también ejemplares en su conducta y compromiso con la revolución.

Un aspecto fundamental que Mao enfatiza es la necesidad de que los cuadros sean versados en el marxismo-leninismo. Esta exigencia va más allá del mero conocimiento teórico; implica la capacidad de aplicar los principios marxista-leninistas a las condiciones concretas de China. Mao probablemente argumenta que esta base teórica es esencial para guiar la práctica revolucionaria y evitar desviaciones ideológicas.

Formación y Desarrollo de Nuevos Cuadros

Mao subraya la necesidad de preparar planificadamente una gran cantidad de nuevos cuadros para garantizar la continuidad de la causa revolucionaria​​. Este proceso incluye brindarles oportunidades de estudio y elevar su preparación teórica y capacidad para el trabajo. La formación de nuevos cuadros es esencial para mantener la vitalidad del partido y adaptarse a los desafíos cambiantes de la revolución.

Sin embargo, Mao también subraya la importancia de que los cuadros tengan tanto orientación como libertad para utilizar su iniciativa creativa en la resolución de problemas. Esta dualidad refleja su deseo de equilibrar la disciplina del Partido con la flexibilidad necesaria para abordar situaciones diversas y cambiantes. La iniciativa creativa se ve como crucial para adaptar las políticas generales a las condiciones locales específicas.

Participación en el Trabajo Colectivo de Producción

Un aspecto distintivo de la política de cuadros de Mao es la insistencia en que los cuadros participen en el trabajo colectivo de producción. Según Mao, «los cuadros de nuestro Partido y nuestro Estado son trabajadores comunes y no señores que cabalgan sobre el pueblo»​​. Participar en el trabajo productivo no solo mantiene a los cuadros conectados con las masas, sino que también previene el burocratismo y el revisionismo.

Un aspecto importante que Mao aborda es la relación entre los cuadros nuevos y los viejos. Enfatiza la necesidad de que trabajen juntos con respeto mutuo y camaradería. Esta idea refleja su reconocimiento de que tanto la experiencia de los cuadros veteranos como la energía y las nuevas perspectivas de los jóvenes son valiosas para el Partido. Mao probablemente argumenta que este intercambio intergeneracional es vital para la continuidad y renovación del movimiento revolucionario.

Métodos para Preocuparse por los Cuadros

Mao describe varios métodos para preocuparse por los cuadros, que incluyen:

  1. Orientar su trabajo: Permitirles desplegar su iniciativa y asumir responsabilidades, mientras se les da orientación oportuna basada en la línea política del partido.
  2. Elevar su nivel: Brindarles oportunidades de estudio y educación para mejorar su preparación teórica y capacidad de trabajo.
  3. Controlar su trabajo y ayudarles a sintetizar experiencias: Desarrollar sus éxitos y corregir sus errores, sin dejarlos de lado solo cuando cometen errores graves.
  4. Emplear la persuasión para corregir errores: Utilizar la paciencia y la persuasión con los cuadros que hayan cometido errores, recurriendo a la lucha solo en casos de errores graves y resistencia a la guía.
  5. Ayudarles en sus dificultades: Prestar atención a sus problemas materiales y familiares, asegurando su bienestar​​.

A través de las 11 citas, Mao posiblemente elabora sobre diferentes aspectos del trabajo y el desarrollo de los cuadros. Estos pueden incluir métodos para mejorar la capacidad de liderazgo, formas de mantener una conexión estrecha con las masas, y estrategias para combatir la burocracia y el elitismo dentro del Partido.

Cooperación entre Nuevos y Viejos Cuadros

Mao enfatiza la necesidad de cooperación plena entre los cuadros nuevos y viejos para asegurar el éxito de la causa revolucionaria. Señala que los cuadros nuevos, aunque carecen de experiencia, poseen un gran entusiasmo y actividad, mientras que los viejos cuadros pueden aprender de estas cualidades para superar sus propias debilidades​​.

Es importante entender este concepto de los cuadros en el contexto más amplio de la teoría y práctica revolucionaria de Mao. Los cuadros se veían como la columna vertebral del Partido y del Estado socialista, responsables de implementar políticas, movilizar a las masas y garantizar el avance de la revolución en todos los niveles de la sociedad.

Sin embargo, es crucial notar que la implementación práctica de estas ideas sobre los cuadros a menudo fue compleja y, en ocasiones, problemática. Las tensiones entre la disciplina del Partido y la iniciativa individual, los desafíos para mantener una verdadera conexión con las masas, y las luchas de poder dentro del Partido fueron realidades que complicaron el ideal presentado por Mao.

Conclusión: Un Llamado a la Excelencia en el Liderazgo

El capítulo concluye con un llamado a los cuadros del partido a ser desinteresados, activos y fieles en su servicio a la nación, la clase y el partido. Mao insiste en que los cuadros deben mantenerse alejados del egoísmo, el heroísmo individualista y la ostentación, y deben ser verdaderos líderes revolucionarios que inspiren y movilicen a las masas​​.

En resumen, el Capítulo 29 del Libro Rojo de Mao Tse-Tung ofrece una guía detallada sobre las cualidades, responsabilidades y métodos de desarrollo de los cuadros dentro del Partido Comunista de China. A través de la formación continua, la participación en el trabajo productivo y la cooperación entre nuevos y viejos cuadros, Mao articula una visión de liderazgo revolucionario que es esencial para el éxito y la continuidad de la causa socialista.

El Capítulo 29 del Libro Rojo de Mao presenta una visión de los cuadros como líderes versados en el marxismo-leninismo, capaces de unir al Partido con el pueblo y de utilizar su iniciativa creativa en la resolución de problemas. Mao enfatiza la importancia de la colaboración entre cuadros nuevos y veteranos, y la necesidad de un aprendizaje mutuo constante. Esta concepción de los cuadros tuvo un impacto significativo en la estructura y funcionamiento del Partido Comunista de China, aunque su realización práctica a menudo enfrentó desafíos y contradicciones.


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