24. Autoeducación ideológica (糾正錯誤思想)

Capítulo 24. La arrogancia, la falta de logros tras un periodo próspero, el egoísmo, la evasión del trabajo y el liberalismo son males que deben evitarse en el desarrollo de China. Por liberalismo se entiende eludir conflictos o trabajo para estar más cómodo temporalmente, mientras el problema sigue creciendo.

Autoeducación ideológica (糾正錯誤思想)

XXIV. AUTOEDUCACION IDEOLOGICA

Y aunque lográramos éxitos inmensos en nuestro trabajo, no tendríamos ningún fundamento para volvernos engreídos y presuntuosos. La modestia contribuye al progreso, y el engreimiento conduce al atraso. Debemos tener siempre presente esta verdad.

Discurso de apertura en el VIII Congreso Nacional del Partido Comunista de China (15 de septiembre de 1956) [Obras Escogidas, t. V].

Con la victoria, pueden surgir dentro del Partido ciertos estados de ánimo: el engreimiento, la presunción de ser hombre meritorio, la inercia y la falta de deseo de progresar, la afición a los placeres y la aversión a continuar una vida dura. Con la victoria, el pueblo nos estará agradecido y la burguesía se presentará a adularnos. Ya está probado que el enemigo no puede vencernos por la fuerza de las armas. Sin embargo, la adulación de la burguesía puede vencer a los débiles de carácter que haya en nuestras filas. Es posible que existan entre los comunistas algunos que el enemigo no ha podido vencer con las armas y que frente a él se han hecho merecedores del título de héroes, pero que, incapaces de resistir a los proyectiles almibarados, caerán derrotados por ellos. Debemos estar prevenidos contra esto.

Informe ante la II Sesión Plenaria del Comité Central elegido en el VII Congreso Nacional del Partido Comunista de China (5 de marzo de 1949), Obras Escogidas, t. IV.

Muchas cosas pueden convertirse en fardos, en cargas, si nos aferramos a ellas ciega e inconscientemente. Por ejemplo: quien haya cometido errores, puede sentirse irremediablemente agobiado por ellos y caer en el abatimiento; el que no haya incurrido en errores, puede creerse irreprochable y volverse vanidoso. La falta de éxitos en el trabajo puede provocar pesimismo y depresión, en tanto que los éxitos pueden engendrar arrogancia y altanería. Un camarada que tenga corta historia de lucha puede con ese pretexto eludir responsabilidades, y un veterano puede considerarse infalible por su largo pasado de lucha. Los camaradas obreros y campesinos, orgullosos de su origen de clase, pueden mirar a los intelectuales por encima del hombro, y los intelectuales, por poseer algunos conocimientos, pueden menospreciar a los camaradas obreros y campesinos. Quien posea conocimientos especializados puede considerarlos como capital para envanecerse y despreciar a los demás. Hasta la edad podría servir de motivo para presumir: un joven que se tenga por inteligente y capaz, podría despreciar a los viejos, y un viejo, por su rica experiencia, podría despreciar a los jóvenes. Todas estas cosas se convierten en cargas, en fardos, si se carece de espíritu critico.

Nuestro estudio y la situación actual (12 de abril de 1944), Obras Escogidas, t. III.

Algunos camaradas en el ejército se han vuelto arrogantes y se comportan de manera arbitraria con los soldados, el pueblo, los organismos gubernamentales y las organizaciones del Partido. Siempre reprochan a los camaradas encargados del trabajo local y nunca se reprochan a sí mismos. Sólo ven sus propios éxitos, pero no sus deficiencias. Sólo quieren escuchar lisonjas, y no críticas. (...) el ejército debe esforzarse por erradicar estos malos hábitos.

Organicémonos (29 de noviembre de 1943), Obras Escogidas, t. III.

Un trabajo duro es como una carga que, colocada frente a nosotros, nos desafía a echárnosla al hombro. Algunas cargas son livianas, otras, pesadas. Hay quienes prefieren las cargas livianas a las pesadas; escogen para sí las primeras y dejan las segundas para los demás. Otros camaradas actúan de manera diferente: dejan las comodidades a los demás y toman sobre sus hombros las cargas pesadas, son los primeros en soportar las penalidades y los últimos en disfrutar de las comodidades. Estos son buenos camaradas. Todos debemos aprender de su espíritu comunista.

Sobre las negociaciones de Chungching (17 de octubre de 1945), Obras Escogidas, t. IV.

No pocas personas se muestran irresponsables en su trabajo, prefieren lo liviano a lo pesado dejan las cargas pesadas a otros y escogen para sí ;as livianas. En cada ocasión, piensan en sí mismas antes que en los demás. Cuando llegan a hacer alguna pequeña contribución, se hinchan de orgullo y la pregonan temiendo que alguien quede sin saberlo. No sienten cariño hacia los camaradas y el pueblo, y los tratan con frialdad indiferencia y apatía. En realidad, esas personas no son comunistas, o, al menos, no pueden ser consideradas como verdaderos comunistas.

En memoria de Norman Bethune (21 de diciembre de 1939), Obras Escogidas, t. II.

Los que pretenden “independizarse” así, generalmente se aferran a la doctrina del “yo primero” y se equivocan en la cuestión de las relaciones entre un militante y el Partido. Aunque respetan de palabra al Partido, en la práctica se colocan a sí mismos en primer término y relegan el Partido al segundo. ¿Qué buscan? Fama, posición y oportunidad de lucirse. Siempre que se les encarga de alguna sección de trabajo, procuran independizarse. Para este fin, engatusan a algunos, desplazan a otros y recurren, entre camaradas, a la jactancia, las lisonjas y la adulación, introduciendo en el Partido Comunista el estilo filisteo de los partidos políticos burgueses. Es su deshonestidad lo que les hace pasarlo mal. Creo que debemos trabajar honestamente, porque sin una actitud honesta nada se puede realizar en el mundo.

Rectifiquemos el estilo de trabajo en el Partido (1° de febrero de 1942), Obras Escogidas, t. III.

Los comunistas deben comprender el principio de subordinar las necesidades de la parte a las del todo. Si una proposición es factible para una situación parcial pero no para la situación en su conjunto, es necesario subordinar la parte del todo. A la inversa, si la proposición no es factible para la situación parcial, pero sí para la situación en su conjunto, es precise igualmente subordinar la parte al todo. Esto es lo que se entiende por tomar en consideración los intereses del todo.

El papel del Partido Comunista de China en la guerra nacional (octubre de 1938), Obras Escogidas, t. II.

Búsqueda de una vida cómoda. En el Ejército Rojo existen no pocas personas cuyo individualismo se manifiesta en sus ansias de comodidades. Esperan que su unidad marche a las grandes ciudades. Quieren ir allí no a trabajar sino a pasarlo bien. Lo que más les desagrada es trabajar en las regiones rojas, donde la vida es dura.

Sobre la rectificación de las ideas erróneas en el Partido (diciembre de 1929), Obras Escogidas, t. I.

Hay que combatir la tendencia al seccionalismo, tendencia a preocuparse sólo par la propia sección, sin atender a los intereses de los demás. Seccionalista es quien permanece indiferente ante las dificultades de los demás y no quiere ceder a ningún cuadro que le piden otras secciones o, como el que tome el campo del vecino como desaguadero, cede sólo a los cuadros mediocres, sin mostrar la menor consideración hacia las demás secciones, localidades o personas. Quien precede así ha perdido totalmente el espíritu comunista. Se caracteriza por su falta de consideración por la situación en su conjunto y su total indiferencia hacia las demás secciones, localidades o personas. Tenemos que redoblar nuestros esfuerzos para educar a tales individuos y hacerles ver en el seccionalismo una tendencia sectaria, que se volverá peligrosa si se la deja cundir.

Rectifiquemos el estilo de trabajo en el Partido (1º; de febrero de 1942), Obras Escogidas, t. III.

El liberalismo se manifiesta en diferentes formas:

Tener clara conciencia de que una persona está en un error, pero como se trata de un conocido, paisano, condiscípulo, amigo íntimo, ser querido, viejo colega o antiguo subordinado, no sostener una discusión de principios con ella y dejar pasar las cosas a fin de preservar la paz y la amistad. O bien, en el deseo de mantenerse en buenos términos con esa persona, tratar superficialmente el asunto en lugar de ir hasta el fondo. Así, tanto la organización como el individuo resultan perjudicados. Este es el primer tipo de liberalismo. Hacer críticas irresponsables en privado en lugar de plantear activamente sugerencias a la organización. No decir nada a los demás en su presencia, sino andar con chismes a sus espaldas; o callarse en las reuniones para murmurar después. No considerar para nada los principios de la vida colectiva, sino dejarse llevar por las inclinaciones personales. Este es el segundo tipo.

Dejar pasar todo lo que no le afecte a uno personalmente; decir lo menos posible aunque se tenga perfecta conciencia de lo que es erróneo; ser hábil en mantenerse a cubierto y preocuparse únicamente de evitar reproches. Este es el tercer tipo.

Desobedecer las órdenes y colocar las opiniones personales en primer lugar; solicitar consideraciones especiales de la organización, pero rechazar su disciplina. Este es el cuarto tipo.

Entregarse a ataques personales, armar pendencias, desahogar rencores personales o buscar venganza en vez de debatir los puntos de vista erróneos y luchar contra ellos en bien de la unidad, del progreso y del buen cumplimiento del trabajo. Este es el quinto tipo.

Escuchar opiniones incorrectas sin refutarlas, e incluso escuchar expresiones contrarrevolucionarias sin informar sobre ellas, tomándolas tranquilamente, como si nada hubiera pasado. Este es el sexto tipo.

Al hallarse entre las masas, no hacer propaganda ni agitación, no hablar en sus reuniones, no investigar ni hacerles preguntas, sino permanecer indiferente a ellas, sin mostrar la menor preocupación por su bienestar, olvidando que se es comunista y comportándose como una persona cualquiera. Este es el séptimo tipo.

No indignarse al ver que alguien perjudica los intereses de las masas, ni disuadirlo o impedir su acción, ni razonar con él, sino dejarlo continuar. Este es el octavo tipo.

Trabajar descuidadamente, sin plan ni orientación definidos; trabajar sólo para cumplir con las formalidades y pasar los días vegetando: mientras siga siendo monje, tocaré la campana. Este es el noveno tipo.

Considerar que se ha rendido grandes servicios a la revolución y darse aire de veterano; desdeñar las tareas pequeñas pero no estar a la altura de las grandes, ser descuidado en el trabajo y flojo en el estudio. Este es el décimo tipo.

Tener conciencia de los propios errores pero no intentar corregirlos, tomando una actitud liberal consigo mismo. Este es el undécimo tipo.

Contra el liberalismo (7 de septiembre de 1937), Obras Escogidas, t. II.

En una colectividad revolucionaria, el liberalismo es extremadamente perjudicial. Es una especie de corrosivo, que carcome la unidad, debilita la cohe- sión, causa apatía y crea disensiones. Priva a las filas revolucionarias de su organización compacta y su estricta disciplina, impide la aplicación cabal de la política y aleja a las organizaciones del Partido de las masas que éste dirige. Se trata de una tendencia sumamente perniciosa.

Ibíd.

Los adictos al liberalismo consideran los principios del marxismo como dogmas abstractos. Aprueban el marxismo, pero no se muestran dispuestos a practicarlo o a practicarlo cabalmente; no intentan sustituir su liberalismo por el marxismo. Tienen su marxismo y también su liberalismo: hablan del marxismo pero practican el liberalismo; el marxismo es para los demás y el liberalismo para ellos mismos. Llevan ambos en su bagaje y encuentran una aplicación para cada uno. Así es como piensa cierta gente.

Ibíd.

El Estado popular protege al pueblo. Sólo cuando existe un Estado popular, el pueblo puede, en todo el país y con participación de cada uno, educarse y transformarse par métodos democráticos, y desembarazarse así de la influencia de los reaccionarios internos y externos (influencia aún muy fuerte en la actualidad y que subsistirá largo tiempo y no puede ser eliminada rápidamente), librarse de los malos hábitos e ideas adquiridos en la vieja sociedad, evitar dejarse descarriar por los reaccionarios, y continuar avanzando, avanzando hacia la sociedad socialista y la comunista.

Sobre la dictadura democrática popular (30 de junio de 1949), Obras Escogidas, t. IV.

Para nadie resulta difícil hacer una cosa de provecho. Lo difícil es hacer cosas de provecho durante toda la vida sin hacer jamás nada malo; actuar siempre en interés de las grandes masas, de la juventud y de la revolución, y empeñarse durante décadas en una lucha ardua sin ceder nunca. ¡Esto es lo más difícil de todo!

Mensaje de salutación al camarada Wu Yuchang en su 60º; cumpleaños (15 de enero de 1940).

24. CORRECTING MISTAKEN IDEAS

Even if we achieve gigantic successes in our work, there is no reason whatsoever to feel conceited and arrogant. Modesty helps one to go forward, whereas conceit makes one lag behind. This is a truth we must always bear in mind.。

"Opening Address at the Eighth National Congress of the Communist Party of China" (September 15, 1956).

With victory, certain moods may grow within the Party - arrogance, the airs of a self-styled hero, inertia and unwillingness to make progress, love of pleasure and distaste for continued hard living. With victory, the people will be grateful to us and the bourgeoisie will come forward to flatter us. It has been proved that the enemy cannot conquer us by force of arms. However, the flattery of the bourgeoisie may conquer the weak-willed in our ranks. There may be some Communists, who were not conqueredby enemies with guns and were worthy of the name of heroes for standing up to these enemies, but who cannot withstand sugar-coated bullets; they will be defeated by sugar-coated bullets. We must guard against such a situation.

"Report to the Second Plenary Session of the Seventh Central Committee of the Communist Party of China" (March 5, 1949), Selected Works, Vol. IV, p. 374.

Many things may become baggage, may become encumbrances if we cling to them blindly and uncritically. Let us take some illustrations. Having made mistakes, you may feel that, come what may, you are saddled with them and so become dispirited; if you have not made mistakes, you may feel that you are free from error and so become conceited. Lack of achievement in work may breed pessimism and depression, while achievement may breed pride and arrogance. A comrade with a short record of struggle may shirk responsibility on this account, while a veteran may become opinionated because of his long record of struggle. Worker and peasant comrades, because of pride in their class origin, may look down upon intellectuals, while intellectuals, because they have a certain amount of knowledge, may look down upon worker and peasant comrades. Any specialized skill may be capitalized on and so may lead to arrogance and contempt of others. Even one's age may become ground for conceit. The young, because they are bright and capable, may look down upon the old; and the old, because they are rich in experience, may look down upon the young. All such things become encumbrances or baggage if there is no critical awareness.

"Our Study and the Current Situation" (April 12, 1944), Selected Works, Vol. III, p. 173.*

Some comrades in the army have become arrogant and high-handed in their behaviour towards the soldiers, the people, the government and the Party, always blaming the comrades doing local work but never themselves, always seeing their own achievements but never their own shortcomings, and always welcoming flattery but never criticism. … the army must endeavour to eradicate these faults.

"Get Organized!" (November 29, 1943), Selected Works, Vol. III, p. 159.*

Hard work is like a load placed before us, challenging us to shoulder it. Some loads are light, some heavy. Some people prefer the light to the heavy; they pick the light and shove the heavy on to others. That is not a good attitude. Some comrades are different; they leave ease and comfort to others and take the heavy loads themselves; they are the first to bear hardships the last to enjoy comforts. They are good comrades. We should all learn from their communist spirit.

"On the Chungking Negotiations" (October 17, 1945), Selected Works, Vol. IV, p. 58.*

There are not a few people who are irresponsible in their work, preferring the

light to the heavy, shoving the heavy loads on to others and choosing the easy ones for themselves. At every turn they think of themselves before others. When they make some small contribution, they swell with pride and brag about it for fear that others will not know. They feel no warmth towards comrades and the people but are cold, indifferent and apathetic. In fact such people are not Communists, or at least cannot be counted as true Communists.

"In Memory of Norman Bethune" (December 21, 1939), Selected Works, Vol. II, pp. 337-38.*

Those who assert this kind of "independence" are usually wedded to the doctrine of "me first" and are generally wrong on the question of the relationship between the individual and the Party. Although in words they profess respect for the Party, in practice they put themselves first and the Party second. Comrade Liu Shao-chi once said of certain people that they have unusually long arms and are very clever in looking after their own interests, but pay little heed to the interests of others and of the party as a whole. “What's mine is mine, and what’s yours is mine too.” (Loud laugbter.) What are these people after? They are after fame and position and want to be in the limelight. Whenever they are put in charge of a branch of work, they assert their "independence". With this aim, they draw some people in, push others out and resort to boasting, flattery and touting among-the comrades, thus importing the vulgar style of the bourgeois political parties into the Communist Party. It is their dishonesty that causes them to come to grief. I believe we should do things honestly, for without an honest attitude it is absolutely impossible to accomplish anything in this world.

"Rectify the Party's Style of Work" (February 1, 1942), Selected Works, Vol. III, p. 44.

They [Communists] must grasp the principle of subordinating the needs of the part to the needs of the whole. If a proposal appears feasible for a partial situation but not for the situation as a whole, then the part must give way to the whole. Conversely, if the proposal is not feasible for the part but is feasible in the light of the situation as a whole, again the part must give way to the whole. This is what is meant by considering the situation as a whole.

"The Role of the Chinese Communist Party in the National War" (October 1938), Selected Works, Vol. II, p. 201.

Pleasure-seeking. In the Red Army there are also quite a few people whose individualism finds expression in pleasure-seeking. They always hope that their unit will march into big cities. They want to go there not to work but to enjoy themselves. The last thing they want is to work in the Red areas where life is hard.

"On Correcting Mistaken Ideas in the Party" (December 1929), Selected Works, Vol. I, p. 113.

We must oppose the tendency towards selfish departmentalism by which the interests of one's own unit are looked after to the exclusion of those of others. Whoever is indifferent to the difficulties of others, refuse s to transfer cadres to other units on request, or releases only the inferior ones, "using the neighbour's field as an outlet for his overflow", and does not give the slightest consideration to other departments, localities or people - such a person is a selfish departmentalist who has entirely lost the spirit of communism. Lack of consideration for the whole and complete indifference to other departments, localities and people are characteristics of a selfish departmentalist. We must intensify our efforts to educate such persons and to make them understand that selfish departmentalism is a sectarian tendency which will become very dangerous, if allowed to develop.

"Rectify the Party's Style of Work" (February 1, 1942), Selected Works, Vol. III, p. 46.

Liberalism manifests itself in various ways.

To let things slide for the sake of peace and friendship when a person has clearly gone wrong, and refrain from principled argument because he is an old acquaintance, a fellow townsman, a schoolmate, a close friend, a loved one, an old colleague or old subordinate. Or to touch on the matter lightly instead of going into it thoroughly, so as to keep on good terms. The result is that both the organization and the individual are harmed. This is one type of liberalism.

To indulge in irresponsible criticism in private instead of actively putting forward one's suggestions to the organization. To say nothing to people to their faces but to gossip behind their backs, or to say nothing at a meeting but to gossip afterwards. To show no regard at all for the principles of collective life but to follow one's own inclination. This is a second type.

To let things drift if they do not affect one personally; to say as little as possible while knowing perfectly well what is wrong, to be worldly wise and play safe and seek only to avoid blame. This is a third type.

Not to obey orders but to give pride of place to one's own opinions. To demand special consideration from the organization but to reject its discipline. This is a fourth type.

To indulge in personal attacks, pick quarrels, vent personal spite or seek revenge instead of entering into an argument and struggling against incorrect views for the sake of unity or progress or getting the work done properly. This is a fifth type.

To hear incorrect views without rebutting them and even to hear counter-revolutionary remarks without reporting them, but instead to take them calmly as if nothing had happened. This is a sixth type.

To be among the masses and fail to conduct propaganda and agitation or speak at meetings or conduct investigations and inquiries among them, and instead to be indifferent to them and show no concern for their well-being, forgetting that one is a Communist and behaving as if one were an ordinary non-Communist. This is a seventh type.

To see someone harming the interests of the masses and yet not feel indignant, or dissuade or stop him or reason with him, but to allow him to continue. This is an eighth type.

To work half-heartedly without a definite plan or direction; to work perfunctorily and muddle along - "So long as one remains a monk, one goes on tolling the bell." This is a ninth type.

To regard oneself as having rendered great service to the revolution, to pride oneself on being a veteran, to disdain minor assignments while being quite unequal to major tasks, to be slipshod in work and slack in study. This is a tenth type.

To be aware of one's own mistakes and yet make no attempt to correct them, taking a liberal attitude towards oneself. This is an eleventh type.。

"Combat Liberalism" (September 7, 1937), Selected Works, Vol. II, pp. 31-32.

Liberalism is extremely harmful in a revolutionary collective. It is a corrosive which eats away unity, undermines cohesion, causes apathy and creates dissension. It robs the revolutionary ranks of compact organization and strict discipline, prevents policies from being carried through and alienates the Party organizations from the masses which the Party leads. It is an extremely bad tendency.

Ibid., p. 32.

People who are liberals look upon the principles of Marxism as abstract dogma. They approve of Marxism, but are not prepared to practise it or to practise it in full; they are not prepared to replace their liberalism by Marxism. These people have their Marxism, but they have their liberalism as well - they talk Marxism but practise liberalism; they apply Marxism to others but liberalism to themselves. They keep both kinds of goods in stock and find a use for each. This is how the minds of certain people work.

Ibid., pp. 32-33

The people's state protects the people. Only when the people have such a state can they educate and remould themselves by democratic methods on a country-wide scale, with everyone taking part, and shake off the influence of domestic and foreign reaction- aries (which is still very strong, will survive for a long time and cannot be quickly destroyed), rid themselves of the bad habits and ideas acquired in the old society, not allow themselves to be led astray by the reactionaries, and continue to advance - to advance towards a socialist and communist society.

"On the People's Democratic Dictatorship" (June 30, 1949). Selected Works, Vol. IV, p. 418.*

It is not hard for one to do a bit of good. What is hard is to do good all one's life and never do anything bad, to act consistently in the interests of the broad masses, the young people and the revolution, and to engage in arduous struggle for decades on end. That is the hardest thing of all!

"Message of Greetings on the 60th Birthday of Comrade Wu Yu-chang" (January 15, 1940).

二十四、纠正错误思想

即使我们的工作得到了极其伟大的 成绩,也没有任何值得骄傲自大的理由。 虚心使人进步,骄傲使人落后,我们应当 永远记住这个真理。

《中国共产党第八次全国代表大会开幕 词》(一九五六年九月十五日),《中国 共产党第八次全国代表大会文献》第 九——一零页

因为胜利,党内的骄傲情绪,以功臣 自居的情绪,停顿起来不求进步的情绪, 贪图享乐不愿再过艰苦生活的情绪,可能 生长。因为胜利,人民感谢我们,资产阶 级也会出来捧场。敌人的武力是不能征服 我们的,这点已经得到证明了。资产阶级 的捧场则可能征服我们队伍中的意志薄

弱者。可能有这样一些共产党人,他们是 不曾被拿枪的敌人征服过的,他们在这些 敌人面前不愧英雄的称号;但是经不起人 们用糖衣裹着的炮弹的攻击,他们在糖弹 面前要打败仗。我们必须预防这种情况。

《在中国共产党第七届中央委员会第二 次全体会议上的报告》(一九四九年三 月五日),《毛泽东选集》第四卷第一 四三九页

有许多的东西,只要我们对它们陷入 盲目性,缺乏自觉性,就可能成为我们的 包袱,成为我们的负担。例如:犯过错误, 可以使人觉得自己反正是犯了错误的,从 此萎靡不振;未犯错误,也可以使人觉得 自己是未犯过错误的,从此骄傲起来。工 作无成绩,可以使人悲观丧气;工作有成 绩,又可以使人趾高气扬。斗争历史短的,

可以因其短而不负责任;斗争历史长的, 可以因其长而自以为是。工农分子,可以 自己的光荣出身傲视知识分子;知识分 子, 又可以自己有某些知识傲视工农分 子。各种业务专长,都可以成为高傲自大 轻视旁人的资本。甚至年龄也可以成为骄 傲的工具:青年人可以因为自己聪明能干 而看不起老年人,老年人又可以因为自己 富有经验而看不起青年人。对于诸如此类 的东西,如果没有自觉性,那它们就会成 为负担或包袱。

《学习和时局》(一九四四年四月十二 日),《毛泽东选集》第三卷第九五一 页

一部分军队工作同志养成了一种骄 气,对士兵,对人民,对政府,对党,横 蛮不讲理,只责备做地方工作的同志,不

责备自己,只看见成绩,不看见缺点,只 爱听恭维话,不爱听批评话。……军队必 须注意克服这种毛病。

《组织起来》(一九四三年十一月二十九 日),《毛泽东选集》第三卷第九三七 页

艰苦的工作就像担子,摆在我们的面 前,看我们敢不敢承担。担子有轻有重。 有的人拈轻怕重,把重担子推给人家,自 己拣轻的挑。这就不是好的态度。有的同 志不是这样,享受让给人家,担子拣重的 挑,吃苦在别人前头,享受在别人后头。 这样的同志就是好同志。这种共产主义者 的精神,我们都要学习。

《关于重庆谈判》(一九四五年十月十七 日),《毛泽东选集》第四卷第一一六 零页

不少的人对工作不负责任,拈轻怕

重,把重担子推给人家,自己挑轻的。 一事当前,先替自己打算,然后再替别人 打算。出了一点力就觉得了不起,喜欢自 吹,生怕人家不知道。对同志对人民不是 满腔热忱,而是冷冷清清,漠不关心,麻 木不仁。这种人其实不是共产党员,至少 不能算一个纯粹的共产党员。

《纪念白求恩》(一九三九年十二月二十 一日),《毛泽东选集》第二卷第六五 三——六五四页

闹这类独立性的人,常常跟他们的个 人第一主义分不开,他们在个人和党的关 系问题上,往往是不正确的。他们在口头 上虽然也说尊重党,但他们在实际上却把 个人放在第一位,把党放在第二位。刘少 奇同志曾经说过,有意中人的手特别长, 很会替自己打算,至于别人的利益和全党

利益,那是不大关心的。“我的就是我的, 你的还是我的。”(大笑)这种人闹什么东 西呢?闹名誉,闹地位,闹出风头。在他 们掌管一部分事业的时候, 就要闹独立 性。为了这些,就要拉拢一些人,排挤一 些人,在同志中吹吹拍拍,拉拉扯扯,把 资产阶级政党的庸俗作风也搬进共产党 里来了。这种人的吃亏在于不老实。我想, 我们应该是老老实实地办事;在世界上要 办成几件事, 没有老实态度是根本不行 的。

《整顿党的作风》(一九四二年二月一 日),《毛泽东选集》第三卷第八二三 ——八二四页

共产党员必须懂得以局部需要服从

全局需要这一个道理。如果某项意见在局

部的情形看来是可行的,而在全局的情形

反之也是一样,在局部的情形看来是不可

看来是不可行的,就应以局部服从全 局。行的,而在全局的情形看来是可行的, 也应以局部服从全局。这就是照顾全局的 观点。

《中国共产党在民族战争中的地位》(一 九三八年十月),《毛泽东选集》第二 卷第五一三——五一四页

享乐主义。 个人主义见于享乐方面 的,在红军中也有不少的人。他们总是希 望队伍开到大城市去。他们要到大城市不 是为了去工作,而是为了去享乐。他们最 不乐意的是在生活艰难的红色区域里工 作。

《关于纠正党内的错误思想》(一九二九 年十二月),《毛泽东选集》第一卷第 九六页

必须反对只顾自己不顾别人的本位 主义的倾向。谁要是对别人的困难不管,

别人要调他所属的干部不给,或以坏的送 人,“以邻为壑”,全不为别部、别地、别 人想一想,这样的人就叫做本位主义者, 这就是完全失掉了共产主义的精神。不顾 大局,对别部、别地、别人漠不关心,就 是这种本位主义者的特点。 对于这样的 人,必须加重教育,使他们懂得这就是一 种宗派主义的倾向,如果发展下去,是很 危险的。

《整顿党的作风》(一九四二年二月一 日),《毛泽东选集》第三卷第八二五 ——八二六页

自由主义有各种表现。 因为是熟人、同乡、同学、知心朋友、 亲爱者、老同事、老部下,明知不对,也 不同他们作原则上的争论,任其下去,求

得和平和亲热。或者轻描淡写地说一顿, 不作彻底解决,保持一团和气。结果是有 害于团体,也有害于个人。这是第一种。

不负责任的背后批评,不是积极地向 组织建议。当面不说,背后乱说;开会不 说,会后乱说。心目中没有集体生活的原 则,只有自由放任。这是第二种。

事不关己,高高挂起;明知不对,少 说为佳;明哲保身,但求无过。这是第三 种。

命令不服从,个人意见第一。只要组 织照顾,不要组织纪律。这是第四种。

不是为了团结,为了进步,为了把事

情弄好,向不正确的意见斗争和争论,而

是个人攻击,闹意气,泄私愤,图报复。

这是第五种。

听了不正确的议论也不争辩,甚至听 了反革命分子的话也不报告,泰然处之, 行若无事。这是第六种。

见群众不宣传,不鼓动,不演说,不 调查,不询问,不关心其痛痒,漠然置之, 忘记了自己是一个共产党员,把一个共产 党员混同于一个普通的老百姓。这是第七 种。

见损害群众利益的行为不愤恨,不劝 告,不制止,不解释,听之任之。这是第 八种。

办事不认真,无一定计划,无一定方 向,敷衍了事,得过且过,做一天和尚撞 一天钟。这是第九种。

自以为对革命有功,摆老资格,大事 做不来,小事又不做,工作随便,学习松 懈。这是第十种。

自己错了,也已经懂得,又不想改正, 自己对自己采取自由主义。 这是第十一 种。

《反对自由主义》(一九三七年九月七 日),《毛泽东选集》第二卷第三四七 ——三四八页

革命的集体组织中的自由主义是十 分有害的。它是一种腐蚀剂,使团结涣散, 关系松懈,工作消极,意见分歧。它使革 命队伍失掉严密的组织和纪律,政策不能 贯彻到底,党的组织和党所领导的群众发

生隔离。这是一种严重的恶劣倾向。

《反对自由主义》(一九三七年九月七 日),《毛泽东选集》第二卷第三四八 页

自由主义者以抽象的教条看待马克 思主义的原则。他们赞成马克思主义,但 是不准备实行之,或不准备完全实行之, 不准备拿马克思主义代替自己的自由主 义。这些人,马克思主义是有的,自由主 义也是有的:说的是马克思主义,行的是 自由主义;对人是马克思主义,对己是自 由主义。两样货色齐备,各有各的用处。 这是一部分人的思想方法。

《反对自由主义》(一九三七年九月七 日),《毛泽东选集》第二卷第三四九 页

人民的国家是保护人民的。有了人民 的国家,人民才有可能在全国范围内和全 体规模上,用民主的方法,教育自己和改

造自己,使自己脱离内外反动派的影响 (这个影响现在还是很大的,并将在长时 期内存在着,不能很快地消灭),改造自 己从旧社会得来的坏习惯和坏思想,不使 自己走入反动派指引的错误路上去,并继 续前进,向着社会主义社会和共产主义社 会前进。

《论人民民主专政》(一九四九年六人三 十日),《毛泽东选集》第四卷第一四 八一页

一个人做点好事并不难,难的是一辈 子做好事,不做坏事,一贯的有益于广大 群众,一贯的有益于青年,一贯的有益于 革命,艰苦奋斗几十年如一日,这才是最 难最难的呵!

《吴玉章同志六十寿辰祝词》(一九四零 年一月十五日),一九四零年一月二十 四日《新中华报》

 

XXIV. BERICHTIGUNG FALSCHER ANSICHTEN

Selbst wenn unsere Arbeit gigantische Erfolge zeitigt, gibt es keinen Grund, überheblich und eingebildet zu werden. Bescheidenheit bewirkt, daß man Fortschritte macht; Überheblichkeit führt dazu, daß man zurückbleibt. Diese Wahrheit sollen wir stets im Gedächtnis behalten.

"Eröffnungsansprache auf dem VIII. Parteitag der Kommunistischen Partei Chinas" (15. September 1956)

Mit dem Sieg können in der Partei solche Stimmungen aufkommen wie Hochmut, Pochen auf alte Verdienste, Stillstand und Widerwille gegen ein Vorwärtsschreiten, Genußsucht und Abneigung gegen die Fortführung eines harten Lebens. Weil wir den Sieg errungen haben, wird uns das Volk dankbar sein, und auch die Bourgeoisie wird hervortreten, um uns zu schmeicheln. Daß uns der Feind mit Waffengewalt nicht unterkriegen kann, ist bereits bewiesen worden. Doch mit ihren Schmeicheleien kann die Bourgeoisie die Willensschwachen in unseren Reihen zu Fall bringen. Es mag Kommunisten geben, die sich vom bewaffneten Feind nicht besiegen ließen und wegen ihrer Standhaftigkeit verdienen, Helden genannt zu werden; wenn sie aber mit "Geschossen in Zuckerhülle" angegriffen werden, halten sie nicht stand, und sie werden von den Zuckergeschossen bezwungen. Wir müssen einer solchen Situation zuvorkommen.

"Bericht auf der 2. Plenartagung des VII. Zentralkomitees der Kommunistischen Partei Chinas" (5. März 1949), Ausgewählte Werke Mao Tse-tungs, Bd. III

Es gibt viele Dinge, die zu einer schweren und einer drückenden Bürde für uns werden können, wenn wir ihnen blind anheimfallen und uns ihrer nicht bewußt sind. Zum Beispiel: Einer hat Fehler gemacht und glaubt nun, er könne sich von diesen Fehlern nicht mehr befreien, ist daher niedergedrückt und mutlos; es kann auch sein, daß einer keine Fehler begangen hat und nun meint, er wäre fehlerfrei, so daß er überheblich wird. Hat einer keinen Erfolg in der Arbeit, kann es sein, daß er pessimistisch wird und den Kopf hängen läßt; hat er Erfolg, kann es wiederum passieren, daß er die Nase hochträgt. Hat jemand wenig Kampferfahrung, so kann auch sein Verantwortungsgefühl gering sein; einem anderen wieder können seine langen Kampferfahrungen zu Kopf steigen. Genossen, die aus der Arbeiterschaft oder aus der Bauernschaft kommen, können aus Stolz über ihre Klassenherkunft auf Intellektuelle von oben herabschauen, diese wiederum können, weil sie gewisse Kenntnisse besitzen, die Arbeiter und Bauern geringschätzig betrachten. Jede spezielle Fachausbildung kann dazu führen, daß man sich über andere erhaben dünkt und sie mißachtet. Sogar die Jahre, die einer zählt, können dazu dienen, daß man überheblich wird: Ein junger Mensch mag, weil er intelligent und tüchtig ist, die Achtung vor älteren Menschen missen lassen, während ältere Leute wegen ihrer reichen Erfahrungen auf die Jugend geringschätzig herabschauen könnten. Alle diese Dinge können, wenn man sich ihrer nicht bewußt ist, zu einer drückenden Bürde, zur Last werden.

"Unsere Schulung und die gegenwärtige Lage" (16. April 1944), Ausgewählte Werke Mao Tse-tungs, Bd. III

Manche Genossen in der Armee haben sich ein arrogantes Verhalten zugelegt. Sie benehmen sich den Soldaten, der Bevölkerung, den Machtorganen und der Partei gegenüber grob und rücksichtslos, geben stets die Schuld an dem oder jenem den Genossen, die die lokale Arbeit machen, niemals aber sich selbst. Sie sehen nur ihre Erfolge, nicht aber ihre Mängel, lieben nur Lobhudelei, dulden aber keine Kritik. Die Truppeneinheiten müssen darauf achten, daß solche Gebrechen überwunden werden.

"Organisieren" (29. November 1943), Ausgewählte Werke Mao Tse-tungs, Bd. III

Eine mühevolle Arbeit ist wie eine TragIast, die vor uns steht und uns gleichsam herausfordert, sie zu schultern. Manche Traglasten sind leicht, andere schwer. Es gibt Leute, die das Leichte wählen und vor Schwerem zurückschrecken, sich selbst die leichtere Last aussuchen und die schwere anderen überlassen. Das ist keine gute Einstellung. Es gibt auch Genossen, die sich anders verhalten; sie überlassen anderen das Angenehme und bürden sich selbst die schwerere Traglast auf. Sie sind die ersten, wenn es gilt, Mühsal auf sich zu nehmen, und die letzten, wenn man sich einer Bequemlichkeit erfreuen kann. Das sind gute Genossen. Von diesem kommunistischen Geist müssen wir alle lernen.

"Über die Verhandlungen in Tschungking" (17. Oktober 1945)· Ausgewählte Werke Mao Tse-tungs, Bd. IV

Es gibt nicht wenig Menschen, die sich verantwortungslos zu ihrer Arbeit verhalten, das Leichte suchen und vor Schwerem zurückschrecken, anderen die schwere Last aufbürden und selbst die leichte schultern. Was sie auch tun - sie sorgen vor allem für sich und erst dann für die anderen. Haben sie sich ein wenig angestrengt, fühlen sie sich schon als Helden, lieben es zu prahlen, da sie befürchten, daß man es sonst nicht erfahren würde. Den Genossen und dem Volk bringen sie keine Wärme entgegen, sondern sind kühl, gleichgültig, gefühllos. Im Grunde sind solche Menschen keine Kommunisten, oder zumindest können sie nicht als echte Kommunisten gelten.

"Dem Andenken Bethunes" (21. Dezember 1949), Ausgewählte Werke Mao Tse-tungs, Bd.II

Jene, die nach solcher Art "Unabhängigkeit" schreien, sind gewöhnlich darauf aus, die eigene Person in den Vordergrund zu stellen, und behandeln in der Regel das Problem der Beziehung zwischen der Einzelperson und der Partei nicht richtig. In Worten beteuern solche Leute zwar ihren Respekt vor der Partei, in Wirklichkeit jedoch stellen sie die eigene Person voran, die Partei aber hinterdrein. Worum reißen sich diese Menschen? Sie reißen sich um Ruhm und Stellung, wollen sich hervortun. Wenn ihnen irgendein Arbeitsabschnitt unterstellt wird, machen sie gleich ihre "Unabhängigkeit" geltend. Zu diesem Zweck ziehen sie die einen zu sich heran und verdrängen die anderen, tun vor den Genossen groß, schmeicheln ihnen, umwerben sie und tragen so die vulgären Gepflogenheiten bürgerlicher Parteien in die Kommunistische Partei hinein. Durch ihre Unehrlichkeit kommen diese Menschen selbst zu Schaden. Ich denke, wir müssen die Dinge ehrlich anpakken; denn ohne eine ehrliche Einstellung ist es absolut unmöglich, irgend etwas auf der Welt zustande zu bringen.

"Den Arbeitsstil der Partei ausrichten" (1. Februar 1942), Ausgewählte Werke Mao Tse-tungs, Bd. III

Die Kommunisten müssen das Prinzip begreifen, daß die Erfordernisse eines Teils den Erfordernissen des Ganzen unterzuordnen sind. Wenn irgendein Vorschlag vom Standpunkt eines Teils ausführbar, aber vom Standpunkt des Ganzen unausführbar ist, muß sich der Teil dem Ganzen fügen. Ebenso verhält es sich im umgekehrten Fall: Wenn er für den Teil unausführbar, für das Ganze aber ausführbar ist, auch da muß sich der Teil dem Ganzen fügen. Das bedeutet, das Ganze im Auge zu behalten.

"Der Platz der Kommunistischen Partei Chinas im nationalen Krieg" (Oktober 1948), Ausgewählte Werke Mao Tse-tungs, Bd. II

Genußsucht. In der Roten Armee gibt es auch nicht wenige, bei denen der Individualismus als Genußsucht in Erscheinung tritt. Sie möchten stets, daß die Truppen in Großstädte abkommandiert werden. Sie wollen dorthin nicht der Arbeit, sondern der Vergnügungen wegen. Die Arbeit in den roten Gebieten, wo die Lebensbedingungen schwer sind, sagt ihnen gar nicht zu.

"Über die Berichtigung falscher Anschauungen in der Partei" (Dezember 1929), Ausgewählte Werke Mao Tse-tungs, Bd. I

Man muß gegen den Ressortgeist ankämpfen, gegen die Tendenz, nur die eigenen Interessen zu berücksichtigen, die der anderen aber zu ignorieren. Wer sich den Schwierigkeiten anderer gegenüber gleichgültig verhält, ihnen eine Bitte um Kader abschlägt oder wenig taugliche Funktionäre zur Verfügung stellt, "des Nachbarn Feld als Abflußgraben betrachtet", sich über eine andere Dienststelle, ein anderes Gebiet, einen anderen Menschen keinerlei Gedanken macht, der ist eben ein Vertreter dessen, was man Ressortgeist nennt, dem ist der kommunistische Geist völlig abhanden gekommen. Für solche Vertreter des Ressortgeistes ist es charakteristisch, daß sie die Interessen der Gesamtheit nicht berücksichtigen, daß ihnen andere Dienststellen, andere Gebiete, andere Menschen völlig egal sind. Unter solchen Menschen muß man die Erziehungsarbeit verstärken, damit sie begreifen, daß dies eine sektiererische Tendenz ist, die sehr gefährlich werden kann, wenn man ihre Weiterentwicklung zuläßt.

"Den Arbeitsstil der Partei ausrichten!" (1. Februar 1942), Ausgewählte Werke Mao Tse-tungs, Bd. III

Der Liberalismus hat verschiedene Erscheinungsformen:

Wenn man genau weiß, daß jemand im Unrecht ist, und sich doch mit ihm nicht prinzipiell auseinandersetzt, sondern um des lieben Friedens und der Freundschaft willen darüber hinwegsieht, weil es sich um einen Bekannten, einen Landsmann, einen Schulkameraden, einen intimen Freund, einen, den man liebhat, einen alten Arbeitskollegen oder einen alten Untergebenen handelt, oder wenn man, um das gute Einvernehmen mit ihm zu wahren, die Frage nur flüchtig streift, ohne ihre gründliche Lösung anzustreben - und aus all dem ergibt sich dann ein: Schaden sowohl für das Kollektiv wie für den Einzelnen -, so ist das eine der Erscheinungsformen des Liberalismus.

Andere hinter ihrem Rücken verantwortungslos kritisieren, statt sich mit positiven Vorschlägen an die Organisation zu wenden; jemandem seine Meinung nicht offen ins Gesicht sagen, sondern hinter seinem Rücken klatschen; statt in der Versammlung das Wort zu ergreifen, hinterher ins Blaue hinein schwatzen; keine Grundsätze des Gemeinschaftslebens achten und sich völlig frei gehen lassen - das ist eine zweite Erscheinungsform.

Möglichst weit von sich weg schieben, was einen nicht selbst betrifft; am besten möglichst wenig sagen, selbst wenn man genau weiß, was falsch ist; um die eigene Haut besorgt sein, nur darauf achten, daß man nicht getadelt wird - das ist eine dritte Erscheinungsform.

Weisungen nicht befolgen und die eigene Meinung allem voranstellen; an die Organisation nur Ansprüche stellen, von ihrer Disziplin aber nichts wissen wollen - das ist eine vierte Erscheinungsform.

Anstatt eine falsche Auffassung zu bekämpfen oder sich mit ihr auseinanderzusetzen, um der Einheit oder um des Fortschritts willen oder um die Sache in Ordnung zu bringen, andere persönlich angreifen, einen Streit vom Zaun brechen, seinem Groll Luft machen oder Rache nehmen das ist eine fünfte Erscheinungsform.

Wenn man unter den Massen weilt, aber keine Propaganda macht, nicht agitiert, nicht zu den Massen spricht, den Dingen nicht nachgeht, sich nach nichts erkundigt, sich um das Wohl und Wehe der Massen nicht kümmert und sich ihnen gegenüber gleichgültig verhält; wenn man vergißt, daß man ein Kommunist ist, und sich so verhält, als ob ein Kommunist dasselbe wäre wie ein x-beliebiger Bürger, so ist das eine siebente Erscheinungsform.

Sich über eine Verletzung der Interessen der Massen nicht entrüsten, den Schuldigen nicht ermahnen, ihm nicht Einhalt gebieten und das Unrecht seiner Handlungsweise erklären, sondern ihn gewähren Lassen das ist eine achte Erscheinungsform.

Die Arbeit nicht gewissenhaft leisten, sie ohne einen bestimmten Plan, eine bestimmte Orientierung verrichten, alles formell und oberflächlich erledigen und nach dem Spruch "Solange einer Mönch ist, läutet er die Glocke" in den Tag hinein leben das ist eine neunte Erscheinungsform.

Sich für einen verdienstvollen Revolutionär halten und auf sein Veteranentum pochen; für wichtige Aufgaben nicht geeignet sein, weniger wichtige aber ablehnen; Gleichgültigkeit bei der Arbeit und Nachlässigkeit beim Studium zeigen - das ist eine zehnte Erscheinungsform.

Einen Fehler, den man begangen hat, zwar erkennen, aber nicht daran denken, ihn zu korrigieren; eine liberale Haltung sich selbst gegenüber einnehmen - das ist eine elfte Erscheinungsform.

"Gegen den Liberalismus" (7. September 1937), Ausgewählte Werke Mao Tse-tungs, Bd. II

In revolutionären Kollektiven ist der Liberalismus äußerst schädlich. Er ist ein Ätzmittel, das die Einheit anfrißt, den Zusammenhalt lockert, Passivität in der Arbeit sowie Zwistigkeiten hervorruft. Er raubt den revolutionären Reihen die straffe Organisation und Disziplin, verhindert die gründliche Durchführung der politischen Richtlinien und führt eine Entfremdung zwischen der Parteiorganisation und den von ihr geführten Massen herbei. Das ist eine ernstzunehmende üble Tendenz.

Ebenda

Liberale betrachten die Grundsätze des Marxismus als abstrakte Dogmen. Sie erklären sich zwar für den Marxismus, sind aber nicht bereit, ihn in die Praxis umzusetzen oder dies in vollem Maße zu tun; sie sind nicht bereit, anstelle ihres Liberalismus den Marxismus zu setzen. Diese Leute haben einiges sowohl vom Marxismus als auch vom Liberalismus: Sie führen den Marxismus im Munde, handeln aber im Sinne des Liberalismus; anderen gegenüber sind sie marxistisch, sich selbst gegenüber aber liberal. Sie führen beide Sorten von Waren, und jede hat ihren eigenen Verwendungszweck. Das ist die Denkweise gewisser Leute.

Ebenda

Der Staat des Volkes schützt das Volk. Nur wenn das Volk seinen eigenen Staat besitzt, kann es mit demokratischen Methoden im Maßstab des ganzen Landes und unter Beteiligung aller sich selbst erziehen und umerziehen, sich vom Einfluß der in und ausländischen Reaktionäre freimachen (heute ist dieser Einfluß noch sehr stark, er wird noch lange bestehen und kann nicht schnell beseitigt werden), die in der alten Gesellschaft erworbenen schlechten Gewohnheiten und Gedanken korrigieren, kann es verhüten, daß es von den Reaktionären auf falsche Wege verleitet wird, kann es weiter vorwärtsschreiten - der sozialistischen und kommunistischen Gesellschaft entgegen.

"Über die demokratische Diktatur des Volkes" (30. Juni 1949), Ausgewählte Werke Mao Tse-tungs, Bd. IV

Wenn jemand einmal etwas Gutes tut, so ist das keine schwere Sache; schwer ist es, sein Leben lang Gutes zu tun und niemals etwas Schlechtes, immer im Interesse der breiten Massen, der Jugend, der Revolution zu handeln, Jahrzehnte hindurch Tag für Tag im harten Kampf zu stehen - das ist das schwerste unter allen Dingen!

"Grußbotschaft zum 60. Geburtstag des Genossen Wu Yü-dschang" (18.Januar 1940)

XXIV. L'ELIMINATION DES CONCEPTIONS ERRONEES

Même si notre travail est couronné des plus grands succès, nous n'avons aucune raison de nous en glorifier. On fait des progrès quand on est modeste, tandis que l'orgueil fait retomber en arrière: gardons toujours cette vérité présente à l'esprit.

«Allocution d'ouverture au VIIIe Congrès du Parti communiste chinois» (15 septembre 1956).

Avec la victoire, certains états d'esprit peuvent se faire jour dans le Parti: orgueil, prétention d'être homme de mérite, inertie et répugnance à aller de l'avant, recherche des agréments de la vie et refus de mener encore une vie difficile.

Avec la victoire, le peuple nous sera reconnaissant et la bourgeoisie viendra nous flatter.

L'ennemi ne peut nous vaincre par la force des armes, ceci a été prouvé.

Cependant, les flatteries de la bourgeoisie peuvent conquérir les volontés faibles dans nos rangs.

Il peut y avoir de ces communistes que l'ennemi armé n'a pu vaincre, qui se conduisaient devant l'ennemi en héros dignes de ce nom, mais qui, incapables de résister aux balles enrobées de sucre, tomberont sous ces balles.

Nous devons prévenir pareil état de choses.

«Rapport à la deuxième session plénière du Comité central issu du VIIe Congrès du Parti communiste chinois» (5 mars 1949), Œuvres choisies de Mao Tsétoung, tome IV.

Beaucoup de choses peuvent devenir un fardeau, une charge, si nous nous y attachons aveuglément et inconsciemment. Prenons quelques exemples.

Si vous avez fait des fautes, peut-être avez-vous le sentiment que, de toute façon, elles vous resteront sur le dos, et vous voilà découragé; si vous n'avez pas commis d'erreurs, vous pouvez vous croire infaillible et en tirer vanité.

Le manque de succès dans le travail peut engendrer le pessimisme et l'abattement, la réussite susciter l'orgueil et l'arrogance.

Un camarade qui n'a encore qu'une brève expérience de la lutte peut, de ce fait, chercher à se dérober aux responsabilités, tandis qu'un vétéran peut se buter à cause de son long passé de lutte.

Le camarade ouvrier ou paysan, fier de son origine de classe, peut regarder de haut l'intellectuel, tandis que celui-ci, à cause des quelques connaissances qu'il possède, peut avoir du dédain pour le camarade ouvrier ou paysan.

Toute qualification professionnelle peut devenir un capital personnel, qui mène à l'arrogance et au mépris d'autrui.

Même l'âge peut être un motif de vanité.

Les jeunes, se croyant intelligents et capables, mésestiment les vieux; et ceux-ci, parce qu'ils sont riches d'expérience, dédaignent les jeunes. Tout cela devient charge ou fardeau quand la conscience critique fait défaut.

«Notre étude et la situation actuelle» (12 avril 1944), Œuvres choisies de Mao Tsétoung, tome III.

Certains camarades qui travaillent dans l'armée sont devenus arrogants et se conduisent d'une manière arbitraire à l'égard des soldats, du peuple, du gouvernement et du Parti.

Ils rendent responsables de tout ce qui ne va pas les camarades travaillant dans le secteur civil; quant à eux, ils s'estiment au-dessus de tout reproche; ils ne voient que leurs succès et sont aveugles à leurs défauts; ils n'aiment que les louanges et ne supportent aucune critique. . . .

L’armée doit s'employer sérieusement à vaincre ces défauts.

«Organisez-vous !» (29 novembre 1943), Œuvres choisies de Mao Tsétoung, tome III.

Un dur travail est comme une charge placée devant nous et qui nous défie de la hisser sur nos épaules. Certaines charges sont légères, d'autres sont lourdes.

Il y a des gens qui, préférant les charges légères aux lourdes, choisissent les légères et laissent les lourdes aux autres.

Ce n'est pas une bonne attitude. D'autres camarades se comportent différemment; ils laissent les avantages aux autres et portent eux-mêmes les lourdes charges; ils sont les premiers à supporter les épreuves, les derniers à jouir du bien-être.

Ce sont de bons camarades.

Nous devons tous prendre exemple sur leur esprit communiste.

«Sur les négociations de Tchongking» (17 octobre 1945), Œuvres choisies de Mao Tsétoung, tome IV.

Ils ne sont pas rares ceux à qui manque le sens des responsabilités dans leur travail, qui choisissent les tâches faciles et se dérobent aux besognes pénibles, laissant aux autres le fardeau le plus lourd et prenant la charge la plus légère.

En toute chose, ils pensent d'abord à eux-mêmes, aux autres après. A peine ont-ils accompli quelque effort, craignant qu'on ne s'en soit pas aperçu, ils s'en vantent et s'enflent d'orgueil.

Ils n'éprouvent point de sentiments chaleureux pour les camarades et pour le peuple, ils n'ont à leur endroit que froideur, indifférence, insensibilité.

En vérité, ces gens-là ne sont pas des communistes ou, du moins, ne peuvent être considérés comme de vrais communistes.

«A la mémoire de Norman Béthune» (21 décembre 1939), Œuvres choisies de Mao Tsétoung, tome II.

L'esprit d'«indépendance» est souvent inséparable de la tendance à mettre son «moi» au premier plan. Ceux qui y sont enclins ont fréquemment une manière incorrecte d'aborder le problème des rapports entre i'individu et le Parti.

En paroles, ils respectent, eux aussi, le Parti, mais dans la pratique, ils placent leur personne au premier plan et le Parti au second. Dans quel but ces gens se mettent-ils en quatre?

Ils recherchent les honneurs, ils convoitent une position, ils veulent paraître. Quand ils ont la charge d'un secteur de travail, ils réclament immédiatement leur «indépendance».

A cette fin, ils séduisent les uns, écartent les autres, recourent à la flatterie et au racolage parmi les camarades; ils transportent dans le Parti communiste les mœurs viles des partis bourgeois. La malhonnêteté les perd. J'estime qu'il nous faut travailler avec honnêteté.

Sinon, il est absolument impossible d'accomplir quelque chose d'utile dans le monde.

«Pour un style correct de travail dans le Parti» (Ier février 1942), Œuvres choisies de Mao Tsétoung, tome III.

Les communistes doivent comprendre cette vérité: il est indispensable de subordonner les besoins de la partie à ceux de l'ensemble.

Si une proposition correspond seulement à une situation particulière, et non à la situation générale, il faut subordonner la partie au tout.

Il en va de même dans le cas inverse: si une proposition ne correspond pas à une situation particulière mais à la situation générale, il faut également subordonner la partie au tout.

Voilà ce que veut dire tenir compte de la situation d'ensemble.

«Le Rôle du Parti communiste chinois dans la guerre nationale» (Octobre 1938), Œuvres choisies de Mao Tsétoung, tome II.

Le goût des plaisirs.

Dans l'Armée rouge, nombreux sont ceux chez qui l'individualisme se manifeste par le goût des plaisirs. Ils voudraient toujours que nos troupes se dirigent vers les grandes villes, non pour le travail, mais pour les plaisirs.

Surtout, ils répugnent à travailler dans les régions rouges, où les conditions de vie sont difficiles. «L'Elimination des conceptions erronées dans le Parti» (Décembre 1929), Œuvres choisies de Mao Tsétoung, tome I.

Il faut lutter contre les tendances particularistes qui consistent à ne tenir compte que de ses propres intérêts en négligeant ceux des autres.

Tous ceux qui restent indifférents devant les difficultés des autres, qui repoussent leurs demandes d'envoi de cadres ou ne leur en cèdent que de mauvais, qui «considèrent le champ du voisin comme leur déversoir», qui se désintéressent complètement des autres unités, régions ou secteurs de travail sont des particularistes. Ils ont entièrement perdu l'esprit communiste.

Ce qui les caractérise, c'est le refus de considérer les intérêts de l'ensemble, c'est l'indifférence totale à l'égard des autres unités, régions ou secteurs de travail. Il faut renforcer l'éducation de ces gens pour leur faire comprendre que ce sont là des tendances sectaires qui risqueraient de devenir très dangereuses si on leur laissait libre cours.

«Pour un style correct de travail dans le Parti» (Ier février 1942), Œuvres choisies de Mao Tsétoung, tome III.

Le libéralisme se manifeste sous diverses formes.

On sait très bien que quelqu'un est dans son tort, mais comme c'est une vieille connaissance, un compatriote, un camarade d'école, un ami intime, une personne aimée, un ancien collègue ou subordonné, on n'engage pas avec lui une discussion sur les principes et on laisse aller les choses par souci de maintenir la bonne entente et l'amitié.

Ou bien, on ne fait qu'effleurer la question au lieu de la trancher, afin de rester en bons termes avec l'intéressé.

Il en résulte qu'on fait du tort à la collectivité comme à celui-ci.

C'est une première forme de libéralisme.

On se livre, en privé, à des critiques dont on n'assume pas la responsabilité au lieu de s'employer à faire des suggestions à l'organisation. On ne dit rien aux gens en face, on fait des cancans derrière leur dos; on se tait à la réunion, on parle à tort et à travers après.

On se moque du principe de la vie collective, on n'en fait qu'à sa tête.

C'est une deuxième forme de j libéralisme.

On se désintéresse complètement de tout ce qui ne vous concerne pas; même si l'on sait très bien ce qui ne va pas, on en parle le moins possible; en homme sage, on se met à l'abri et on a pour seul souci de n'être pas pris soi-même en défaut.

C'en est la troisième forme.

On n'obéit pas aux ordres, on place ses opinions personnelles au-dessus de tout. On n'attend que des égards de l'organisation et on ne veut pas de sa discipline.

C'en est la quatrième forme.

Au lieu de réfuter, de combattre les opinions erronées dans l'intérêt de l'union, du progrès et du bon accomplissement du travail, on lance des attaques personnelles, on cherche querelle, on exhale son ressentiment, on essaie de se venger.

C'en est la cinquième forme.

On entend des opinions erronées sans élever d'objection, on laisse même passer des propos contre-révolutionnaires sans les signaler: on les prend avec calme, comme si de rien n'était.

C'en est la sixième forme.

On se trouve avec les masses, mais on ne fait pas de propagande, pas d'agitation, on ne prend pas la parole, on ne s'informe pas, on ne questionne pas, on n'a pas à cœur le sort du peuple, on reste dans l'indifférence, oubliant qu'on est un communiste et non un simple particulier.

C'en est la septième forme.

On voit quelqu'un commettre des actes nuisibles aux intérêts des masses, mais on n'en est pas indigné, on ne l'en détourne pas, on ne l'en empêche pas, on n'entreprend pas de l'éclairer sur ce qu'il fait et on le laisse continuer.

C'en est la huitième forme.

On ne travaille pas sérieusement mais;, pour la forme, sans plan ni orientation; cahincaha: «Bonze, je sonne les cloches au jour le jour».

C'en est la neuvième forme.

On croit avoir rendu des services à la révolution et on se donne des airs de vétéran; on est incapable de faire de grandes, choses, mais on dédaigne les tâches mineures; on se relâche dans le travail et dans l'étude.

C'en est la dixième forme.

On a commis des erreurs, on s'en rend compte, mais on n'a pas envie de les corriger, faisant preuve ainsi de libéralisme envers soi-même.

C'en est la onzième forme.

«Contre le libéralisme» (7 septembre 1937), Œuvres choisies de Mao Tsétoung, tome II.

Le libéralisme est extrêmement nuisible; dans les collectivités révolutionnaires. C'est un corrosif qui ronge l'unité, relâche les liens de solidarité, engendre la passivité dans le travail, crée des divergences d'opinions.

Il prive les rangs de la révolution d'une organisation solide et d'une discipline rigoureuse, empêche l'application intégrale de la politique et coupe les organisations du Parti des masses populaires placées sous la direction du Parti.

C'est une tendance des plus pernicieuses.

«Contre le libéralisme» (7 septembre 1937), Œuvres choisies de Mao Tsétoung, tome II.

Ceux qui sont imbus de libéralisme considèrent les principes du marxisme comme des dogmes abstraits. Ils approuvent le marxisme, mais ne sont pas disposés à le mettre en pratique ou à le mettre intégralement en pratique; ils ne sont pas disposés à remplacer leur libéralisme par le marxisme. Ils ont fait provision de l'un comme de l'autre: ils ont le marxisme à la bouche, mais pratiquent le libéralisme; ils appliquent le premier aux autres, le second à eux-mêmes.

Ils ont les deux articles et chacun a son usage.

Telle est la façon de penser de certaines gens.

«Contre le libéralisme» (7 septembre 1937), Œuvres choisies de Mao Tsétoung, tome II.

L'Etat populaire protège le peuple.

C'est seulement lorsque le peuple dispose d'un tel Etat qu'il peut, par des méthodes démocratiques, s'éduquer et se réformer à l'échelle nationale et, avec la participation de tous, se débarrasser de l'influence des réactionnaires de l'intérieur et de l'étranger (influence très grande encore à l'heure actuelle, qui subsistera longtemps et ne pourra pas être détruite rapidement), rejeter les habitudes et idées néfastes acquises dans l'ancienne société, éviter de se laisser entraîner dans une fausse direction par les réactionnaires et continuer à avancer vers la société socialiste et la société communiste.

«De la dictature démocratique populaire» (30 juin 1949), Œuvres choisies de Mao Tsétoung, tome IV.

Il n'est pas difficile à un homme de faire quelques bonnes actions; ce qui est difficile, c'est d'agir bien toute sa vie, sans jamais rien faire de mal.

Mener un combat ardu pendant plusieurs dizaines d'années, comme durant une seule et même journée, et cela toujours dans l'intérêt des larges masses, des jeunes et de la révolution, voilà ce qu'il y a de plus difficile!

«Félicitations au camarade Wou Yu-tchang à l'occasion de ses 60 ans» (15 janvier 1940).

XXIV. CORREGGERE LE IDEE ERRATE

Anche se raggiungiamo straordinari successi nel nostro lavoro, non abbiamo nessuna ragione di essere presuntuosi e arroganti. Con la modestia si fanno progressi, con la presunzione si rimane indietro. Dobbiamo sempre tener presente questa verità.

“Discorso d’apertura all’VIII Congresso nazionale del Partito Comunista cinese” (15 settembre 1956).

Con la vittoria possono sorgere nel Partito stati d’animo come arroganza, pretesa di essere un grand’uomo, inerzia e riluttanza a fare progressi, ricerca dei piaceri e avversione a continuare una vita dura. Con la vittoria, il popolo ci sarà riconoscente e la borghesia si farà avanti per adularci. È stato provato che il nemico non può batterci con la forza delle armi. Tuttavia, l’adulazione della borghesia può conquistare quelli fra noi che non hanno una forte volontà. Possono esserci comunisti che, pur non essendo stati vinti dai nemici armati e avendo anzi meritato il nome di eroi per aver affrontato questi nemici, non sono tuttavia capaci di resistere alle pallottole ricoperte di zucchero; essi cadranno sotto questi colpi. Dobbiamo prevenire una situazione di tal genere.

“Rapporto alla II sessione plenaria del VII Comitato centrale del Partito Comunista cinese” (5 marzo 1949), Opere Scelte, Vol. IV.

Molte cose possono diventare un peso, una zavorra, se ci aggrappiamo ad esse ciecamente e senza spirito critico. Facciamo qualche esempio. Se avete commesso errori, potete pensare che, in ogni caso, vi peseranno addosso e quindi vi scoraggerete; se non avete commesso errori, potete ritenervi infallibili e perciò diventare presuntuosi. La mancanza di successo nel lavoro può causare pessimismo e abbattimento, mentre il successo può generare orgoglio e arroganza. Un compagno con un breve passato di lotta può per questa ragione sottrarsi ad ogni responsabilità, mentre un veterano può considerarsi infallibile a causa del suo lungo passato di lotta. Gli operai e i contadini, orgogliosi della loro origine di classe, possono guardare con disprezzo gli intellettuali, mentre questi, per via di una certa quantità di conoscenze, possono guardare con

disprezzo gli operai e i contadini. Nel lavoro, qualsiasi specializzazione può diventare un capitale personale e portare perciò all’arroganza e al disprezzo degli altri. Perfino l’età può essere motivo di presunzione. I giovani, ritenendosi intelligenti e capaci, possono guardare con disprezzo i vecchi; e i vecchi, ritenendosi ricchi di esperienza, possono guardare con disprezzo i giovani. Tutto ciò diventa un peso o una zavorra se si manca di spirito critico.

“Il nostro studio e la situazione attuale” (12 aprile 1944), Opere Scelte, Vol. III.

Alcuni compagni nell’esercito sono diventati arroganti e si comportano in modo arbitrario verso i soldati, il popolo, il governo e il Partito; addossano sempre la colpa di tutto ai compagni che svolgono il lavoro locale, e mai a se stessi, vedono solo i propri successi e mai i propri difetti, accettano solo l’adulazione e mai la critica. [...] L'esercito deve sforzarsi di sradicare questi difetti.

“Organizziamoci!” (29 novembre 1943), Opere Scelte, Vol. III.

Un lavoro duro è come un fardello posto davanti a noi: è una sfida a caricarcelo sulle spalle. Certi fardelli sono leggeri, altri pesanti. Alcuni preferiscono i fardelli leggeri a quelli pesanti; prendono i primi e lasciano i secondi agli altri. Questo non è un atteggiamento corretto. Alcuni compagni si comportano diversamente: lasciano le comodità agli altri e si caricano dei fardelli più pesanti; sono i primi ad affrontare le privazioni e gli ultimi a godere delle comodità. Essi sono buoni compagni. Dobbiamo tutti imparare dal loro spirito comunista.

“Sui negoziati di Chungking” (17 ottobre 1945), Opere Scelte, Vol. IV.

Non sono pochi coloro che mancano di senso di responsabilità nel lavoro, preferiscono i fardelli leggeri a quelli pesanti, lasciano quelli pesanti agli altri e scelgono per sé quelli leggeri. In ogni cosa pensano prima a se stessi e poi agli altri. Appena compiono un piccolo sforzo, si gonfiano di orgoglio e si vantano per paura che gli altri non se ne accorgano. Invece di essere pieni di affetto per i compagni e il popolo, sono freddi, indifferenti e apatici. In realtà, questi individui non sono comunisti, o almeno non possono essere considerati veri comunisti.

“In memoria di Norman Bethune” (21 dicembre 1939), Opere Scelte, Vol. II.

Chi rivendica questo tipo di “indipendenza” è normalmente attaccato alla dottrina del “prima io” e generalmente affronta in maniera sbagliata la questione del rapporto fra l’individuo e il Partito. Benché a parole rispetti il Partito, in pratica mette se stesso al primo posto e il Partito al secondo. Cosa cercano queste persone? Cercano la fama e la posizione e vogliono mettersi in vista. Quando vengono incaricate di un settore di lavoro, rivendicano la propria “indipendenza”. A questo scopo, si circondano di determinate persone, ne allontanano altre e ricorrono all’esaltazione, all’adulazione e alle lusinghe nei confronti dei compagni, introducendo così nel Partito Comunista lo stile volgare dei partiti politici borghesi. La loro disonestà li porta alla rovina. Credo che dobbiamo fare le cose onestamente, perché senza un atteggiamento onesto è assolutamente impossibile realizzare qualcosa di utile al mondo.

“Rettificare lo stile di lavoro del Partito” (1° febbraio 1942), Opere Scelte, Vol. III.

I comunisti devono comprendere a fondo il principio della subordinazione dei bisogni della parte a quelli del tutto. Se una proposta appare realizzabile nella situazione particolare, ma non nella situazione generale, bisogna subordinare la parte al tutto. Se viceversa, la proposta non è realizzabile nella situazione particolare, ma lo è nella situazione generale, anche in questo caso la parte deve essere subordinata al tutto. Ecco cosa significa considerare la situazione nel suo insieme.

“Il ruolo del Partito Comunista cinese nella guerra nazionale” (ottobre 1938), Opere Scelte, Vol. II.

La ricerca dei piaceri. Anche nell’Esercito Rosso non sono pochi coloro che manifestano il loro individualismo nella ricerca dei piaceri. Essi sperano sempre che la loro unità si diriga verso le grandi città, dove vogliono recarsi non per lavorare, ma per darsi alla bella vita. L'ultima cosa che vogliono è lavorare nelle zone rosse, dove la vita è difficile.

“Come correggere le idee errate nel Partito” (dicembre 1929), Opere Scelte, Vol. I.

Dobbiamo opporci alle tendenze particolaristiche che consistono nell’occuparsi degli interessi della propria unità, trascurando quelli delle altre. Chi è indifferente alle difficoltà degli altri, si rifiuta di trasferire i quadri ad altre unità che li richiedono o cede solo quelli mediocri, “usando il campo del vicino come scolo”. Chi non si interessa minimamente degli altri reparti, le altre zone o le altre persone è un particolarista che ha perso completamente lo spirito del comunismo. La mancanza di interesse per l’insieme e la completa indifferenza verso gli altri reparti, le altre zone e le altre persone sono la sua caratteristica. Dobbiamo intensificare i nostri sforzi per educare tali individui e far loro capire che il particolarismo è una tendenza settaria, che diventerà molto pericolosa se la lasciamo sviluppare.

“Rettificare lo stile di lavoro del Partito” (1° febbraio 1942), Opere Scelte, Vol. III.

Il liberalismo si manifesta in diverse forme:

Astenersi dalla discussione sui princìpi quando qualcuno ha chiaramente sbagliato e lasciare correre le cose per amore di pace e d’amicizia, perché si tratta di un vecchio conoscente, un concittadino, un compagno di scuola, un amico intimo, una persona cara, un vecchio collega o un vecchio subordinato. Oppure criticare l’interessato superficialmente, per restare in buoni rapporti con lui, invece di andare fino in fondo. Come risultato si nuoce sia all’organizzazione che all’individuo. Questa è una forma di liberalismo.

Indulgere a critiche irresponsabili in privato invece di avanzare i propri suggerimenti all’organizzazione. Non dire niente in faccia, ma fare pettegolezzi dietro le spalle o tacere durante una riunione e fare pettegolezzi dopo. Non avere alcun riguardo per i princìpi della vita collettiva, ma seguire la propria inclinazione. Questa è una seconda forma.

Lasciar correre le cose se non ci riguardano personalmente; parlare il meno possibile anche se sappiamo perfettamente ciò che è errato; tenersi da parte per evitare di sbagliare. Questa è una terza forma.

Non obbedire agli ordini, ma mettere le proprie opinioni al di sopra di tutto. Chiedere all’organizzazione un trattamento speciale, ma rifiutarne la disciplina. Questa è una quarta forma.

Lasciarsi andare ad attacchi personali, litigare, dare libero corso ai rancori personali o cercare di vendicarsi, invece di impegnarsi nei dibattiti e lottare contro le opinioni errate nell’interesse dell’unità, del progresso, o della buona esecuzione del lavoro. Questa è una quinta forma.

Ascoltare opinioni errate senza confutarle e ascoltare perfino osservazioni controrivoluzionarie senza riferirle, ma addirittura accettarle con calma come se niente fosse successo. Questa è una sesta forma.

Stare fra le masse, e non impegnarsi nella propaganda e nell’agitazione, non parlare alle riunioni, non porre domande, non condurre inchieste fra le masse e mantenersi invece indifferenti nei loro confronti, non mostrare interesse per il loro benessere, dimenticando di essere un comunista e comportandosi come una persona qualsiasi. Questa è una settima forma.

Accorgersi che qualcuno nuoce agli interessi delle masse, e non indignarsi, non dissuaderlo, non fermarlo o non discutere con lui, ma permettergli di continuare. Questa è un’ottava forma.

Lavorare svogliatamente senza un preciso piano o orientamento; lavorare in modo superficiale e tirare avanti alla meglio – “Finché son monaco, suono la campana”. Questa è una nona forma.

Pensare di aver reso grandi servigi alla rivoluzione, vantarsi di essere un veterano, disprezzare incarichi minori pur non essendo all’altezza di compiti maggiori, lavorare con trascuratezza e studiare con negligenza. Questa è una decima forma.

Accorgersi dei propri errori, ma non fare nessun tentativo per correggerli, assumendo un atteggiamento liberalistico verso se stessi. Questa è un’undicesima forma di liberalismo.

“Contro il liberalismo” (7 settembre 1937), Opere Scelte, Vol. II.

Il liberalismo è estremamente nocivo in una collettività rivoluzionaria. È un acido che corrode l’unità, mina la coesione, produce apatia nel lavoro e crea dissensi. Il liberalismo priva i ranghi rivoluzionari di un’organizzazione compatta e di una rigorosa disciplina, impedisce che le direttive politiche vengano applicate fino in fondo e allontana le

organizzazioni del Partito dalle masse che esso guida. È una tendenza estremamente nociva.

Ibidem.

I sostenitori del liberalismo considerano i princìpi del marxismo come dogmi astratti. Approvano il marxismo, ma non sono disposti a metterlo in pratica o a metterlo in pratica integralmente; non sono disposti a sostituire il loro liberalismo con il marxismo. Questa gente ha un suo marxismo, ma anche un suo liberalismo – parlano di marxismo, ma praticano il liberalismo, applicano il marxismo agli altri, e il liberalismo a se stessi. Tengono in magazzino ambedue i tipi di merce e per ognuna trovano un uso. E così che funziona il cervello di certa gente.

Ibidem.

Lo Stato popolare protegge il popolo. Solo quando il popolo dispone di un simile Stato può, su scala nazionale e con la partecipazione di tutti, educarsi e rimodellarsi con metodi democratici, scrollarsi di dosso l’influenza dei reazionari interni e esterni (influenza ancora molto forte, che sopravviverà a lungo e non potrà essere eliminata rapidamente), sbarazzarsi delle abitudini e le idee nefaste acquisite nella vecchia società, evitare di farsi sviare dai reazionari, e continuare ad avanzare, avanzare verso la società socialista e comunista.

“Sulla dittatura democratica popolare” (30 giugno 1949), Opere Scelte, Vol. IV.

Non è difficile per un uomo fare qualcosa di buono. Ciò che è difficile è agire bene tutta la vita e non fare mai niente di male, agire coerentemente nell’interesse delle larghe masse, dei giovani e della rivoluzione e impegnarsi in una lotta tenace per decenni e decenni. Questa è la cosa più difficile!

“Messaggio di auguri per il LX compleanno del compagno Wu Yu-chang” (15 gennaio 1940).


English

Chapter 24. Ideological Self-Education (糾正錯誤思想)
Arrogance, lack of achievements after a prosperous period, selfishness, evasion of work, and liberalism are evils that must be avoided in the development of China. Liberalism is understood as avoiding conflicts or work to be more comfortable in the moment, while the problem continues to grow.

Deutsch

Kapitel 24. Ideologische Selbstbildung (糾正錯誤思想)
Arroganz, fehlende Erfolge nach einer Wohlstandsperiode, Egoismus, Arbeitsverweigerung und Liberalismus sind Übel, die bei der Entwicklung Chinas vermieden werden müssen. Unter Liberalismus wird verstanden, Konflikte oder Arbeit zu vermeiden, um es sich im Moment bequemer zu machen, während das Problem weiter wächst.

Français

Chapitre 24. Autoéducation idéologique (糾正錯誤思想)
L’arrogance, le manque de réalisations après une période prospère, l’égoïsme, l’évasion du travail et le libéralisme sont des maux à éviter dans le développement de la Chine. Par libéralisme, on entend éviter les conflits ou le travail pour être plus à l’aise sur le moment, tandis que le problème continue de croître.

Italiano

Capitolo 24. Autoeducazione ideologica (糾正錯誤思想)
L’arroganza, la mancanza di risultati dopo un periodo prospero, l’egoismo, l’evasione dal lavoro e il liberalismo sono mali da evitare nello sviluppo della Cina. Per liberalismo si intende evitare i conflitti o il lavoro per stare più comodi al momento, mentre il problema continua a crescere.


Autoeducación ideológica en el pensamiento de Mao Tse-Tung

Autoeducación ideológica - Libro Rojo de Mao

El Capítulo 24 del Libro Rojo de Mao Tse-Tung, titulado «Autoeducación ideológica» (糾正錯誤思想), subraya la importancia crítica de la autoeducación y la rectificación ideológica dentro del Partido Comunista de China. Mao destaca que la educación ideológica es fundamental para mantener la cohesión y eficacia del partido en su lucha revolucionaria y en la construcción del socialismo.

Este capítulo, que contiene 15 citas cuidadosamente seleccionadas, se centra en la identificación y corrección de actitudes y comportamientos que Mao consideraba perjudiciales para el progreso de China.

La Educación Ideológica como Eslabón Clave

Mao comienza afirmando que «la educación ideológica es el eslabón clave que debemos empuñar firmemente en la labor de unir a todo el Partido para la gran lucha política»​​. Sin una base ideológica sólida, el Partido no puede cumplir ninguna de sus tareas políticas. Esta afirmación resalta la centralidad de la ideología en la organización y operación del Partido Comunista.

Mao identifica varios «males» que, según él, deben evitarse en el desarrollo de China. Entre estos, destaca la arrogancia, que puede surgir después de un período de éxito y prosperidad. Esta actitud, advierte Mao, puede llevar a la complacencia y a una disminución en la motivación para seguir progresando. La falta de logros tras un periodo próspero es otra preocupación, sugiriendo que el éxito inicial no debe llevar a la inacción o al estancamiento.

Lucha Ideológica y Corrección de Errores

Dentro del partido, las contradicciones y luchas ideológicas son inevitables y reflejan las contradicciones presentes en la sociedad entre lo nuevo y lo viejo, entre las clases sociales. Mao sostiene que la vida del partido depende de la resolución de estas contradicciones a través de la lucha ideológica activa​​. Rechaza el liberalismo, que evita la lucha ideológica y propugna una paz sin principios, lo cual conduce a la decadencia política.

El egoísmo es otro elemento que Mao critica fuertemente en este capítulo. En el contexto de la revolución comunista y la construcción del socialismo, Mao enfatiza la importancia de poner los intereses colectivos por encima de los individuales. El egoísmo, desde esta perspectiva, es visto como un obstáculo para la cohesión social y el progreso colectivo.

Principios para la Rectificación

Al abordar la corrección de errores ideológicos, Mao propone dos principios fundamentales: «sacar lecciones de los errores pasados para evitarlos en el futuro» y «tratar la enfermedad para salvar al paciente»​​. El primer principio implica una revisión crítica y honesta de los errores pasados para mejorar el trabajo futuro. El segundo principio enfatiza una actitud constructiva hacia aquellos que han cometido errores, similar a un médico que trata a un paciente para curarlo, no para castigarlo. Esto fomenta una cultura de autocrítica y aprendizaje continuo dentro del partido.

La evasión del trabajo es otro mal que Mao identifica. Esto refleja su énfasis en el trabajo duro y la contribución activa a la sociedad como elementos fundamentales del desarrollo socialista. La evasión del trabajo no solo se ve como una falta de productividad, sino también como una falla moral en el contexto de la ética revolucionaria.

La Práctica de la Autocrítica

Mao considera la autocrítica como un rasgo distintivo del Partido Comunista de China, comparándola con la necesidad de limpiar regularmente una habitación para evitar que se acumule el polvo​​. Esta metáfora ilustra la necesidad de una revisión y limpieza constantes de la mente y del trabajo del partido para mantener su pureza ideológica y eficacia. Promueve la idea de que la crítica y la autocrítica deben ser vistas como herramientas positivas para el crecimiento y la mejora, y no como castigos.

Es importante entender este capítulo en el contexto más amplio del pensamiento de Mao y la práctica política del Partido Comunista de China. Estas ideas influyeron en varias campañas políticas e ideológicas, incluyendo el movimiento de «rectificación» dentro del partido y aspectos de la Revolución Cultural.

Sin embargo, es crucial notar que la implementación práctica de estas ideas a menudo llevó a excesos y conflictos. La crítica y la autocrítica, mientras que en teoría estaban destinadas a ser herramientas para el mejoramiento personal y colectivo, a veces se convirtieron en instrumentos de presión política y conformidad ideológica.

Unidad y Lucha

La autoeducación ideológica también es vista como un medio para fortalecer la unidad dentro del partido. Mao destaca que la lucha ideológica activa garantiza la unidad interna del Partido y de otras organizaciones revolucionarias​​. Esta unidad es esencial para el combate y la lucha revolucionaria. Sin embargo, Mao advierte contra tratar a los camaradas como enemigos, subrayando que la persuasión y no la coerción es la única forma efectiva de cambiar la ideología de las personas​​.

Un concepto particularmente interesante que Mao aborda en este capítulo es el «liberalismo». Es importante notar que el uso de este término por Mao difiere significativamente de su uso común en el pensamiento político occidental. Para Mao, el liberalismo se refiere a la tendencia a evitar conflictos o trabajo difícil en busca de una comodidad momentánea, mientras que el problema subyacente continúa creciendo. Esta actitud es vista como peligrosa porque puede llevar a la acumulación de problemas no resueltos y al debilitamiento del espíritu revolucionario.

Métodos de Trabajo Democrático

Mao también aboga por métodos democráticos de persuasión y educación al actuar entre los trabajadores, rechazando cualquier actitud autoritaria o coercitiva​​. Esta orientación asegura que el partido permanezca conectado con las masas y pueda movilizarlas efectivamente para la causa revolucionaria.

A través de las 15 citas, Mao probablemente elabora sobre estos conceptos, proporcionando ejemplos concretos y orientación sobre cómo combatir estas tendencias negativas. El énfasis en la «autoeducación ideológica» sugiere que Mao ve la lucha contra estos males como una responsabilidad tanto individual como colectiva.

Este capítulo refleja la creencia de Mao en la importancia de la transformación continua del pensamiento y el comportamiento como parte integral del proceso revolucionario. La idea es que la revolución no solo debe cambiar las estructuras sociales y económicas, sino también la mentalidad y los valores de las personas.

Conclusión: Un Llamado a la Autoeducación Continua

El capítulo concluye con un llamado a la autoeducación continua y a la corrección ideológica como procesos permanentes dentro del Partido Comunista. Mao insta a sus camaradas a practicar la autocrítica regularmente y a mantener una actitud humilde y abierta al aprendizaje y la corrección de errores. Este enfoque asegura que el partido pueda adaptarse y evolucionar continuamente, manteniendo su relevancia y eficacia en la lucha revolucionaria y en la construcción del socialismo.

En resumen, el Capítulo 24 del Libro Rojo de Mao Tse-Tung es una guía detallada sobre la importancia y los métodos de la autoeducación ideológica dentro del Partido Comunista de China. A través de la lucha ideológica activa, la corrección de errores y la práctica de la autocrítica, Mao articula una visión de un partido que está en constante renovación y mejora, esencial para su éxito y supervivencia a largo plazo.

El Capítulo 24 del Libro Rojo de Mao presenta una visión de la autoeducación ideológica como un proceso continuo de lucha contra actitudes y comportamientos considerados perjudiciales para el desarrollo socialista. Enfatiza la importancia de la vigilancia constante contra la arrogancia, el egoísmo, la evasión del trabajo y el «liberalismo» en el sentido maoísta. Aunque estas ideas tuvieron un impacto significativo en la política y la sociedad china, su interpretación y aplicación a menudo fueron complejas y controvertidas.


Estudio - Libro Rojo de Mao

33. Estudio

33. Estudio (學習) Capítulo 33. Es responsabilidad de todos educarse y estudiar a fondo el…

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