5. Guerra y paz (戰爭與和平)
Capítulo 5. La guerra es una extensión de la política y se puede dividir en al menos dos tipos: guerras justas (progresistas) y guerras injustas, que solo benefician a los intereses burgueses. Aunque nadie desea la guerra, debemos estar siempre preparados para luchar en guerras justas contra las agresiones imperialistas.
Guerra y paz (戰爭與和平)
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V. GUERRA Y PAZ
La guerra, que ha existido desde la aparición de la propiedad privada y las clases, es la forma más alta de lucha para resolver las contradicciones entre clases, naciones, Estados o grupos políticos, cuando estas contradicciones han llegado a una determinada etapa de su desarrollo.
Problemas estratégicos de la guerra revolucionaria de China (diciembre de 1936), Obras Escogidas, t. I.
La guerra es la continuación de la política. En este sentido, la guerra es política, y es en sí misma una acción política. No ha habido jamás, desde los tiempos antiguos, ninguna guerra que no tuviese un carácter político. (...) Pero la guerra tiene sus características peculiares, y en este sentido, no es igual a la política en general. La guerra es la continuación de la política por otros medios. Cuando la política llega a cierta etapa de su desarrollo, más allá de la cual no puede proseguir por los medios habituales, estalla la guerra para ba- rrer el obstáculo del camino. (...) Cuando sea eliminado el obstáculo y conseguido nuestro objetivo político, terminará la guerra. Mientras no se elimine por completo el obstáculo, la guerra tendrá que continuar hasta que se logre totalmente el objetivo. (...) Se puede decir entonces que la política es guerra sin derramamiento de sangre, en tanto que la guerra es política con derramamiento de sangre.
Sobre la guerra prolongada (mayo de 1938), Obras Escogidas, t. II.
La historia demuestra que las guerras se dividen en dos clases: las justas y las injustas. Todas las guerras progresistas son justas, y todas las que impiden el progreso son injustas. Los comunistas nos oponemos a todas las guerras injustas, que impiden el progreso, pero no estamos en contra de las guerras justas, progresistas. Los comunistas, lejos de oponernos a estas últimas, participamos activamente en ellas. En cuanto a las guerras injustas, la Primera Guerra Mundial es un caso en que ambos bandos pelearon por intereses imperialistas; por lo tanto, los comunistas del mundo entero se opusieron resueltamente a ella. La forma de combatir una guerra de este tipo es hacer cuanto se pueda por prevenirla antes de que estalle y, si llega a estallar, oponer la guerra a la guerra, oponer la guerra justa a la guerra injusta, siempre que ello sea posible.
Ibíd.
En la sociedad de clases, las revoluciones y las guerras revolucionarias son inevitables; sin ellas, es imposible realizar saltos en el desarrollo social y derrocar a las clases dominantes reaccionarias para que el pueblo conquiste el Poder.
Sobre la contradicción (agosto de 1937), Obras Escogidas, t. I.
La guerra revolucionaria es una antitoxina, que no sólo destruirá el veneno del enemigo, sino que también nos depurará de toda inmundicia. Toda guerra justa, revolucionaria, está dotada de una fuerza inmensa, capaz de transformar muchas cosas o abrir el camino a su transformación. La guerra chinojaponesa transformará a China y al Japón. Siempre que China persista en la Guerra de Resistencia y en el frente único, el viejo Japón será convertido en un nuevo Japón, y la vieja China, en una nueva China, y tanto en China como en el Japón hombres y cosas se transformarán en el curso de esta guerra y después de ella.
Sobre la guerra prolongada (mayo de 1938), Obras Escogidas, t. II.
Todos los comunistas tienen que comprender esta verdad: El Poder nace del fusil.
Problemas de la guerra y de la estrategia (6 de noviembre de 1938), Obras Escogidas, t. II.
La tarea central y la forma más alta de toda revolución es la tome del Poder por medio de la fuerza armada, es decir, la solución del problema por medio de la guerra. Este principio marxista-leninista de la revolución tiene validez universal, tanto en China como en los demás países.
Ibíd.
Sin la lucha armada, en China no habrá lugar para el proletariado, ni para el pueblo, ni para el Partido Comunista, y la revolución no podrá triunfar. Es en medio de guerras revolucionarias que nuestro Partido se ha desarrollado, consolidado y bolchevizado en los dieciocho años pasados; sin la lucha armada, el Partido Comunista no habría llegado a ser lo que es hoy. Ningún camarada del Partido debe olvidar jamás esta experiencia que hemos pagado con sangre.
Presentación de 'El Comunista' (4 de octubre de 1939), Obras Escogidas, t. II.
Según la teoría marxista del Estado, el ejército es el principal componente del Poder estatal. Quienquiera que desee tomar el Poder estatal y retenerlo, tiene que contar con un poderoso ejército. Cierta gente nos ridiculiza calificándonos de partidarios de la teoría de la omnipotencia de la guerra. Sí, somos partidarios de la teoría de la omnipotencia de la guerra revolucionaria; eso no es malo; es bueno, marxista. Con sus fusiles, los comunistas rusos crearon el socialismo. Nosotros crearemos una república democrática. La experiencia de la lucha de clases en la era del imperialismo nos demuestra que sólo mediante la fuerza del fusil la clase obrera y las demás masas trabajadoras pueden derrotar a la burguesía y la clase terrateniente armadas; en este sentido cabe afirmar que sólo con el fusil se puede transformar el mundo entero.
Problemas de la guerra y de la estrategia (6 de noviembre de 1938), Obras Escogidas, t. II.
Somos partidarios de la abolición de la guerra; no deseamos la guerra. Pero la guerra sólo se puede abolir mediante la guerra. Para acabar con los fusiles, se debe empuñar el fusil.
Ibíd.
La guerra, ese monstruo de matanza entre los hombres, será finalmente liquidada, en un futuro no lejano, por el progreso de la sociedad humano. Pero sólo hay un medio para eliminarla: oponer la guerra a la guerra, oponer la guerra revolucionaria a la guerra contrarrevolucionaria, oponer la guerra revolucionaria nacional a la guerra contrarrevolucionaria nacional y oponer la guerra revolucionaria de clase a la guerra contrarrevolucionaria de clase. (...) Cuando la sociedad humana llegue a una etapa en que sean eliminados las clases y los Estados, ya no habrá guerras, contrarrevolucionarias o revolucionarias, injustas o justas. Esa será la era de la paz eterna para la humanidad. Al estudiar las leyes de la guerra revolucionaria partimos de la aspiración a eliminar todas las guerras. He aquí la línea divisoria entre nosotros, los comunistas, y todas las clases explotadoras.
Problemas estratégicos de la guerra revolucionaria de China (diciembre de 1936), Obras Escogidas, t. I.
Nuestro país y los demás países socialistas necesitan la paz; también la necesitan los pueblos de todos los países del mundo. Los únicos que ansían la guerra y no quieren la paz son los grupos del capital monopolista del puñado de países imperialistas, que se enriquecen con la agresión.
Discurso de apertura en el VIII Congreso Nacional del Partido Comunista de China (15 de septiembre de 1956) [Obras Escogidas, t. V].
Para lograr una paz duradera en todo el mundo debemos continuar desarrollando nuestra amistad y colaboración con todos los países hermanos del campo socialista y reforzar nuestra unidad con todos los países amantes de la paz. Tenemos que esforzarnos por establecer relaciones diplomáticas normales, sobre la base del respeto reciproco a la integridad territorial y a la soberanía de la igualdad de derechos y del provecho mutuo, con todos los países que deseen vivir en paz con nosotros. Tenemos que prestar activo apoyo al movimiento de liberación e independencia nacionales en los países de Asia, Africa y América Latina, así como al movimiento por la paz y a las luchas justas de todos los países del mundo.
Ibíd.
En cuanto a los países imperialistas, debemos unirnos también con sus pueblos y esforzarnos por coexistir pacíficamente con estos países, comerciar con ellos y conjurar toda posible guerra. Sin embargo, de ningún modo debemos abrigar ideas ilusorias respecto a ellos.
Sobre el tratamiento correcto de las contradicciones en el seno del pueblo (27 de febrero de 1957) [Obras Escogidas, t. V].
Deseamos la paz. Sin embargo, si el imperialismo se empeña en desencadenar una guerra, no tendremos otra alternativa que tomar la decisión de combatir hasta el final y reemprender después nuestra construcción. Si se teme la guerra todos los días, qué hacer cuando ésta finalmente se produzca? Primeramente, he dicho que el viento del Este prevalece sobre el viento del Oeste y que la guerra no estallará, y ahora agrego esta explicación acerca de la situación que surgirá en caso de estallar la guerra. De este modo, ambas posibilidades han sido tomadas en cuenta.
Intervención en la Conferencia de Representantes de los Partidos Comunistas y Obreros de Moscú (18 de noviembre de 1957).
En todos los países se discute ahora si estallará o no una tercera guerra mundial. Frente a esta cuestión, también debemos estar espiritualmente preparados y examinarla de modo analítico. Estamos resueltamente por la paz y contra la guerra. No obstante, si los imperialistas insisten en desencadenar una guerra, no debemos sentir temor. Nuestra actitud ante este asunto es la misma que ante cualquier otro desorden: en primer lugar, estamos en contra, en segundo, no lo tememos. Después de la Primera Guerra Mundial apareció la Unión Soviética, con doscientos millones de habitantes; después de la Segunda Guerra Mundial surgió el campo socialista, que abarca a novecientos millones de seres. Puede afirmarse que si, a pesar de todo, los imperialistas desencadenan una tercera guerra mundial, otros centenares de millones pasarán inevitablemente al lado del socialismo, y a los imperialistas no les quedará ya mucho espacio en el mundo; incluso es probable que se derrumbe por completo todo el sistema imperialista.
Sobre el tratamiento correcto de las contradicciones en el seno del pueblo (27 de febrero de 1957) [Obras Escogidas, t. V].
Provocar disturbios, fracasar, volver a provocar disturbios, fracasar de nuevo, y así hasta la ruina: ésta es la lógica de los imperialistas y de todos los reaccionarios del mundo frente a la causa del pueblo, y nunca marcharán en contra de esta lógica. Esta es una ley marxista. Cuando decimos que el imperialismo es feroz, queremos decir que su naturaleza nunca cambiará, que los imperialistas nunca dejarán de lado sus cuchillas de carnicero ni se convertirán jamás en Budas, y así hasta su ruina.
Luchar, fracasar, volver a luchar, fracasar de nuevo volver otra vez a luchar, y así hasta la victoria: ésta es la lógica del pueblo, y él tampoco marchará jamás en contra de ella. Esta es otra ley marxista. La revolución del pueblo ruso siguió esta ley, y la ha seguido también la revolución del pueblo chino.
Desechar las ilusiones, prepararse para la lucha (14 de agosto de 1949), Obras Escogidas, t. IV.
La victoria de ningún modo debe hacernos relajar la vigilancia ante las frenéticas maquinaciones de los imperialistas y sus lacayos, que tratan de tomar venganza. Quienquiera que relaje la vigilancia quedará desarmado políticamente y se verá reducido a una posición pasiva.
Discurso pronunciado en la Reunión Preparatoria de la Nueva Conferencia Consultiva Política (15 de junio de 1949), Obras Escogidas, t. IV.
Los imperialistas y sus lacayos, los reaccionarios chinos, no se resignarán a su derrota en esta tierra nuestra. Seguirán confabulándose para combatir al pueblo chino por todos los medios posibles. Por ejemplo, enviarán subrepticiamente sus agentes a nuestro país para sembrar discordias y provocar disturbios. Eso es indudable; jamás se olvidarán de hacerlo. Otro ejemplo: los imperialistas instigarán a los reaccionarios chinos, e incluso les brindarán el concurso de sus propias fuerzas, para bloquear los puertos de China. Esto lo harán siempre que les sea posible. Además, si aún ansían aventuras, enviarán parte de sus tropas a invadir u hostigar nuestras zonas fronterizas, cosa que tampoco es imposible. Todo esto debemos tenerlo plenamente en cuenta. El mundo progresa y el futuro es brillante; nadie puede cambiar esta tendencia general de la historia. Debemos realizar entre el pueblo una propaganda constante sobre los progresos del mundo y su futuro luminoso, para que adquiera confianza en la victoria.
Sobre las negociaciones de Chungching (17 de octubre de 1945), Obras Escogidas, t. IV.
Los mandos y combatientes del Ejército Popular de Liberación de ningún modo deben relajar ni en lo más mínimo su voluntad de combate; toda idea que tienda a relajar la voluntad de combate o a subestimar al enemigo, es errónea.
Informe ante la II Sesión Plenaria del Comité Central elegido en el VII Congreso Nacional del Partido Comunista de China (5 de marzo de 1949), Obras Escogidas, t. IV.
5. WAR AND PEACE
War is the highest form of struggle for resolving contradictions, when they have developed to a certain stage, between classes, nations, states, or political groups, and it has existed ever since the emergence of private property and of classes.
"Problems of Strategy in China's Revolutionary War" (December 1936), Selected Works, Vol. I, p. 180.
"War is the continuation of politics." In this sense war is politics and war itself is a political action; since ancient times there has never been a war that did not have a political character.…
But war has its own particular characteristics and in this sense it cannot be equated beyond which it cannot proceed by the usual means, war breaks out to sweep theobstacles from the way. … When the obstacle is continuation of politics by other.… means." When politics develops to a certain stage
with politics in general. "War is the removed and our political aim attained the war will stop. But if the obstacle is not completely swept away, the war will have to continue till the aim is fully accomplished. … It can therefore be said that politics is war without bloodshed while war is politics with bloodshed.
"On Protracted War" (May 1938), Selected Works, Vol. II, pp. 152-53 *
History shows that wars are divided into two kinds, just and unjust. All wars that are progressive are just, and all wars that impede progress are unjust. We Communists oppose all unjust wars that impede progress, but we do not oppose progressive, just wars. Not only do we Communists not oppose just wars, we actively participate in them. As for unjust wars, World War I is an instance in which both sides fought for imperialist interests; therefore the Communists of the whole world firmly opposed that war. The way to oppose a war of this kind is to do
everything possible to prevent it before it breaks out and, once it breaks out, to oppose war with war, to oppose unjust war with just war, whenever possible.
Ibid., p. 150.
Revolutions and revolutionary wars are inevitable in class society, and without them it is impossible to accomplish any leap in social development and to overthrow the reactionary ruling classes and therefore impossible for the people to win political power.
"On Contradiction" (August1937), Selected Works, Vol. I, p. 344.*
Revolutionary war is an antitoxin which not only eliminates the enemy's poison but also purges us of our own filth. Every just, revolutionary war is endowed with tremendous power and can transform many things or clear the way for their transformation. The Sino-Japanese war will transform both China and Japan; provided China perseveres in the War of Resistance and in the united front, the old Japan will
surely be transformed into a new Japan and the old China into a new China, and people and everything else in both China and Japan will be transformed during and after the war.
"On Protracted War" (May Selected Works, Vol. II, p. 131.*
1938),
Every Communist must grasp the truth, "Political power grows out of the barrel of a gun."
"Problems of War and Strategy" (November 6, 1938), Selected Works, Vol. II, p. 224.
The seizure of power by armed force, the settlement of the issue by war, is the central task and the highest form of revolution. This Marxist-Leninist principle of revolution holds good universally, for China and for all other countries.
Ibid., p. 219.
Without armed struggle neither the proletariat, nor the people, nor the Communist Party would have any standing at all in China and it would be impossible
for the revolution to triumph. In these years [the eighteen years since the founding of the Party] the development, consolidation and bolshevization of our Party have proceeded in the midst of revolutionary wars; without armed struggle the Communist Party would assuredly not be what it is today. Comrades throughout the Party must never forget this experience for which we have paid in blood.
"Introducing The Communist" (October 4, 1939), Selected Works, Vol. II, p. 292.*
According to the Marxist theory of the state, the army is the chief component of state power. Whoever wants to seize and retain state power must have a strong army. Some people ridicule us as advocates of the "omnipotence of war". Yes, we are advocates of the omnipotence of revolutionary war; that is good, not bad, it is Marxist. The guns of the Russian Communist Party created socialism. We shall create a democratic republic. Experience in the class struggle in the era of imperialism teaches us that it is only by the power of the gun that the working class and
the labouring masses can defeat the armed bourgeoisie and landlords; in this sense we may say that only with guns can the whole world be transformed.
"Problems of War and Strategy" (November 6, 1938), Selected Works, Vol. II, p. 225.
We are advocates of the abolition of war, we do not want war; but war can only be abolished through war, and in order to get rid of the gun it is necessary to take up the gun.
Ibid.
War, this monster of mutual slaughter among men, will be finally eliminated by the progress of human society, and in the not too distant future too. But there is only one way to eliminate it and that is to oppose war with war, to oppose counterrevolutionary war with revolutionary war, to oppose national counter-revolutionary war with national revolutionary war, and to oppose counter-revolutionary class war with revolutionary class war.… When human society advances to the point where
Classes and states are eliminated, there will be no more wars, counter-revolutionary or revolutionary, unjust or just; that will be the era of perpetual peace for mankind. Our study of the laws of revolutionary war springs from the desire to eliminate all wars; herein lies the distinction between us Communists and all the exploiting classes.
"Problems of Strategy in China's Revolutionary War" (December 1936), Selected Works, Vol. I, pp. 182-83.
Our country and all the other socialist countries want peace; so do the peoples of all the countries of the world. The only ones who crave war and do not want peace are certain monopoly capitalist groups in a handful of imperialist countries which depend on aggression for their profits.
"Opening Address at the Eighth National Congress of the Communist Party of China" (September 15, 1956).
To achieve a lasting world peace, we must further develop our friendship and co-
operation with the fraternal countries in the socialist camp and strengthen our solidarity with all peace-loving countries. We must endeavour to establish normal diplomatic relations, on the basis of mutual respect for territorial integrity and sovereignty and of equality and mutual benefit, with all countries willing to live together with us in peace. We must give active support to the national independence and liberation movement in countries in Asia, Africa and Latin America as well as to the peace movement and to just struggles in all the countries of the world.
Ibid.
As for the imperialist countries, we should unite with their peoples and strive to coexist peacefully with those countries, do business with them and prevent any possible war, but under no circumstances should we harbour any unrealistic notions about them.
"On the Correct Handling of Contradictions Among the People" (February 27, 1957), 1st pocket ed., p. 75.
We desire peace. However, if imperialism insists on fighting a war, we will have no alternative but to take the firm resolution to fight to the finish before going ahead with our construction. If you are afraid of war day in day out, what will you do if war eventually comes? First I said that the East Wind is prevailing over the West Wind and war will not break out, and now I have added these explanations about the situation in case war should break out. Both possibilities have thus been taken into account.
Parties" (November 18, 1957), quoted in "Statement by the Spokesman of the Chinese Government" (September 1, 1963).*
People all over the world are now discussing whether or not a third world war will break out. On this question, too, we must be mentally prepared and do some analysis. We stand firmly for peace and against war. But if the imperialists insist on unleashing another war, we should not be
afraid of it. Our attitude on this question is the same as our attitude towards any disturbance: first, we are against it; second, we are not afraid of it. The First World War was followed by the birth of the Soviet Union with a population of 200 million. The Second World War was followed by the emergence of the socialist camp with a combined population of 900 million. If the imperialists insist on launching a third world war, it is certain that several hundred million more will turn to socialism, and then there will not be much room left on earth for the imperialists; it is also likely that the whole structure of imperialism will utterly collapse.
"On the Correct Handling of Contra-
dictions Among the People" (February 27, 1957), 1st pocket ed., pp. 67-68.
Make trouble, fail, make trouble again, fail again... till their doom- that is the logic of the imperialists and all reactionaries the
world over in dealing with the people's cause, and they will never go against this logic. This is a Marxist law. When we say "imperialism is ferocious", we mean that its nature will never change, that the imperialists will never lay down their butcher knives, that they will never become Buddhas, till their doom.
Fight, fail, fight again, fail again, fight again... till their victory; that is the logic of the people, and they too will never go against this logic. This is another Marxist law. The Russian people's revolution followed this law, and so has the Chinese people's revolution.
"Cast Away Illusions, Prepare for Struggle" (August 14, 1949), Selected Works, Vol. IV, p. 428.
Just because we have won victory, we must never relax our vigilance against the frenzied plots for revenge by the imperialists and their running dogs. Whoever relaxes vigilance will disarm himself politically and
land himself in a passive position.
"Address to the Preparatory Committee of the New Political Consultative Conference" (June 15, 1949), Selected Works, Vol. IV, p. 407.
The imperialists and their running dogs, the Chinese reactionaries, will not resign themselves to defeat in this land of China. They will continue to gang up against the Chinese people in every possible way. For example, they will smuggle their agents into China to sow dissension and make trouble. That is certain; they will never neglect these activities. To take another example, the imperialists will incite the Chinese reactionaries, and even throw in their own forces, to blockade China's ports. They will do this as long as it is possible. Furthermore, if they still hanker after adventures, they will send some of their troops to invade and harass China's frontiers; this, too, is not impossible. All this we must take fully into account.
The world is progressing, the future is bright and no one can change this general trend of history. We should carry on constant propaganda among the people on the facts of world progress and the bright future ahead so that they will build their confidence in victory.
"On the Chungking Negotiations" (October 17, 1945), Selected Works, Vol. IV. p. 59.
The commanders and fighters of the entire Chinese People's Liberation Army absolutely must not relax in the least their will to fight; any thinking that relaxes the will to fight and belittles the enemy is wrong.
"Report to the Second Plenary Session of the Seventh Central Committee of the Communist Party of China" (March 5, 1949), Selected Works, Vol. IV, p. 361.
五、战争与和平
战争——从有私有财产和有阶级以 来就开始了的、用以解决阶级和阶级、民 族和民族、国家和国家、政治集团和政治 集团之间、在一定发展阶段上的矛盾的一 种最高的斗争形式。
《中国革命战争的战略问题》(一九三六 年十二月),《毛泽东选集》第一卷第 一六四页
“战争是政治的继续”,在这点上说, 战争就是政治、战争本身就是政治性质的 行动, 从古以来没有不带政治性的战 争。……
但是战争有其特殊性,在这点上说, 战争不即等于一般的政治。“战争是政治 的特殊手段的继续”。政治发展到一定的 阶段,再也不能照旧前进,于是爆发了战
争,用以扫除政治道路上的障碍。……障 碍既除,政治的目的达到,战争结束。障 碍没有扫除得干净,战争仍须继续进行, 以求贯彻。……因此可以说,政治是不流 血的战争,战争是流血的政治。
《论持久战》(一九三八年五月),《毛泽 东选集》第二卷第四六八——四六九 页
历史上的战争分为两类,一类是正义 的,一类是非正义的。一切进步的战争都 是正义的,一切阻碍进步的战争都是非正 义的。我们共产党人反对一切阻碍进步的 非正义的战争,但是不反对进步的正义的 战争。对于后一类战争,我们共产党人不 但不反对,而且积极地参加。前一类战争, 例如第一次世界大战,双方都是为着帝国 主义利益而战,所以全世界的共产党人坚 决地反对那一次战争。反对的方法,在战
争未爆发前,极力阻止其爆发;既爆发后, 只要有可能,就用战争反对战争,用正义 战争反对非正义战争。
《论持久战》(一九三八年五月),《毛泽 东选集》第二卷第四六五——四六六 页
在阶级社会中,革命和革命战争是不 可避免的, 舍此不能完成社会发展的飞 跃,不能推翻反动的统治阶级,而使人民 获得政权。
《矛盾论》(一九三七年八月),《毛泽东 选集》第一卷第三二二页
革命战争是一种抗毒素,它不但将排 除敌人的毒焰,也将清洗自己的污浊。凡 属正义的革命的战争,其力量是很大的, 它能改造很多事物,或为改造事物开辟道 路。中日战争将改造中日两国;只要中国 坚持抗战和坚持统一战线,就一定能把旧
日本化为新日本,把旧中国化为新中国, 中日两国的人和物都将在这次战争中和 战争后获得改造。
《论持久战》(一九三八年五月),《毛泽 东选集》第二卷第四四七页
每个共产党员都应懂得这个真理: “枪杆子里面出政权”。
《战争和战略问题》(一九三八年十一月 六日),《毛泽东选集》第二卷第五三 五页
革命的中心任务和最高形式是武装 夺取政权,战争解决问题。这个马克思列 宁主义的革命原则是普遍地对的,不论在 中国在外国,一概都是对的。
《战争和战略问题》(一九三八年十一月 六日),《毛泽东选集》第二卷第五二 九页
在中国,离开了武装斗争,就没有无 产阶级的地位,就没有人民的地位,就没 有共产党的地位,就没有革命的胜利。十
八年来,我们党的发展、巩固和布尔塞维 克化,是在革命战争中进行的,没有武装 斗争,就不会有今天的共产党。这个拿血 换来的经验,全党同志都不要忘记。
《“共产党人”发刊词》(一九三九年十 月四日),《毛泽东选集》第二卷第六 零零——六零一页
从马克思主义关于国家学说的观点 看来,军队是国家政权的主要成分。谁想 夺取国家政权,并想保持它,谁就应有强 大的军队。有人笑我们是“战争万能论”, 对,我们是革命战争万能论者,这不是坏 的,是好的,是马克思主义的。俄国共产 党的枪杆子造了一个社会主义。我们要造 一个民主共和国。帝国主义时代的阶级斗 争的经验告诉我们:工人阶级和劳动群 众,只有用枪杆子的力量才能战胜武装的
资产阶级和地主;在这个意义上,我们可
以说, 整个世界只有用枪杆子才可能改
造。
《战争和战略问题》(一九三八年十一月 六日),《毛泽东选集》第二卷第五三 五页
我们是战争消灭论者,我们是不要战 争的;但是只能经过战争去消灭战争,不 要枪杆子必须拿起枪杆子。
《战争和战略问题》(一九三八年十一月 六日),《毛泽东选集》第二卷第五三 五页
战争——这个人类互相残杀的怪物, 人类社会的发展终久要把它消灭的,而且 就在不远的将来会要把它消灭的。但是消 灭它的方法只有一个,就是用战争反对战 争,用革命战争反对反革命战争,用民族 革命战争反对民族反革命战争,用阶级革 命战争反对阶级反革命战争。……人类社 会进步到消灭了阶级,消灭了国家,到了
那时,什么战争也没有了,反革命战 争没有了,革命战争也没有了,非正义战 争没有了,正义战争也没有了,这就是人 类的永久和平的时代。我们研究革命战争 的规律,出发于我们要求消灭一切战争的 志愿,这是区别我们共产党人和一切剥削 阶级的界线。
《中国革命战争的战略问题》(一九三六 年十二月),《毛泽东选集》第一卷第 一六七——一六八页
我国和各社会主义国家都需要和平, 世界各国的人民也都需要和平。 渴望战 争,不要和平的,仅仅是少数帝国主义国 家中的某些依靠侵略发财的垄断资本集 团。
《中国共产党第八次全国代表大会开幕 词》(一九五六年九月十五日),《中国 共产党第八次全国代表大会文献》第 八页
为了争取世界的持久和平,我们必须 进一步地发展同社会主义阵营中各个兄
弟国家的友好合作,并且同一切爱好和平 的国家加强团结。我们必须争取同一切愿 意和我们和平相处的国家,在互相尊重领 土主权和平等互利的基础上,建立正常的 外交关系。亚洲、非洲和拉丁美洲各国的 民族独立解放运动,以及世界上一切国家 的和平运动和正义斗争,我们都必须给以 积极的支持。
《中国共产党第八次全国代表大会开幕 词》(一九五六年九月十五日),《中国 共产党第八次全国代表大会文献》第 八页
至于帝国主义国家,我们也要团结那 里的人民, 并且争取同那些国家和平共 处,做些生意,制止可能发生的战争,但 是决不可以对他们怀抱一些不切实际的 想法。
《关于正确处理人民内部矛盾的问题》 (一娥五七年二月二十七日),人民出 版社版第三八页
我们希望和平。但是如果帝国主义硬 要打仗,我们也只好横下一条心,打了仗 再建设。每天怕战争,战争来了你有什么 办法呢?我先是说东风压倒西风,战争打 不起来, 现在再就如果发生了战争的情 况,作了这些补充的说明,这样两种可能 性都估计到了。
在各国共产党和工人党莫斯科会议上的 讲话(一九五七年十一月十八日),一 九六三年九月一日《人民日报》《中国 政府发言人声明》中的引语
现在世界各国的人们都在谈论着会 不会打第三次世界大战。对于这个问题, 我们也要有精神准备,也要有分析。我们 是坚持和平反对战争的。但是,如果帝国
主义一定要发动战争,我们也不要害怕。 我们对待这个问题的态度, 同对待一切 “乱子”的态度一样,第一条,反对;第 二条,不怕。第一次世界大战以后,出了 一个苏联,两亿人口。第二次世界大战以 后,出了一个社会主义阵营,一共九亿人 口。如果帝国主义者一定要发动第三次世 界大战,可以断定,其结果必定又要有多 少亿人口转到社会主义方面,帝国主义剩 下的地盘就不多了,也有可能整个帝国主 义制度全部崩溃。
《关于正确处理人民内部矛盾的问题》 (一九五七年二月二十七日),人民出 版社版第三五页
捣乱,失败,再捣乱,再失败,直至 灭亡——这就是帝国主义和世界上一切
反动派对待人民事业的逻辑,他们决不会 违背这个逻辑的。这是一条马克思主义的 定律。我们说“帝国主义是很凶恶的”, 就是说它的本性是不能改变的,帝国主义 分子决不肯放下屠刀, 他们也决不能成 佛,直至他们的灭亡。 斗争,失败,再斗争,再失败,再斗争, 直至胜利——这就是人民的逻辑,他们也 是决不会违背这个逻辑的。这是马克思主 义的又一条定律。俄国人民的革命曾经是 依照了这条定律,中国人民的革命也是依 照这条定律。
《丢掉幻想,准备斗争》(一九四九年八 月十四日),《毛泽东选集》第四卷第 一四九零——一四九一页
我们决不可因为胜利,而放松对于帝 国主义分子及其走狗们的疯狂的报复阴 谋的警惕性,谁要是放松这一项警惕性, 谁就将在政治上解除武装,而使自己处于
被动的地位。
《在新政治协商会议筹备会上的讲话》 (一九四九年六月十五日),《毛泽东 选集》第四卷第一四六九页
帝国主义者及其走狗中国反动派对 于他们在中国这块土地上的失败,是不会 甘心的。他们还会要互相勾结在一起,用 各种可能的方法,反对中国人民。例如, 派谴他们的走狗钻进中国内部来进行分 化工作和捣乱工作。这是必然的,他们决 不会忘记这一项工作。例如,唆使中国反 动派甚至加上他们自己的力量,封锁中国 的海港。只要还有可能,他们就会这样做, 再则,假如他们还想冒险的话,派出一部 分兵力侵扰中国的边境, 也不是不可能 的。所有这些,我们都必须充分地估计到。
《在新政治协商会议筹备会上的讲话》 (一九四九年六月十五日),《毛泽东 选集》第四卷第一四六九页
世界是在进步的,前途是光明的,这 个历史的总趋势任何人也改变不了。我们 应当把世界进步的情况和光明的前途,常 常向人民宣传, 使人民建立起胜利的信 心。
《关于重庆谈判》(一九四五年十月十七 日),《毛泽东选集》第四卷第一一六 二页
人民解放军的全体指挥员、战斗员, 绝对不可以稍微松懈自己的战斗意志,任 何松懈战斗意志的思想和轻敌的思想,都 是错误的。
《在中国共产党第七届中央委员会第二 次全体会议上的报告》(一九四九年三 月五日),《毛泽东选集》第四卷第一 四二五页
Kriege, die es seit dem Entstehen des Privateigentums und der Klassen gibt, sind die höchste Kampfform, die bei der Lösung der Widersprüche zwischen einzelnen Klassen, Nationen, Staaten und politischen Gruppen angewendet wird, sobald diese Widersprüche eine bestimmte Entwicklungsstufe erreicht haben.
"Strategische Probleme des revolutionären Krieges in China" (Dezember 1936), Ausgewählte Werke Mao Tse-tungs, Bd. I
Mit dem Satz "Der Krieg ist eine Fortsetzung der Politik" wird gesagt, daß der Krieg Politik ist, daß der Krieg selbst eine Aktion von politischem Charakter darstellt; seit alters gab es nie einen Krieg, der nicht politischen Charakter getragen hätte . . .
Doch der Krieg hat seine Besonderheiten, und das will sagen, daß er nicht mit der Politik schlechthin gleichgesetzt werden kann. "Der Krieg ist eine bloße Fortsetzung der Politik mit anderen Mitteln." Wenn sich die Politik bis zu einer bestimmten Stufe entwickelt hat, wo sie nicht mehr auf die alte Weise fortgeführt werden kann, dann bricht der Krieg aus, mit dessen Hilfe die der Politik im Wege liegenden Hindernisse hinweggefegt werden . . . Sobald die Hindernisse aus dem Weg geschafft sind und die Politik ihr Ziel erreicht hat, ging der Krieg zu Ende. Sind aber die Hindernisse nicht gänzlich beiseite geräumt, dann muß der Krieg fortgesetzt werden, bis das Ziel völlig erreicht ist . . . Man kann deshalb sagen: Die Politik ist Krieg ohne Blutvergießen, der Krieg ist Politik mit Blutvergießen.
"Über den langwierigen Krieg" (Mai 1938), Ausgewählte Werke Mao Tse-tungs, Bd. II
Die im Laufe der Geschichte geführten Kriege teilen sich in zwei Arten: in gerechte und ungerechte Kriege. Alle Kriege, die dem Fortschritt dienen, sind gerecht, und alle Kriege, die den Fortschritt behindern, sind ungerecht. Wir Kommunisten sind gegen alle den Fortschritt behindernden, ungerechten Kriege, jedoch nicht gegen fortschrittliche, gerechte Kriege. Was letztere betrifft, sind wir Kommunisten nicht nur nicht gegen sie, sondern nehmen auch aktiv an ihnen teil. Ein ungerechter Krieg war zum Beispiel der erste Weltkrieg. Er wurde von beiden Seiten für imperialistische Interessen geführt und deshalb von den Kommunisten der ganzen Welt entschlossen bekämpft. Man bekämpft einen solchen Krieg in der Weise, daß man, ehe er noch ausgebrochen ist, alles tut, um seinen Ausbruch zu verhindern; ist er aber bereits ausgebrochen, dann bekämpft man, wo immer dies nur möglich ist, den Krieg mit dem Krieg, setzt dem ungerechten Krieg einen gerechten entgegen.
Ebenda
In der Klassengesellschaft sind Revolutionen und revolutionäre Kriege unvermeidlich; es ist sonst unmöglich, in der Entwicklung der Gesellschaft einen Sprung zu vollziehen und die reaktionären herrschenden Klassen zu stürzen, damit das Volk die Macht ergreifen kann.
"Über den Widerspruch" (August 1937), Ausgewählte Werke Mao Tse-tungs, Bd. I
Ein revolutionärer Krieg ist ein Gegengift, das nicht nur das Gift des Feindes vernichtet, sondern auch unseren eigenen Schmutz hinwegsäubert. Jeder gerechte revolutionäre Krieg besitzt eine gewaltige Macht und kann viele Dinge umgestalten oder den Weg für ihre Umgestaltung bahnen. Der Chinesisch-Japanische Krieg wird beide Länder, China wie Japan, umgestalten; vorausgesetzt, daß China im Widerstandskrieg ausharrt und an der Einheitsfront festhält, wird gewiß das alte Japan in ein neues Japan, das alte China in ein neues China verwandelt werden, und die Menschen und Dinge in beiden Ländern werden im Verlaufe des Krieges und nach Kriegsende eine Umgestaltung erfahren.
"Über den langwierigen Krieg" (Mai 1938), Ausgewählte Werke Mao Tse-tungs, Bd. II
Jeder Kommunist muß diese Wahrheit begreifen: "Die politische Macht kommt aus den Gewehrläufen."
"Probleme des Krieges und der Strategie" (6. November 1938), Ausgewählte Werke Mao Tse-tungs, Bd. II
Die zentrale Aufgabe und die höchste Form der Revolution ist die bewaffnete Machtergreifung, ist die Lösung des Problems durch den Krieg. Dieses revolutionäre Prinzip des Marxismus-Leninismus hat allgemeine Gültigkeit, es gilt überall, in China wie im Ausland.
Ebenda
In China könnte ohne bewaffneten Kampf weder das Proletariat noch das Volk, noch die Kommunistische Partei irgendeine Position innehaben, und die Revolution würde nicht siegen. Achtzehn Jahre lang vollzog sich die Entwicklung unserer Partei, ihre Festigung und Bolschiwisierung inmitten des revolutionären Krieges; ohne bewaffneten Kampf würde es die Kommunistische Partei, wie sie heute ist, nicht geben. Kein Genosse in unserer Partei darf diese mit Blut erkaufte Erfahrung vergessen.
"Der Zeitschrift Kommunist zum Geleit" (4. Oktober 1939), Ausgewählte Werke Mao Tse-tungs, Bd. II
Vom Standpunkt der marxistischen Lehre vom Staat ist die Armee die Hauptkomponente der Staatsmacht. Wer die Staatsmacht ergreifen und behalten will, der muß eine starke Armee haben. Manche Leute bezeichnen uns höhnisch als Anhänger der "Theorie von der Allmacht des Krieges"; jawohl, wir sind Anhänger der Theorie von der Allmacht des revolutionären Krieges, und das ist nicht schlecht, sondern gut, das ist marxistisch. Die Gewehre der Kommunistischen Partei Rußlands haben den Sozialismus geschaffen. Wir wollen eine demokratische Republik schaffen. Die Erfahrungen des Klassenkampfes im Zeitalter des Imperialismus lehren uns: Die Arbeiterklasse und die übrigen werktätigen Massen können nur mit der Macht der Gewehre die bewaffneten Bourgeois und Grundherren besiegen; in diesem Sinne können wir sagen, daß die ganze Welt nur mit Hilfe der Gewehre umgestaltet werden kann.
"Probleme des Krieges und der Strategie" (6. November 1938), Ausgewählte Werke Mao Tse-tungs, Bd. II
Wir treten dafür ein, daß der Krieg abgeschafft wird, wir wollen keinen Krieg; man kann aber den Krieg nur durch Krieg abschaffen, und wenn man will, daß es keine Gewehre mehr geben soll, muß man das Gewehr in die Hand nehmen.
Ebenda
Dieser Krieg, dieser Moloch, der die Menschen sich gegenseitig abschlachten läßt, wird mit der Entwicklung der menschlichen Gesellschaft letzten Endes aus der Welt geschafft werden, und zwar in nicht allzu ferner Zukunft. Es gibt aber nur ein Mittel zur Abschaffung der Kriege: Man muß den Krieg mit dem Krieg bekämpfen, dem konterrevolutionären Krieg den revolutionären Krieg, dem nationalen konterrevolutionären Krieg den nationalen revolutionären Krieg, dem konterrevolutionären Klassenkrieg den revolutionären Klassenkrieg entgegensetzen . . . Von dem Zeitpunkt an, da die menschliche Gesellschaft in ihrer fortschreitenden Entwicklung zur Aufhebung der Klassen und des Staates gelangt, wird es auch keinerlei Kriege mehr geben, weder konterrevolutionäre noch revolutionäre, weder ungerechte noch gerechte, und für die Menschheit wird dann das Zeitalter des ewigen Friedens beginnen. Wenn wir die Gesetze des revolutionären Krieges studieren, so gehen wir von dem Bestreben aus, alle Kriege abzuschaffen, und das ist die Trennungslinie, die uns Humanisten von allen Ausbeuterklassen scheidet.
"Strategische Probleme des revolutionären Krieges in China" (Dezember 1936), Ausgewählte Werke Mao Tse-tungs, Bd. I
Unser Land und alle anderen sozialistischen Länder brauchen Frieden, alle Völker der Welt brauchen Frieden. Diejenigen, die nach einem Krieg dürsten und den Frieden nicht wollen, sind nur gewisse monopolkapitalistische Gruppen in einigen wenigen imperialistischen Ländern, welche darauf angewiesen sind, sich durch Aggressionen zu bereichern.
"Eröffnungsansprache auf dem VIII. Parteitag der Kommunistischen Partei Chinas" (15. September 1996)
Um einen dauerhaften Weltfrieden zu erkämpfen, müssen wir die Beziehungen der Freundschaft und Zusammenarbeit mit allen Bruderländern im sozialistischen Lager weiter entwickeln und die Solidarität mit allen friedliebenden Ländern verstärken. Wir müssen danach streben, mit allen Ländern, die bereit sind, mit uns friedlich zusammenzuleben, auf der Grundlage der gegenseitigen Achtung der territorialen Integrität und Souveränität, der Gleichberechtigung und des gegenseitigen Nutzens normale diplomatische Beziehungen herzustellen. Die Befreiungsbewegung für die nationale Unabhängigkeit in den Ländern Asiens, Afrikas und Lateinamerikas sowie die Friedensbewegung und den gerechten Kampf aller Länder der Welt müssen wir aktiv unterstützen.
Ebenda
Was die imperialistischen Länder betrifft, so müssen wir uns auch mit ihren Völkern zusammenschließen, müssen danach streben, mit diesen Staaten in friedlicher Koexistenz zu leben, Handel zu treiben; wir müssen einen Krieg, der ausbrechen könnte, verhindern, dürfen uns aber unter keinen Umständen von diesen Staaten irgendwelche unrealistischen Vorstellungen machen.
Über die richtige Behandlung der Widersprüche im Volke (27. Februar 1927)
Wir wünschen den Frieden. Wenn aber die Imperialisten darauf bestehen, Krieg zu führen, dann bleibt uns keine andere Wahl, als fest entschlossen den Krieg auszufechten, um dann mit dem Aufbau fortzufahren. Wenn man sich tagaus, tagein vor dem Krieg fürchtet, was tut man dann, wenn der Krieg dennoch hereinbricht? Ich sagte zuerst, daß der Ostwind den Westwind übertrifft, daß der Krieg nicht ausbrechen wird, und jetzt füge ich für den Fall, daß ein Krieg entstehen sollte, diese Ergänzungen hinzu; so sind beide Möglichkeiten in Betracht gezogen.
Rede auf der Moskauer Beratung der kommunistischen und Arbeiterparteien (i8. November 1957)
In der ganzen Welt wird jetzt darüber . diskutiert, ob ein dritter Weltkrieg ausbrechen wird oder nicht. Auf diese Möglichkeit müssen wir innerlich vorbereitet sein und die Dinge analysieren. Wir setzen uns entschieden für den Frieden und gegen den Krieg ein. Aber wenn die Imperialisten unbedingt einen Krieg entfesseln wollen, brauchen wir ihn auch nicht zu fürchten. Unsere Haltung in dieser Frage ist die gleiche wie zu allen Unruhen: erstens, wir sind dagegen; und zweitens, wir fürchten uns nicht. Auf den ersten Weltkrieg folgte die Entstehung der Sowjetunion mit einer Bevölkerung von 200 Millionen. Der zweite Weltkrieg brachte die Entstehung des sozialistischen Lagers mit einer Gesamtbevölkerung von 900 Millionen. Man kann mit Bestimmtheit voraussagen: Sollten die Imperialisten dennoch einen dritten Weltkrieg entfesseln, werden im Ergebnis des Krieges unausbleiblich weitere Hunderte Millionen Menschen auf die Seite des Sozialismus treten, und dem Imperialismus wird nicht viel Raum mehr bleiben; es kann auch dazu kommen, daß das gesamte imperialistische System völlig zusammenbricht.
Über die richtige Behandlung der Widersprüche im Volke (27. Februar 1957)
Unruhe stiften, scheitern, abermals Unruhe stiften, wieder scheitern und so weiter bis zu ihrem Untergang - das ist die Logik der Imperialisten und aller Reaktionäre in der Welt dem Anliegen des Volkes gegenüber, und sie werden niemals gegen diese Logik verstoßen. Das ist ein Gesetz des Marxismus. Wenn wir sagen: "Der Imperialismus ist bestialisch", so meinen wir, daß sich sein Wesen nicht ändern kann, daß die Imperialisten bis zu ihrem Untergang ihr Schlachtmesser nie aus der Hand geben werden, sich nie in Buddhas verwandeln können.
Kämpfen, unterliegen, nochmals kämpfen, wieder unterliegen, erneut kämpfen und so weiter bis zum Sieg - das ist die Logik des Volkes, und auch das Volk wird niemals gegen diese Logik verstoßen. Das ist ein , anderes Gesetz des Marxismus. Die Revolution des russischen Volkes verlief nach diesem Gesetz, und so entwickelt sich auch die Revolution des chinesischen Volkes.
"Weg mit den Illusionen, zum Kampf bereit sein!" (14. August 1949), Ausgewählte Werke Mao Tse-tungs, Bd. IV
Wir dürfen keineswegs, nur weil wir gesiegt haben, in der Wachsamkeit gegenüber den wütenden revanchistischen Machenschaften der Imperialisten und ihrer Lakaien nachlassen. Wer in dieser Wachsamkeit nachläßt, der wird sich politisch entwaffnen und in eine passive Position geraten.
"Ansprache an den Vorbereitungsausschuß der Neuen Politischen Konsultativkonferenz" (15. Juni 1949), Ausgewählte Werke Mao Tse-tungs, Bd. IV
Die Imperialisten und ihre Lakaien, die chinesischen Reaktionäre, werden sich mit der Niederlage, die sie auf chinesischem Boden erlitten haben, nicht abfinden. Sie werden sich weiter miteinander verschwören und mit allen möglichen Mitteln das chinesische Volk bekämpfen. Sie werden beispielsweise ihre Agenten nach China hineinschmuggeln, damit sie hier eine Zersetzungstätigkeit ausüben und Unruhe stiften. Das ist unausbleiblich, nie werden sie eine solche Tätigkeit unterlassen. Oder sie werden zum Beispiel die chinesischen Reaktionäre anstiften, Chinas Seehäfen zu blokkieren, und dazu auch noch ihre eigenen Kräfte einsetzen. Solange sie die Möglichkeit haben, werden sie so verfahren. Ferner werden sie, sofern sie noch auf Abenteuer aus sind, Truppen zum Überfall auf Chinas Grenzgebiete und zu Störaktionen entsenden; auch das ist nicht unmöglich. All das müssen wir in vollem Umfang einkalkulieren.
Ebenda
Die Welt schreitet vorwärts, die Zukunft ist glänzend, und niemand kann diese allgemeine Tendenz der Geschichte ändern. Wir müssen die Fortschritte in der Welt und die lichten Zukunftsperspektiven ständig unter dem Volk propagieren, damit es Siegeszuversicht gewinnt.
"Über die Verhandlungen in Tschungking" (17. Oktober 1945). Ausgewählte Werke Mao Tse-tungs, Bd. IV
Die Kommandeure und Kämpfer der Volksbefreiungsarmee dürfen unter keinen Umständen auch nur im geringsten in ihrem Kampfwillen nachlassen; jeder Gedanke, der ein Nachlassen des Kampfwillens verursacht oder eine Geringschätzung des Feindes bedeutet, ist falsch.
"Bericht auf der 2. Plenartagung des VII. Zentralkomitees der Kommunistischen Partei Chinas" (5. März ,1949). Ausgewählte Werke Mao Tse-tungs, Bd. IV
V. LA GUERRE ET LA PAIX
La guerre, qui a commencé avec l'apparition de la propriété privée et des classes, est la forme suprême de lutte pour résoudre, à une étape déterminée de leur développement, les contradictions entre classes, entre nations, entre Etats ou entre blocs politiques.
«Problèmes stratégiques de la guerre révolutionnaire en Chine» (Décembre 1936), Œuvres choisies de Mao Tsétoung, tome I.
«La guerre est la continuation de la politique.» En ce sens, la guerre, c'est la politique; elle est donc en elle-même un acte politique; depuis les temps les plus anciens, il n'y a jamais eu de guerre qui n'ait eu un caractère politique. . . .
Mais la guerre a aussi ses caractères spécifiques.
En ce sens, elle n'est pas identique à la politique en général. «La guerre est une simple continuation de la politique par d'autres moyens.»
Une guerre éclate pour lever les obstacles qui se dressent sur la voie de la politique, quand celle-ci a atteint un certain stade qui ne peut être dépassé par les moyens habituels. . . .
Lorsque l'obstacle est levé et le but politique atteint, la guerre prend fin.
Tant que l'obstacle n'est pas complètement levé, il faut poursuivre la guerre jusqu'à ce qu'elle atteigne son but politique. . . .
C'est pourquoi l'on peut dire que la politique est une guerre sans effusion de sang et la guerre une politique avec effusion de sang.
«De la guerre prolongée» (Mai 1938), Œuvres choisies de Mao Tsétoung, tome II.
L'histoire montre que les guerres se divisent en deux catégories: les guerres justes et les guerres injustes.
Toute guerre progressiste est juste et toute guerre qui fait obstacle au progrès est injuste.
Nous autres communistes, nous luttons contre toutes les guerres injustes qui entravent le progrès, mais nous ne sommes pas contre les guerres progressistes, les guerres justes.
Nous communistes, non seulement nous ne luttons pas contre les guerres justes, mais encore nous y prenons part activement.
La Première guerre mondiale est un exemple de guerre injuste; les deux parties y combattaient pour des intérêts impérialistes, et c'est pourquoi les communistes du monde entier s'y sont résolument opposés.
Voici comment il faut lutter contre une telle guerre: avant qu'elle n'éclate, il faut faire tous les efforts possibles pour l'empêcher, mais une fois qu'elle a éclaté, il faut, dès qu'on le peut, lutter contre la guerre par la guerre, opposer à une guerre injuste une guerre juste.
«De la guerre prolongée» (Mai 1938), Œuvres choisies de Mao Tsétoung, tome II.
Dans la société de classes, les révolutions et les guerres révolutionnaires sont inévitables; sans elles, il est impossible d'obtenir un développement par bonds de la société, de renverser la classe réactionnaire dominante et de permettre au peuple de prendre le pouvoir.
«De la contradiction» (Août 1937), Œuvres choisies de Mao Tsétoung, tome I.
Une guerre révolutionnaire agit comme une sorte de contrepoison, non seulement sur l'ennemi, dont elle brisera la ruée forcenée, mais aussi sur nos propres rangs, qu'elle débarrassera de tout ce qu'ils ont de malsain.
Toute guerre juste, révolutionnaire, est une grande force, elle peut transformer bien des choses ou ouvrir la voie à leur transformation. La guerre sino-japonaise transformera et la Chine et le Japon.
Il suffit que la Chine poursuive fermement la Guerre de Résistance et applique fermement une politique de front uni pour que l'ancien Japon se transforme immanquablement en un Japon nouveau, et l'ancienne Chine en une Chine nouvelle.
Aussi bien en Chine qu'au Japon, les gens et les choses se transformeront, au cours de la guerre et après la guerre.
«De la guerre prolongée» (Mai 1938), Œuvres choisies de Mao Tsétoung, tome II.
Chaque communiste doit s'assimiler cette vérité que «le pouvoir est au bout du fusil».
«Problèmes de la guerre et de la stratégie» (6 novembre 1938), Œuvres choisies de Mao Tsétoung, tome II.
La tâche centrale et la forme suprême de la révolution, c'est la conquête du pouvoir par la lutte armée, c'est résoudre le problème par la guerre. Ce principe révolutionnaire du marxisme-léninisme est valable partout, en Chine comme dans les autres pays.
«Problèmes de la guerre et de la stratégie» (6 novembre 1938), Œuvres choisies de Mao Tsétoung, tome II.
En Chine, sans lutte armée, il n'y aurait de place ni pour le prolétariat, ni pour le peuple, ni pour le Parti communiste, et aucune possibilité de victoire pour la révolution.
C'est à travers les guerres révolutionnaires de ces dix-huit années que notre Parti s'est développé, consolidé et bolchévisé, et sans la lutte armée, le Parti communiste ne serait pas ce qu'il est aujourd'hui. Les camarades du Parti ne doivent jamais oublier cette expérience payée de notre sang.
«Pour la parution de la revue Le Communiste» (4 octobre 1939), Œuvres choisies de Mao Tsétoung, tome II.
Du point de vue de la doctrine marxiste sur l'Etat, l'armée est la partie constitutive principale du pouvoir d'Etat.
Celui qui veut s'emparer du pouvoir d'Etat et le conserver doit posséder une forte armée.
Certains ironisent sur notre compte en nous traitant de partisans de «l'omnipotence de la guerre».
Eh bien, oui! nous sommes pour l'omnipotence de la guerre révolutionnaire. Ce n'est pas mal faire, c'est bien faire, c'est être marxiste.
Les fusils des communistes russes ont créé le socialisme. Nous, nous voulons créer une république démocratique. L'expérience de la lutte des classes à l'époque de l'impérialisme montre que la classe ouvrière et les masses travailleuses ne peuvent vaincre les classes armées de la bourgeoisie et des propriétaires fonciers que par la force des fusils. En ce sens, on peut dire qu'il n'est possible de transformer le monde qu'avec le fusil.
«Problèmes de la guerre et de la stratégie» (6 novembre 1938), Œuvres choisies de Mao Tsétoung, tome II.
Nous sommes pour l'abolition des guerres; la guerre, nous ne la voulons pas. Mais on ne peut abolir la guerre que par la guerre.
Pour qu'il n'y ait plus de fusils, il faut prendre le fusil.
«Problèmes de la guerre et de la stratégie» (6 novembre 1938), Œuvres choisies de Mao Tsétoung, tome II.
La guerre, ce monstre qui fait s'entretuer les hommes, finira par être éliminée par le développement de la société humaine, et le sera même dans un avenir qui n'est pas lointain.
Mais pour supprimer la guerre, il n'y a qu'un seul moyen: opposer la guerre à la guerre, opposer la guerre révolutionnaire à la guerre contre-révolutionnaire, opposer la guerre nationale révolutionnaire à la guerre nationale contre-révolutionnaire, opposer la guerre révolutionnaire de classe à la guerre contre-révolutionnaire de classe. . .
Lorsque la société humaine en arrivera à la suppression des classes, à la suppression de l'Etat, il n'y aura plus de guerres — ni contre-tévolutionnaires, ni révolutionnaires, ni injustes, ni justes.
Ce sera l'ère de la paix perpétuelle pour l'humanité. En étudiant les lois de la guerre révolutionnaire, nous partons de l'aspiration à supprimer toutes les guerres; c'est en cela que réside la différence entre nous autres communistes et les représentants de toutes les classes exploiteuses.
«Problèmes stratégiques de la guerre révolutionnaire en Chine» (Décembre 1936), Œuvres choisies de Mao Tsétoung, tome I.
Notre pays et les autres pays socialistes ont besoin de la paix, les peuples du monde entier également. Seuls certains groupes monopolistes des quelques pays impérialistes, qui cherchent à s'enrichir au moyen de l'agression, aspirent à la guerre et ne veulent pas la paix.
«Allocution d'ouverture au VIIIe Congrès du Parti communiste chinois» (15 septembre 1956).
Pour établir une paix durable dans le monde, nous devons continuer à développer notre coopération amicale avec les pays frères du camp socialiste et renforcer notre solidarité avec les pays attachés à la paix.
Nous devons nous efforcer d'établir avec tous les pays désireux de vivre en paix avec nous des relations diplomatiques normales sur la base du respect mutuel de l'intégrité territoriale et de la souveraineté ainsi que de l'égalité et des avantages réciproques.
Nous devons enfin apporter un soutien actif aux mouvements d'indépendance et de libération nationales des pays d'Asie, d'Afrique et d'Amérique latine, aux mouvements pour la paix et aux justes luttes de tous les pays du monde.
«Allocution d'ouverture au VIIIe Congrès du Parti communiste chinois» (15 septembre 1956).
Pour ce qui est des pays impérialistes, nous devons également nous unir avec leurs peuples et chercher à réaliser la coexistence pacifique avec ces pays, à faire du commerce avec eux et à empêcher une guerre éventuelle; mais nous ne devons en aucun cas nourrir à leur égard des vues qui ne correspondent pas à la réalité.
«De la juste solution des contradictions au sein du peuple» (27 février 1957).
Nous désirons la paix. Toutefois, si l'impérialisme s'obstine à vouloir la guerre, il nous faudra, sans hésiter, faire d'abord la guerre avant d'édifier le pays. Tous les jours tu crains la guerre, et si elle éclatait pourtant?
J'ai déjà dit que le vent d'est l'emportait sur le vent d'ouest, que la guerre n'aurait pas lieu, et maintenant, j'apporte cette précision complémentaire pour le cas où la guerre éclaterait. Ainsi, les deux possibilités auront été envisagées.
Intervention à la Conférence de Moscou des Partis communistes et ouvriers (18 novembre 1957).
Actuellement, dans tous les pays du monde, on discute de l'éventualité d'une troisième guerre mondiale.
Nous devons être préparés psychologiquement à cette éventualité et l'envisager d'une manière analytique.
Nous sommes résolument pour la paix et contre la guerre.
Mais si les impérialistes s'entêtent à déclencher une nouvelle guerre, nous ne devons pas en avoir peur. Notre attitude devant cette question est la même que devant tous les désordres: primo, nous sommes contre, et secundo, nous n'en avons pas peur.
La Première guerre mondiale a été suivie par la naissance de l'Union soviétique avec une population de 200 millions d'habitants.
La Seconde guerre mondiale a été suivie de la formation du camp socialiste qui englobe une population de 900 millions d'âmes. Il est certain que si les impérialistes s'obstinent à déclencher une troisième guerre mondiale, des centaines de millions d'hommes passeront du côté du socialisme et seul un territoire peu étendu demeurera aux mains des impérialistes; il est même possible que le système impérialiste s'effondre complètement.
«De la juste solution des contradictions au sein du peuple» (27 février 1957).
Provocation de troubles, échec, nouvelle provocation, nouvel échec, et cela jusqu'à leur ruine — telle est la logique des impérialistes et de tous les réactionnaires du monde à l'égard de la cause du peuple; et jamais ils n'iront contre cette logique.
C'est là une loi marxiste.
Quand nous disons: «l'impérialisme est féroce», nous entendons que sa nature ne changera pas, et que les impérialistes ne voudront jamais poser leur coutelas de boucher, ni ne deviendront jamais des bouddhas, et cela jusqu'à leur ruine.
Lutte, échec, nouvelle lutte, nouvel échec, nouvelle lutte encore, et cela jusqu'à la victoire — telle est la logique du peuple, et lui non plus, il n'ira jamais contre cette logique.
C'est encore une loi marxiste.
La révolution du peuple russe a suivi cette loi, il en est de même de la révolution du peuple chinois.
«Rejetez vos illusions et préparez-vous à la lutte» (14 août 1949), Œuvres choisies de Mao Tsétoung, tome IV.
La victoire ne doit en aucune façon nous faire relâcher notre vigilance à l'égard des complots insensés des impérialistes et de leurs valets qui cherchent à prendre leur revanche. Quiconque relâchera sa vigilance se trouvera désarmé politiquement et réduit à une position passive.
«Allocution au Comité préparatoire de la nouvelle Conférence consultative politique» (15 juin 1949), Œuvres choisies de Mao Tsétoung, tome IV.
Les impérialistes et leurs valets, les réactionnaires chinois, ne se résigneront pas à leur défaite sur cette terre de Chine. Ils continueront à agir de connivence pour s'opposer au peuple chinois par tous les moyens possibles.
Par exemple, ils enverront leurs agents s'infiltrer jusque dans l'intérieur de la Chine pour y semer la discorde et susciter des désordres. Il est certain qu'ils ne renonceront jamais à ces activités.
Ou bien encore, les impérialistes inciteront les réactionnaires chinois à bloquer les ports de Chine, en leur prêtant même le concours de leurs propres forces. Ils le feront aussi longtemps que cela leur sera possible.
De plus, s'ils veulent se lancer dans de nouvelles aventures, ils enverront des troupes faire des incursions dans nos régions frontières, ce qui n'est pas impossible non plus.
Il nous faut tenir pleinement compte de tout cela.
«Allocution au Comité préparatoire de la nouvelle Conférence consultative politique» (15 juin 1949), Œuvres choisies de Mao Tsétoung, tome IV. Le monde progresse, l'avenir est radieux, personne ne peut changer ce courant général de l'histoire. Nous devons constamment faire connaître au peuple les progrès du monde et son avenir lumineux, afin d'aider le peuple à prendre confiance en la victoire.
«Sur les négociations de Tchongking» (17 octobre 1945)) Œuvres choisies de Mao Tsétoung, tome IV.
Les commandants et les combattants de l'Armée populaire de Libération ne doivent en aucune façon relâcher leur volonté de combat; toute pensée qui tend à relâcher la volonté de combat ou à sous-estimer l'ennemi est erronée.
«Rapport à la deuxième session plénière du Comité central issu du VIIe Congrès du Parti communiste chinois» (5 mars 1949), Œuvres choisies de Mao Tsétoung, tome IV.
V. LA GUERRA E LA PACE
La guerra, cominciata con l’apparizione della proprietà privata e delle classi, è la forma più alta di lotta per risolvere, a una certa fase del loro sviluppo, le contraddizioni tra classi, nazioni, Stati o gruppi politici.
“Problemi strategici della guerra rivoluzionaria in Cina” (dicembre 1936), Opere Scelte, Vol. I.
«La guerra è la continuazione della politica». In questo senso, la guerra è politica; e la guerra è in se stessa un atto politico; sin dai tempi più antichi, non vi è mai stata una guerra che non avesse un carattere politico [...].
Ma la guerra ha sue particolari caratteristiche e in questo senso non può essere identificata con la politica in generale. «La guerra è la continuazione della politica con altri mezzi». Quando la politica raggiunge un certo stadio del suo sviluppo che non può essere superato con i mezzi abituali, scoppia la guerra per spazzare via gli ostacoli che impediscono il cammino. [...] Quando l’ostacolo è rimosso e lo scopo politico raggiunto, la guerra ha fine. Ma se l’ostacolo non è completamente spazzato via, la guerra dovrà continuare fino a quando lo scopo sia completamente raggiunto. [...] Si può dire perciò che la politica è guerra senza spargimento di sangue e che la guerra è politica con spargimento di sangue.
“Sulla guerra di lunga durata” (maggio 1938), Opere Scelte, Vol. II.
La storia dimostra che le guerre si dividono in due categorie: le guerre giuste e le guerre ingiuste. Tutte le guerre progressiste sono giuste e tutte le guerre che impediscono il progresso sono ingiuste. Noi comunisti ci opponiamo a tutte le guerre ingiuste che impediscono il progresso, ma non ci opponiamo alle guerre giuste, progressiste. Noi comunisti non solo non ci opponiamo alle guerre giuste, ma vi partecipiamo attivamente. La Prima guerra mondiale è un esempio di guerra ingiusta: le due parti combattevano per interessi imperialistici, ed è per questo che i comunisti di tutto il mondo si opposero risolutamente ad essa. Il mezzo per opporsi a una guerra di questo genere è fare tutto il possibile per impedire che
scoppi, ma una volta scoppiata bisogna opporsi alla guerra con la guerra, opporsi alla guerra ingiusta con la guerra giusta, ogni volta che sia possibile.
Ibidem.
Nella società divisa in classi, le rivoluzioni e le guerre rivoluzionarie sono inevitabili; senza di esse è impossibile compiere qualsiasi salto nello sviluppo sociale, è impossibile rovesciare le classi dominanti reazionarie e permettere quindi al popolo di prendere il potere.
“Sulla contraddizione” (agosto 1937), Opere Scelte, Vol. I.
La guerra rivoluzionaria è un antitossico che non solo elimina il veleno del nemico, ma libera anche noi da ogni impurità. Ogni guerra giusta, rivoluzionaria, è dotata di una forza enorme e può trasformare molte cose o aprire la strada alla loro trasformazione. La guerra cinogiapponese trasformerà sia la Cina che il Giappone; se la Cina persisterà nella Guerra di resistenza e nel fronte unito, il vecchio Giappone si trasformerà certamente in un nuovo Giappone e la vecchia Cina in una nuova Cina, e il popolo e tutto il resto, sia in Cina che in Giappone, si trasformeranno durante e dopo la guerra.
“Sulla guerra di lunga durata” (maggio 1938), Opere Scelte, Vol. II.
Ogni comunista deve comprendere questa verità: “Il potere politico nasce dalla canna del fucile”.
“Problemi della guerra e della strategia” (6 novembre 1938), Opere Scelte, Vol. II.
La conquista del potere con la lotta armata, la soluzione del problema con la guerra è il compito centrale e la più alta forma di rivoluzione. Questo principio rivoluzionario marxista-leninista è valido ovunque, in Cina come in tutti gli altri paesi.
Ibidem.
Senza la lotta armata, non vi sarebbe posto in Cina per il proletariato, né per il popolo, né per il Partito Comunista, e il trionfo della rivoluzione
sarebbe impossibile. In questi diciotto anni è proprio attraverso le guerre rivoluzionarie che il nostro Partito si è sviluppato, consolidato e bolscevizzato; senza la lotta armata, il Partito Comunista non sarebbe certamente quello che è oggi. I compagni di tutto il Partito non devono mai dimenticare questa esperienza che abbiamo pagato col sangue.
“Presentazione della rivista ‘Il Comunista’” (4 ottobre 1939), Opere Scelte, Vol. II.
Secondo la teoria marxista dello Stato l’esercito è la principale componente del potere statale. Chiunque voglia impadronirsi del potere statale e conservarlo, deve possedere un forte esercito. Alcuni ironizzano sul nostro conto trattandoci da sostenitori della “onnipotenza della guerra”. Sì, siamo sostenitori dell’onnipotenza della guerra rivoluzionaria; questo non è un male, ma un bene, è conforme al marxismo. Sono stati i fucili del Partito Comunista russo a creare il socialismo. Noi creeremo una repubblica democratica. L'esperienza della lotta di classe nell’epoca dell’imperialismo c’insegna che solo con la forza del fucile la classe operaia e le masse lavoratrici possono sconfiggere la borghesia e i proprietari fondiari armati. In questo senso possiamo dire che solo con il fucile si può trasformare il mondo intero.
“Problemi della guerra e della strategia” (6 novembre 1938), Opere Scelte, Vol. II.
Siamo per l’abolizione della guerra, non vogliamo la guerra. Ma la guerra può essere abolita solo con la guerra. Perché non vi siano più fucili, bisogna impugnare il fucile.
Ibidem.
La guerra, questo mostro che porta gli uomini a massacrarsi gli uni con gli altri, finirà con l’essere eliminata dal progresso della società umana, e in un futuro non molto lontano. Ma per eliminarla vi è un solo mezzo: opporre la guerra alla guerra, opporre la guerra rivoluzionaria alla guerra controrivoluzionaria, opporre la guerra nazionale rivoluzionaria alla guerra nazionale controrivoluzionaria, opporre la guerra rivoluzionaria di classe alla guerra controrivoluzionaria di classe. [...] Quando la società umana nel corso del suo sviluppo sarà giunta
all’eliminazione delle classi e dello Stato, non vi saranno più guerre, né controrivoluzionarie né rivoluzionarie, né ingiuste né giuste; sarà per l’umanità l’era della pace perenne. II nostro studio delle leggi della guerra rivoluzionaria nasce dal desiderio di eliminare tutte le guerre; ed è qui che risiede la differenza tra noi comunisti e tutte le classi sfruttatrici.
“Problemi strategici della guerra rivoluzionaria in Cina” (dicembre 1936), Opere Scelte, Vol. I.
Il nostro paese e tutti gli altri paesi socialisti hanno bisogno della pace; ne hanno bisogno anche i popoli di tutti i paesi del mondo. Solo certi gruppi capitalisti monopolistici di qualche paese imperialista, che traggono i loro profitti dall’aggressione, desiderano la guerra e non vogliono la pace.
“Discorso d’apertura all’VIII Congresso nazionale del Partito Comunista cinese” (15 settembre 1956).
Per raggiungere una pace duratura nel mondo, dobbiamo sviluppare ulteriormente la nostra amicizia e cooperazione con i paesi fratelli del campo socialista e rafforzare la nostra solidarietà con tutti i paesi amanti della pace. Dobbiamo sforzarci di stabilire, con tutti i paesi che desiderano vivere in pace con noi, normali relazioni diplomatiche basate sul rispetto reciproco per l’integrità territoriale e la sovranità, sull’uguaglianza e sul vantaggio reciproco. Dobbiamo appoggiare attivamente i movimenti per l’indipendenza e la liberazione nazionale dei paesi d’Asia, Africa e America Latina, i movimenti per la pace e le giuste lotte di tutti i paesi del mondo.
Ibidem.
Per quanto riguarda i paesi imperialisti, dobbiamo ugualmente unirci con i loro popoli e cercare di coesistere pacificamente con questi paesi, commerciare con essi e impedire una possibile guerra, ma non dobbiamo in nessun caso nutrire nei loro confronti idee non corrispondenti alla realtà.
“Sulla giusta soluzione delle contraddizioni in seno al popolo” (27 febbraio 1957).
Noi desideriamo la pace. Tuttavia, se l’imperialismo si ostina a volere la guerra non avremo altra alternativa che combattere risolutamente fino all’ultimo prima di proseguire nell’edificazione del nostro paese. Se uno vive costantemente nel timore della guerra, che cosa farà se questa un giorno scoppierà davvero? Prima ho detto che il Vento dell’Est prevale sul Vento dell’Ovest e che la guerra non ci sarà, ora ho fatto questa precisazione nella eventualità che la guerra scoppi. Sono state perciò prese in considerazione ambedue le possibilità.
“Discorso alla Conferenza di Mosca dei Partiti comunisti e operai” (18 novembre 1957).
Attualmente, in tutto il mondo si discute se ci sarà o no una terza guerra mondiale. Anche su questa questione dobbiamo essere psicologicamente preparati e fare delle analisi. Noi siamo risolutamente per la pace e contro la guerra. Ma se gli imperialisti insistono nel voler scatenare un’altra guerra, non dobbiamo averne paura. Il nostro atteggiamento di fronte a questo problema è lo stesso che abbiamo verso qualsiasi disordine: primo, siamo contro di esso, secondo, non ne abbiamo paura. La Prima guerra mondiale fu seguita dalla nascita della Unione Sovietica con una popolazione di 200 milioni. La Seconda guerra mondiale è stata seguita dalla nascita del campo socialista con una popolazione complessiva di 900 milioni. Se gli imperialisti si ostinano a scatenare una terza guerra mondiale, è certo che altre centinaia di milioni di uomini passeranno al socialismo e sulla terra non rimarrà più molto posto per gli imperialisti; è anche possibile che il sistema imperialista crolli completamente.
“Sulla giusta soluzione delle contraddizioni in seno al popolo” (27 febbraio 1957).
Creare disordini, fallire, creare ancora disordini, fallire ancora [...] fino alla loro disfatta; questa è la logica degli imperialisti e di tutti i reazionari del mondo nei confronti della causa popolare; essi non andranno mai contro questa logica. È una legge marxista. Quando diciamo: “L'imperialismo è feroce”, intendiamo che la sua natura non cambierà
mai, e che gli imperialisti non deporranno mai il loro coltello da macellaio, che non diverranno mai dei santi fino alla loro disfatta.
Lottare, fallire, lottare ancora, fallire ancora, lottare ancora [...] fino alla vittoria; questa è la logica del popolo, e anch'esso non andrà mai contro questa logica. Anche questa è una legge marxista. La rivoluzione del popolo russo ha seguito questa legge, e così ha fatto la rivoluzione del popolo cinese.
“Abbandonate le illusioni, preparatevi alla lotta” (14 agosto 1949), Opere Scelte, Vol. IV.
La vittoria non deve in alcun modo farci allentare la vigilanza nei confronti dei frenetici complotti che gli imperialisti e i loro lacchè tramano per vendetta. Chi allenterà la vigilanza si disarmerà politicamente e si ridurrà a una posizione passiva.
“Discorso al Comitato preparatorio della nuova Conferenza consultiva politica” (15 giugno 1949), Opere Scelte, Vol. IV.
Gli imperialisti e i loro lacchè, i reazionari cinesi, non si rassegneranno alla disfatta su questa terra cinese. Continueranno ad agire in combutta contro il popolo cinese con ogni mezzo possibile. Per esempio, faranno infiltrare i loro agenti in Cina per seminare discordie e creare disordini. È indubbio che non rinunceranno mai a queste attività. O ancora, gli imperialisti inciteranno i reazionari cinesi a bloccare i porti della Cina e invieranno persino le proprie forze per appoggiarli. Faranno questo fino a quando sarà possibile. Inoltre, se vorranno lanciarsi in nuove avventure, manderanno truppe a violare i confini della Cina e a compiere azioni di disturbo; anche questo è possibile. Dobbiamo tenere debitamente conto di tutto ciò.
Ibidem.
Il mondo progredisce, l’avvenire è radioso e nessuno può cambiare il corso generale della storia. Noi dobbiamo continuamente far conoscere al popolo i progressi del mondo e il radioso futuro in modo che il popolo acquisti fiducia nella vittoria.
“Sui negoziati di Chungking” (17 ottobre 1945), Opere Scelte, Vol. IV.
I comandanti e i soldati dell’Esercito popolare di Liberazione non devono assolutamente permettere che il loro spirito combattivo diminuisca, sia pure in minima parte; qualunque pensiero che faccia diminuire lo spirito combattivo e sottovalutare il nemico è errato.
“Rapporto alla II sessione plenaria del VII Comitato centrale del Partito Comunista cinese” (5 marzo 1949), Opere Scelte, Vol. IV.
English
Chapter 5. War and Peace (戰爭與和平)
War is a continuation of politics, and there are at least two types: just (progressive) wars and unjust wars, which only serve bourgeois interests. Although no one likes war, we must remain willing to wage just wars against imperialist disturbances.
Deutsch
Kapitel 5. Krieg und Frieden (戰爭與和平)
Krieg ist eine Fortsetzung der Politik, und es gibt mindestens zwei Arten: gerechte (progressive) Kriege und ungerechte Kriege, die nur den Interessen der Bourgeoisie dienen. Obwohl niemand Krieg mag, müssen wir bereit bleiben, gerechte Kriege gegen imperialistische Unruhen zu führen.
Français
Chapitre 5. Guerre et paix (戰爭與和平)
La guerre est une continuation de la politique, et il y a au moins deux types : les guerres justes (progressistes) et les guerres injustes, qui ne servent que les intérêts bourgeois. Bien que personne n’aime la guerre, nous devons rester disposés à mener des guerres justes contre les troubles impérialistes.
Italiano
Capitolo 5. Guerra e pace (戰爭與和平)
La guerra è una continuazione della politica e ci sono almeno due tipi: guerre giuste (progressiste) e guerre ingiuste, che servono solo gli interessi borghesi. Sebbene a nessuno piaccia la guerra, dobbiamo rimanere disposti a combattere guerre giuste contro le agitazioni imperialiste.
Guerra y paz
El capítulo 5 del «Libro de Citas del Presidente Mao Zedong», titulado «Guerra y paz (戰爭與和平)», aborda la compleja relación entre la guerra y la política, así como la distinción entre guerras justas e injustas. Mao Zedong sostiene que la guerra es una continuación de la política y que, aunque nadie desea la guerra, es necesario estar preparado para librar guerras justas en defensa contra las agitaciones imperialistas. Este capítulo, que contiene 21 citas, ofrece una profunda reflexión sobre estos temas.
El Capítulo 5 del Libro Rojo de Mao, titulado «Guerra y paz», aborda uno de los temas más controvertidos y complejos de la teoría política maoísta. En este capítulo, Mao Zedong desarrolla su perspectiva sobre la naturaleza de la guerra y su relación con la política, basándose en gran medida en la tradición marxista-leninista.
Mao comienza estableciendo que la guerra es una continuación de la política por otros medios, una idea que toma prestada del estratega militar prusiano Carl von Clausewitz. Sin embargo, Mao va más allá y distingue entre dos tipos fundamentales de guerra: las guerras justas, que considera progresistas, y las guerras injustas, que ve como herramientas al servicio de los intereses burgueses.
La Guerra como Continuación de la Política
Mao Zedong sigue la teoría de Carl von Clausewitz al afirmar que la guerra es una continuación de la política por otros medios. Para Mao, la guerra no es un fenómeno aislado sino una extensión de las relaciones políticas y sociales. Esta perspectiva implica que la guerra es inevitable en ciertas circunstancias políticas y debe ser entendida en el contexto de la lucha de clases y la defensa de la revolución.
Las guerras justas, según Mao, son aquellas que sirven a los intereses del proletariado y de los pueblos oprimidos. Estas incluyen las guerras de liberación nacional contra el imperialismo, las guerras revolucionarias para derrocar gobiernos reaccionarios, y las guerras defensivas contra la agresión imperialista. Por otro lado, las guerras injustas son aquellas libradas por las potencias imperialistas para mantener su dominio o expandir su influencia.
Tipos de Guerra: Justas e Injustas
Mao distingue claramente entre dos tipos de guerra:
- Guerras Justas: También conocidas como guerras progresistas, estas son luchas que se llevan a cabo en defensa de los intereses de las masas populares y la soberanía nacional. Ejemplos de guerras justas incluyen las luchas de liberación nacional contra el colonialismo y la opresión imperialista.
- Guerras Injustas: Estas guerras sirven a los intereses de las clases dominantes burguesas y buscan perpetuar la explotación y la opresión. Son guerras agresivas que buscan expandir el poder y la influencia de los países imperialistas a expensas de los pueblos oprimidos.
Preparación para la Guerra Justa
Aunque Mao Zedong reconoce que la guerra es destructiva y dolorosa, también enfatiza la necesidad de estar preparados para librar guerras justas. Según Mao, la preparación y disposición para la guerra son esenciales para defenderse contra las agresiones imperialistas y asegurar la supervivencia y el progreso de la revolución.
La Paz como Objetivo Final
A pesar de su énfasis en la guerra, Mao Zedong también subraya que la paz es el objetivo final. La lucha armada se justifica únicamente como un medio para lograr una paz duradera y justa, en la que los pueblos puedan vivir libres de opresión y explotación. La paz verdadera solo puede alcanzarse una vez que se hayan eliminado las causas de las guerras injustas, es decir, el imperialismo y el capitalismo.
A lo largo del capítulo, Mao utiliza 21 citas cuidadosamente seleccionadas para ilustrar y reforzar sus argumentos. Estas citas abarcan una amplia gama de temas, desde la naturaleza de la guerra hasta las estrategias para librar una guerra revolucionaria exitosa.
Aunque Mao reconoce que la guerra es una experiencia terrible y que nadie en su sano juicio la desearía, argumenta que en ciertas circunstancias, la guerra es necesaria e incluso inevitable. Sostiene que mientras exista el imperialismo, las guerras justas seguirán siendo necesarias para defender los logros de la revolución y promover la causa del socialismo a nivel mundial.
Mao enfatiza la importancia de estar preparados para librar guerras justas contra las «agitaciones imperialistas». Argumenta que la paz duradera solo puede lograrse a través de la lucha y que, paradójicamente, estar preparado para la guerra puede ser la mejor manera de preservar la paz.
Conclusión
El capítulo «Guerra y paz» del «Libro de Citas del Presidente Mao Zedong» ofrece una visión profunda de la relación entre la guerra y la política, así como la necesidad de estar preparados para librar guerras justas en defensa de los intereses populares. A través de sus 21 citas, Mao Zedong articula la distinción entre guerras justas e injustas y la importancia de luchar por una paz verdadera y duradera. Este análisis proporciona una comprensión esencial de la estrategia de Mao para enfrentar las agresiones imperialistas y asegurar el progreso de la revolución.
En este capítulo, Mao también aborda la cuestión de la estrategia militar, desarrollando su teoría de la «guerra popular prolongada». Esta estrategia, que Mao había empleado con éxito durante la guerra civil china y la guerra contra Japón, se basa en la movilización de las masas y la utilización del terreno y las condiciones locales para desgastar a un enemigo tecnológicamente superior.
Es importante señalar que las ideas de Mao sobre la guerra y la paz deben entenderse en el contexto de su tiempo, marcado por las luchas anticoloniales y la Guerra Fría. Su pensamiento tuvo una influencia significativa en los movimientos revolucionarios de todo el mundo, especialmente en el Tercer Mundo.
Sin embargo, las ideas de Mao sobre la guerra justa y la necesidad de estar preparados para el conflicto armado han sido objeto de críticas. Algunos argumentan que estas ideas pueden usarse para justificar la violencia innecesaria y que no tienen en cuenta suficientemente los horrores y el costo humano de la guerra.
En conclusión, el Capítulo 5 del Libro Rojo de Mao presenta una visión compleja y controvertida de la guerra y la paz, que refleja tanto el contexto histórico en el que fue escrito como la filosofía revolucionaria de Mao. Sus ideas siguen siendo objeto de debate y estudio en los círculos académicos y políticos hasta el día de hoy.
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